Creamos una metodología de trabajo con Pueblos Indígenas que combina las teorías y herramientas del Desarrollo con Identidad (DCI) —un enfoque que valora a las personas y la cultura de las comunidades indígenas como parte esencial de su propio desarrollo sostenible— y el trabajo colectivo multisectorial en un determinado territorio. Es una forma innovadora de trabajar en territorios indígenas. 

En El Alto en Bolivia, apoyamos la integración de más de 800 jóvenes indígenas migrantes al mercado laboral mediante el fortalecimiento de sus habilidades técnicas e interculturales. También apoyamos a las empresas mediante la sensibilización y el asesoramiento en la aplicación de prácticas que valoran la diversidad cultural. En Panamá, a través del Empoderamiento Económico de las Mujeres Indígenas de Panamá (PEMIP) incluimos a mujeres líderes indígenas en el diseño de políticas orientadas al cierre de brechas de género.  

Brindamos asistencia técnica y financiera para garantizar la pertinencia cultural de los servicios sociales y el enfoque en las personas y su comunidad.   

El BID está trabajando con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala para aumentar la cobertura y calidad de los servicios de salud en zonas con alta presencia de población indígena (departamentos de San Marcos y Huehuetenango) a través del Programa de Fortalecimiento de la Red de Servicios de Salud. Este programa incluirá, entre otras acciones, un Plan de Salud Intercultural que contará con capacitación en salud intercultural para funcionarios públicos, así como la adecuación de la infraestructura a las necesidades de los Pueblos Indígenas. Este enfoque identitario también se implementa en programas educativos como JADENKÄ, una iniciativa con un enfoque de enseñanza intercultural bilingüe para niños y niñas del pueblo Ngäbe en Panamá.   

Apoyamos a diferentes entidades públicas para asegurar la pertinencia cultural de los servicios de infraestructura centrados en las personas y su comunidad. Hemos implementado la etnoingeniería en nuestros proyectos, disciplina que valora el conocimiento tradicional indígena como fuente de inspiración para la implementación de prácticas de ingeniería ambientalmente sostenibles. A través de esta metodología, los proyectos de infraestructura se adaptan de manera participativa y se implementan a través de acuerdos comunitarios.   

En la región Ngäbe-Buglé en Panamá, el BID financió la rehabilitación de caminos rurales que incluyen infraestructura con identidad sociocultural, así como el uso de técnicas constructivas que integran materiales y funcionalidades de las comunidades. En 2022, el BID publicó una guía de etnoingeniería con recomendaciones para la incorporación de esta disciplina en los sectores vial, educativo, salud, protección social y turismo.