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Una fruta oportuna

Cuando Felipe Reyes y Osvaldo Moizo se asociaron a comienzos de los años 1980’s para cultivar manzanas y peras en Melilla, un región agricola cercana a Montevideo, nunca imaginaron que iban a tener que competir con productores de todo el mundo.

Pero una década más tarde llegó una nueva era de mercados abiertos, en la que hasta productores de mediano porte como Reyes y Moizo tienen que estar al día con las innovaciones técnicas y los virajes en las demandas del consumidor. Si la plantación de 39 hectáreas que llamaron Zanja Honda iba a tener éxito, tendrían que estudiar cuáles eran las mejores variedades de frutos y los métodos más modernos para producirlos, como también conseguir clientes dentro y fuera del país.

Afortunadamente, uno de los países productores de fruta más exitosos del mundo está en las proximidades y fue así que Reyes y Moizo fueron a Chile para explorar posibilidades. Cuando regresaron, pusieron en practica lo que habían aprendido con tal éxito que llamaron la atención del Ministerio de Agricultura que estaba implementando un Programa para la Conversión y Desarrollo de Granjas o PREDEG. El programa había sido establecido para dar asistencia técnica y apoyo en mercadeo a pequeñas y medianas granjas, como Zanja Honda, como también a agroindustrias y viveros.

Ese mismo año PREDEG galardonó a Reyes y Moizo por innovación y calidad en su labor, citando en particular el éxito que habían tenido en integrar producción y mercadeo. "Estos productores se destacan por su capacidad tecnológica como también por su gestión empresaria", expresó Carlos Sammarco, el titular de PREDEG, al entregarles el premio.

Reyes y Moizo decidieron entonces pasar del huerto tradicional a plantaciones de alta densidad con variedades de crecimiento rápido y temprana madurez que resultarían en cosechas más abundantes de frutos menos dañados. Con financiamiento de PREDEG, Reyes y Moizo viajaron a Italia, Francia y España para explorar nuevas variedades con mejor sabor, color y textura, como también el potencial de nuevos mercados.

"El viaje marcó el punto de partida de un nuevo enfoque al cultivo de fruta, un viaje al futuro", recuerda Reyes. "Los productores de fruta del futuro serán quienes puedan adaptarse rápidamente a nuevas variedades y tecnologías de vanguardia. Es la única forma", agregó.

Pronto, los dos socios se incorporaron a un grupo de horticultores uruguayos para importar de Brasil 12.000 manzanos híbridos australianos. Llamada "dama rosa", la nueva variedad de manzana, fresca y crujiente, fue concebida especificamente para plantaciones de alta densidad y temprana madurez.

"Todo está cambiando tan rápidamente que en dos años no nos quedará ningún árbol de los que teníamos cuando ganamos el premio PREDEG", dice Reyes. Los manzanos anteriores, de gran tamaño, requerían al sembrarse cierta distancia entre ellos y comenzaban a producir fruta recién a los cinco años, a razón de unas 15 cajas por árbol. La nueva variedad permite plantar 15 árboles de temprana madurez en el espacio que antes ocupaba un solo árbol. Cada uno de los árboles produce una caja de fruta de mayor calidad y a un costo mucho más bajo, en un período más corto de tiempo.

"Es increíble, pero las manzanas que ahora tengo en mi mesa son el primer fruto de un árbol que plantamos hace tres tres meses", apuntó Reyes. Pero aunque la variedad "dama rosa" es muy bien recibida por horticultores y consumidores, llega con ciertas restricciones. Por cada árbol se le debe pagar derechos al Ministerio de Agricultura de Australia. Por cada manzana que se vende se deben pagar derechos a la Asociación de Exportadores de Manzanas y Peras de Australia. Pero recurriendo a las variedades y métodos de producción más recientes, Reyes y Moizo han podido enfrentar el reto.

El programa de PREDEG ha ayudado a Reyes y Moizo a competir en un momento crucial para Uruguay. "Nuestro sector agrario se estaba quedando atrás", dice Sammarco, "y cuando nuestros productores nacionales se quedaron sin la protección de aranceles, se tornaron vulnerables a la competencia, especialmente de países vecinos".

El PREDEG trabaja actualmente con unos 3.000 agricultores organizados en 260 agrupaciones de productores junto con 900 productores individuales de fruta. El programa les brinda capacitación y cofinancia operaciones innovadoras, como el establecimiento de nuevas plantaciones y sistemas de irrigación por goteo. El programa ofrece asimismo asistencia técnica y apoyo en mercadeo a unas 30 firmas agroindustriales y agentes comerciales, así como a 25 viveros. En un programa piloto que ahora alcanza a unos 200 productores, PREDEG está ayudando a los agricultores a reducir el uso de productos agroquímicos, introduciendo métodos alternativos de control de plagas.

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