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Mexico y BID firman préstamo por 1.600 millones de dólares para lucha contra la pobreza, descentralización y capacitación laboral

FORTALEZA, Brasil -Autoridades de México y del Banco Interamericano de Desarrollo firmaron hoy los contratos de tres préstamos por un total de 1.600 millones de dólares para apoyar programas mexicanos de descentralización, capacitación laboral y lucha contra la pobreza.

La ceremonia de firma se celebró en vísperas de la inauguración de la XLIII Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y la Corporación Interamericana de Inversiones, que se realizará en esta capital nordestina del 11 al 13 de marzo.

El secretario de Hacienda y Crédito Público de México, José Francisco Gil Díaz, y el presidente del BID, Enrique V. Iglesias, firmaron los contratos de un préstamo de 1.000 millones de dólares para apoyar la expansión y consolidación del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, y un préstamo de 300 millones de dólares para ayudar a financiar un programa de capacitación laboral y empleo.

En la ceremonia también participó el Coordinador Nacional del Programa Oportunidades, Rogelio Gómez-Hermosillo Marín.

Asimismo, el presidente Iglesias, el Secretario Gil Díaz y el director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, SNC, Tomás Ruiz González, firmaron los documentos de otro préstamo de 300 millones de dólares para apoyar el Programa de Fortalecimiento de Estados y Municipios.

La relación entre el BID y México se ha intensificado y ha cobrado especial relevancia. El Banco ha sabido acompañar el proceso de transformación económica y social de México, respondiendo a las necesidades cambiantes de una economía que consolida sus bases macroeconómicas, aumenta su competitividad y busca abatir el rezago social para ofrecer mejores posibilidades de desarrollo a su población. Todo ello, mediante la asignación focalizada de recursos públicos en forma transparente, responsible y efectiva.

Préstamo para el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades

Entre las operaciones firmadas destaca el mayor préstamo aprobado por el BID para México, un financiamiento por 1.000 millones de dólares para consolidar y expandir el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, una innovadora iniciativa a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), que tiene como objetivo apoyar la educación, la salud, la alimentación y el desarrollo social de población en pobreza extrema mediante apoyos directos a millones de familias mexicanas.

Estos recursos respaldarán un proyecto multifase a seis años, desarrollado en conjunto por la SEDESOL, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud (SSA), con un costo total estimado en 4.755 millones de dólares, que tiene como propósito central ampliar la cobertura del Programa al sector urbano, así como asegurar su impacto a mediano y largo plazo y mejorar su eficiencia operativa.

El Programa –en continuidad con lo realizado por el Progresa- se basa en acciones que atienden las raíces de la pobreza extrema y sus apoyos apuntan a romper el círculo vicioso de transmisión de la pobreza de generación a generación. El programa Oportunidades es un programa de desarrollo humano que promueve la corresponsabilidad de las familias beneficiarias, quienes deben mantener la asistencia de niños y niñas a la escuela, acudir a la atención preventiva y las pláticas en las unidades de salud y mejorar su alimentación y nutrición.

Las familias beneficiarias son seleccionadas mediante reglas y procedimientos transparentes y validados por asambleas comunitarias. Otra característica del Programa, es que apoya directamente a las mujeres, confiando en que administrarán los recursos en favor de sus hijos y sus familias.

Las evaluciones independientes han demostrado que desde su lanzamiento en 1997, el Programa ha logrado mejoras en los niveles de escolaridad entre sus beneficiarios, en el uso de servicios de salud y en la cantidad y calidad del consumo alimenticio de los hogares más pobres, así como una disminución del trabajo infantil. Asimismo, han concluido que es eficiente en términos de costos y administración.

Por todo ello, se espera que se pueda capitalizar estas experiencias en beneficio de otros programas sociales en la región. En sus inicios, el Programa se centró en la atención a las áreas rurales, donde se concentra la población en pobreza extrema en México, con atención a cerca de 2,5 millones de hogares. Bajo el nuevo proyecto apoyado por el BID, el gobierno mexicano ampliará la cobertura a zonas urbanas. En su primera fase, se espera incorporar a un millón de nuevas familias.

Bajo la nueva operación también se consolidarán las acciones en localidades rurales. Para ello se realizarán estudios para adecuar el programa a sus nuevos objetivos y se tomarán medidas para articular el Programa con otros programas sociales para multiplicar los impactos. El proyecto también contempla aumentar la eficiencia operativa del Programa mediante el fortalecimiento de sus mecanismos de seguimiento, auditoría y comunicación social.

Programa de Fortalecimiento de Estados y Municipios (FORTEM)

Un financiamiento de 300 millones de dólares del BID apoyará el proceso de descentralización en México y mejorará la capacidad de gestión financiera y administrativa de estados y municipios.

Los recursos respaldarán la primera fase de un programa a nueve años, con un costo total de 2.000 millones de dólares. Además de propiciar la modernización administrativa y financiera para acceder en mejores condiciones a mercados de crédito, el Programa proveerá financiamiento para proyectos de infraestructura, servicios públicos, financieros y sociales.

El Programa será llevado a cabo por BANOBRAS, e incluirá en su primera fase un subproyecto piloto para apoyar 10 municipalidades con altos niveles de pobreza, lo que permitirá diseñar nuevos esquemas de apoyo que podrán ser replicados en mayor escala en fases subsiguientes.

Bajo el nuevo programa se buscará motivar a los estados y municipios a emprender reformas para fortalecer su estructura financiera y su capacidad institucional con el incentivo de lograr acceso a recursos para el financiamiento de sus planes de inversión.

Se espera que con la adopción de prácticas financieras eficientes, los gobiernos subnacionales optimicen la asignación de los recursos públicos y aseguren una mayor transparencia en las decisiones de presupuesto y hacienda. De esta manera, pondrán en marcha mecanismos para garantizar que las inversiones respondan a prioridades locales y puedan ser evaluadas según su rentabilidad socioeconómica.

Capacitación laboral y empleo

Otro préstamo del BID por 300 millones de dólares respaldará un programa que promoverá la capacitación de la fuerza laboral y el empleo, mejorando la competitividad en el mercado laboral, y aumentará la capacidad de México en materia de planificación estratégica y operativa para el mercado laboral.

Este programa multifase, con un costo estimado en 1.800 millones de dólares a nueve años, será ejecutado por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social de México. Durante su primera fase reforzará la eficiencia y la capacidad de los servicios de empleo, a fin de elevar el número de personas atendidas de 630.000 a 1,2 millones al año. Dichos servicios incluirán becas para personas desempleadas que buscan entrenamiento y servicios de colocación laboral.

Bajo el programa se incrementará la capacidad de entrenamiento laboral de las micro, pequeñas y medianas empresas para poder capacitar a unos 350.000 trabajadores al año. Asimismo se harán inversiones para aumentar el número de empresas atendidas por año de 50.000 a 100.000.

Por otra parte, el Programa incluye actividades de capacitación y colocación laboral por parte de estados y municipalidades. Un elemento novedoso es la introducción de cursos de capacitación a distancia, campañas de mercadeo social y demostraciones de modelos exitosos se difundirá información sobre los beneficios de la capacitación laboral.

Asimismo, el programa incluye otros componentes para incrementar las oportunidades de las mujeres y de grupos vulnerables como los discapacitados y los jóvenes de bajos ingresos en los mercados laborales. Alrededor de 35 por ciento de los trabajadores mexicanos tienen menos de 25 años de edad.

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