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El BID y el medio ambiente

Con su nueva Política de Medio Ambiente y de Cumplimiento de Salvaguardias el Banco Interamericano de Desarrollo formalizará su objetivo de integrar los principios de protección ambiental en todos sus préstamos y operaciones de cooperación técnica. Aprobada por su Directorio Ejecutivo el 19 de enero de 2006, la política es consistente con los más altos niveles aplicados actualmente por las instituciones financieras internacionales públicas y privadas, incluyendo los Principios de Ecuador adoptados por bancos privados y nacionales.

La nueva política actualiza y sistematiza un conjunto de prácticas ambientales que el BID ha desarrollado durante los últimos 20 años, tales como las evaluaciones ambientales, las consultas con poblaciones locales y otros participantes interesados, salvaguardias, la incorporación de principios de sostenibilidad en las estrategias de país, y la aplicación de las mejores prácticas y estándares de la comunidad internacional.

"Nuestra contribución al desarrollo sostenible en la región y la huella ambiental del Banco se verán enormemente fortalecidas con esta nueva política", comentó el Presidente del BID Luis Alberto Moreno.

La política consta de dos partes: La primera expone los objetivos de la política del Banco, las áreas de actividad prioritarias y las metas de supervisión; la segunda explica las medidas que emprenderá el BID para asegurar el cumplimiento de la política.

La política fue desarrollada con la participación  de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, sector privado y las entidades multilaterales y bilaterales de desarrollo. Un resumen de dichos comentarios y de la respuesta del Banco se puede encontrar en el sitio Web del BID (www.iadb.org/sds/ENV/site_5512_s.htm).

Parte importante del proceso de consulta fue la creación de un Panel de Alto Nivel para el Medio Ambiente, presidido por el ex Secretario del Interior de EE.UU. Bruce Babbitt, que asesoró a la Administración del Banco sobre cómo reorientar el liderazgo del Banco para lograr mayor impacto en favor de la sostenibilidad en la región. El panel incluyó a eminentes líderes ambientales de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

Papel clave del gobierno

Entre los principales preceptos de la política está el papel crucial que cumplen instituciones gubernamentales fuertes y eficaces como condición previa para tomar buenas decisiones sobre temas ambientales y sociales, y para asegurar su viabilidad a largo plazo. Una sólida red de organizaciones de la sociedad civil complementa las acciones del gobierno y fortalece aún más las bases de un desarrollo sostenible.

La política también reconoció la estrecha relación que existe entre el desarrollo social y la gestión ambiental. "Las inversiones en gestión ambiental y en manejo de recursos naturales son fuentes de trabajo, de ingreso sostenible y de mejores condiciones de salud y vida en general, especialmente entre los segmentos más pobres de la población”, indica la política.

Ésta es una política moderna que considera tanto las presiones como las oportunidades del siglo 21”, expresó Janine Ferretti, jefa de la División del Medio Ambiente del BID, responsable por el desarrollo de la política. "Reconoce que la sostenibilidad no es sólo responsabilidad del gobierno central, sino también de los gobiernos locales, del sector privado, de la sociedad civil y de la población en su totalidad", agregó.

Por ejemplo, un proyecto para aumentar la producción agrícola puede proteger simultáneamente las áreas naturales y los servicios ambientales que éstas proporcionan, dijo Ferretti. Igualmente, una empresa privada puede recibir incentivos para que utilice técnicas sostenibles de producción, y de esta manera promocionar su imagen internacional y su capacidad de competir en el mercado mundial.

La política también aborda la necesidad tanto de aceptar como de minimizar los riesgos. "Sabemos que existen riesgos asociados a muchos proyectos grandes", dijo Ferretti, "pero eso no significa que no debemos realizar dichos proyectos. Significa que debemos entender cuáles son esos riesgos y saber cómo manejarlos".

Entre las directrices de la política se incluyen:

  • Identificación anticipada de desafíos y de oportunidades durante el establecimiento de estrategias y prioridades del país para la ayuda del Banco.
  • Cambiar énfasis de identificación de impactos ambientales hacia el manejo de riesgos, en sociedad con los clientes.
  • Establecer procedimientos eficaces para el manejo de riesgos ambientales, sociales y culturales.
  • Entablar una relación temprana con las comunidades afectadas por un proyecto y buscar apoyo de la comunidad antes de financiar grandes proyectos.
  • Apoyar la biodiversidad, centrándose en áreas transfronterizas, conservación y protección contra toda amenaza significativa a los ecosistemas naturales.
  • Cuantificar y supervisar las emisiones de gases de efecto invernadero de un proyecto.
  • Analizar los préstamos de reformas de políticas para detectar riesgos y oportunidades de sostenibilidad social y ambiental.
  • Promover iniciativas de sostenibilidad como parte del nuevo énfasis en ir más allá de la mitigación de impactos y buscar las oportunidades de maximizar el valor de las inversiones.
  • Buscar oportunidades para ir más allá de la mitigación de impactos para maximizar el potencial de las inversiones con el fin de fomentar metas de sostenibilidad.

La nueva política es parte de la implementación de la Estrategia del Medio Ambiente del Banco aprobada por el Directorio en julio de 2003.

"Tenemos por delante un significativo trabajo (de implementación). Para ello estamos proponiendo un amplio esfuerzo de educación y de desarrollo de capacidades, tanto en el Banco como entre nuestros prestatarios y organismos ejecutores", dijo Ferretti. Para apoyar este esfuerzo se desarrollarán lineamientos, paquetes informativos y otros instrumentos y recursos aprobados por la Administración del Banco.

La política entrará en vigor seis meses después de su aprobación. Ferretti enfatizó que es un trabajo continuo que será revisado en tres años, incluyendo nuevamente opiniones externas al Banco. El nuevo documento substituye a la política ambiental que estuvo en vigor desde 1979, y que fuera la primera política ambiental adoptada por una institución financiera multilateral.

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