Si todo sale como está previsto, para cuando comience el próximo año escolar en septiembre, Furcy tendrá una nueva escuela pública. El edificio, que reemplazará a la escuela derrumbada por el terremoto del 2010, será construida según normas estrictas. Y como comentó su director, Francius Saintilus, durante una reciente ceremonia de colocación de la primera piedra, la nueva escuela tendrá un gran impacto en esta aldea en las montañas detrás de Puerto Príncipe.
La vieja escuela tenía nueve aulas, cada una de ellas repleta con más de 50 alumnos. Los nuevos salones de clases serán más espaciosos, y habrá 14 en total. La escuela recibirá a niños desde el pre-escolar al 9º grado. Hasta ahora, sólo cubría la primaria, por lo cual los niños que terminaban el 6º grado se quedaban sin opciones en Furcy. Según Saintilus, sus estudiantes tendrán horizontes más amplios a medida que acumulen más años de educación – y se meterán en menos problemas de adolescentes.
La Escuela Nacional de Furcy también tendrá servicios sanitarios apropiados, cocina, comedor y oficinas de maestros y administración. Será un ejemplo de los nuevos requisitos básicos para escuelas públicas fijados por el Ministerio de Educación bajo una ambiciosa reforma lanzada el año pasado tras el sismo. En síntesis, el plan apunta a construir miles de escuelas, capacitar a decenas de miles de maestros y brindar educación gratuita y de calidad a todos los niños haitianos.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es uno de los principales donantes del plan de educación haitiano. Su compromiso es donar US$250 millones a lo largo de cinco años y ayudar a movilizar otros US$250 millones de otros donantes. Hasta el momento el Banco ha aprobado donaciones por un total de US$100 millones, que en gran medida se destinarán a la construcción o rehabilitación de decenas de escuelas públicas. Unos 30 establecimientos escolares deberían estar listos en los próximos 10 meses, según Josepha Gauthier, directora general del Fondo de Asistencia Económica y Social de Haití (FAES), que supervisa la construcción de escuelas.
La escuela de Furcy se destaca además porque la mayor parte de los recursos para la obra proviene de una donación privada. El First Citizens Bank de Trinidad y Tobago fue el primero en responder a la convocatoria lanzada el año pasado por el BID. Su gerente general, Sekou Mark, estuvo presente en la ceremonia, donde se descubrió una placa en honor del banco trinitense.
Otros donantes han seguido en su senda: la Fundación Pies Descalzos de la estrella musical colombiana Shakira está financiando la reconstrucción de una histórica escuela secundaria para niñas en Puerto Príncipe. A través de su fundación Happy Hearts, la supermodelo Petra Nemcova se ha comprometido a apoyar la construcción de varias escuelas.
Además de brindarles a más niños haitianos mejores ambientes para aprender, la construcción de nuevas escuelas ayuda a estimular la economía local. En el caso de los establecimientos financiados con recursos del BID, todas las constructoras contratadas por el FAES son haitianas.
Fueron empresas y obreros locales quienes construyeron cientos de aulas temporarias en los predios escolares luego del terremoto. La escuela de Furcy funciona provisionalmente en este tipo de aulas, pero dentro de unos meses tendrá edificios permanentes y bien equipados.