Casi a dos años del terremoto de diciembre del 2010, Haití está decidido a demostrar al mundo que está abierto a las inversiones
Apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en noviembre el nuevo gobierno haitiano celebró una conferencia de inversiones en Puerto Príncipe que congregó a más de 1.000 participantes, entre ellos centenares de empresarios provenientes de 29 países. Durante el evento se anunciaron numerosos negocios, entre ellos varios proyectos para construir hoteles en la capital.
Esa misma semana, se colocó la piedra fundamental de un nuevo parque industrial, parte de un esfuerzo más amplio para promover la actividad económica en el norte del país. El primer inquilino del parque, la empresa textil coreana Sae-A, espera contratar unos 20.000 trabajadores. Otras firmas, entre ellas un fabricante de muebles, una productora de pinturas, un fabricante de cables eléctricos y un operador de call centers están en negociaciones para instalarse en el parque.
El desafío para Haití es aprovechar este impulso y convertir la recuperación basada en el apoyo externo en un crecimiento sostenible y generador de empleo formal. Sus nuevas autoridades se han comprometido a realizar reformas para mejorar el clima de negocios mientras que cooperantes como el BID ayudan a financiar inversiones indispensables para reconstruir y modernizar su infraestructura y sus instituciones públicas.
El BID es una de las principales fuentes de apoyo externo para Haití. Desde el sismo ha aprobado US$442 millones en nuevas donaciones y desembolsado unos US$355 millones para apoyar proyectos en educación, transporte, energía, agricultura, agua y saneamiento y desarrollo del sector privado. Estas son las seis áreas prioritarias identificadas bajo una estrategia acordada con el gobierno haitiano, bajo la cual el BID espera aportar unos US$1.000 millones en donaciones.
En educación, el BID lleva aprobados US$100 millones en donaciones para apoyar el ambicioso plan de Haití para ampliar el acceso y mejorar la calidad de la educación. Gran parte de esos recursos ayudarán a financiar la construcción de 50 nuevas escuelas públicas. Otra porción se está destinando a un programa que permite a unos 220.000 niños asistir a escuelas privadas gratuitamente. El BID también trabaja para conseguir contribuciones adicionales de otros donantes interesados en apoyar la reforma educativa.
En materia de transporte, el BID apoya inversiones para mejorar las principales rutas del país, como la RN1, la RN2, la RN5, la RN7 y la RN8. Estas obras ayudarán a mejorar la circulación entre ciudades haitianas y con la vecina República Dominicana. Una donación aprobada en diciembre brindará recursos para adoquinar calles urbanas, un proyecto intensivo en mano de obra que generará miles de empleos temporarios en varias ciudades.
En energía, el BID trabaja con diversos donantes como el Banco Mundial y la Agencia de Desarrollo Internacional de EE.UU. para ayudar a Haití a llevar adelante una profunda reforma de su sector eléctrico. En el 2011 el BID aprobó una donación para completar el financiamiento necesario para restaurar la capacidad de generación de la central hidroeléctrica de Peligre, la principal fuente de energía renovable del país. Al rehabilitar sus turbinas y equipo electromecánico, la planta recuperará su capacidad instalada original de 54 megavatios.
La agricultura es de máxima prioridad para Haití, donde casi la mitad de la población vive en zonas rurales. El BID apoya un plan nacional de desarrollo rural, brindando recursos para una amplia variedad de actividades, desde el riego a la gestión de cuencas. Una de sus operaciones más recientes financiará un programa de transferencias tecnológicas que brindará subsidios a los agricultores para mejorar su productividad.
En agua y saneamiento el BID trabaja en estrecha colaboración con España para ayudar a Haití a mejorar dichos servicios en Puerto Príncipe, cinco ciudades intermedias y decenas de comunidades rurales. Uno de los mayores desafíos en este sector es sanear a la empresa de aguas de la capital. Con ese fin, la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento de Haití ha contratado a un equipo de expertos internacionales que han comenzado a atacar sus principales problemas.
En materia de desarrollo del sector privado, durante el 2011 el BID aprobó una donación de US$55 millones para la construcción del parque industrial en el norte, así como una donación de US$11 millones para un programa para brindar servicios de desarrollo empresarial a pequeñas y medianas compañías. Este programa complementará las actividades de un fondo creado con 50 millones de euros facilitados por España para co-financiar préstamos para PYMEs haitianas con bancos y microfinancieras locales.
El Fondo Multilateral de Inversiones del BID, que tradicionalmente se ha enfocado en la microempresa, continuó apoyando soluciones innovadoras. Uno de sus proyectos más recientes busca restaurar a Haití como productor de café de calidad mundial, trabajando con cooperativas de caficultores. El proyecto cuenta con apoyo de la Agencia Francesa de Desarrollo, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y la empresa internacional de alimentos Nestlé.
Para el BID, el reto estará en ayudar a sus socios haitianos a acelerar el ritmo de ejecución de proyectos al mismo tiempo que fortalecen su capacidad institucional. Para ello el BID cuenta con un equipo de 55 personas en el terreno, apoyado por muchos especialistas más en su sede en Washington.
“Tenemos una visión del futuro de Haití, y ahora tenemos que comenzar a transformar esa visión en una realidad”, comentó José Agustín Aguerre, gerente del Departamento de País para Haití del BID. “Creo que ese es el desafío del 2012. Pasamos del pesar del 2010 a los sueños del 2011, y el 2012 deberá ser el año de la gente trabajando y los niños en la escuela.”