
Julio 15, 2019
Vista en un mapa, la Red se extiende desde la Patagonia argentina hasta la frontera entre México y Estados Unidos. Su contorno lo delinean más de 160 ciudades de América Latina y el Caribe que, al unirse, esbozan el perfil de la región. Esta es la Red de Ciudades BID, una plataforma del Banco Interamericano de Desarrollo para el intercambio de conocimiento y soluciones entre ciudades que, desde su creación en 2016, ha venido borrando fronteras y difundiendo mejores prácticas en beneficio de la sostenibilidad ambiental, económica y social.
Red de Ciudades: ¿cuáles participan? Míralas en este mapa
Juntas, las ciudades participantes suman una población de 160 millones de habitantes. Unidas enfrentan los desafíos de una región donde más del 80% de la población vive en áreas urbanas.
Sin embargo, se espera que esta cifra aumente todavía más para 2050, cuando 9 de cada 10 latinoamericanos y caribeños vivan en ciudades o áreas urbanas. Esta tendencia los convertirá en protagonistas de un acelerado crecimiento de población urbana que densificará, aún más, a las ciudades de la región. Es decir, más gente, pero no necesariamente más espacio.
Ante esta realidad, los gobiernos locales y metropolitanos adquieren una relevancia importantísima: son ellos mismos los que tienen la facultad de tener impacto en la vida diaria de sus habitantes. ¿Cómo reducir los tiempos de traslado? ¿Proveer de vivienda sostenible y asequible? ¿Mitigar la contaminación? ¿Disminuir los guetos y eliminar la segregación? Las respuestas a estas preguntas son, y serán más adelante también, los principales desafíos que las urbes latinoamericanas y caribeñas tendrán que enfrentar y solucionar en el futuro. Y para ello, claramente, es fundamental compartir conocimiento.
“La Red de Ciudades es importante porque, si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mucho se tiene que hacer a nivel de las ciudades, donde están la mayoría de las personas”, explica Keisgner Alfaro, consultor de la División de Vivienda y Desarrollo Urbano del BID. “El cambio pasa por las ciudades: la educación, la reducción de la pobreza, el trabajo, todo eso lo proveen los centros urbanos”.

Tejiendo una red
Al igual que las ciudades a las que conecta, la historia de la Red es la de un crecimiento exponencial en una búsqueda constante de resolver retos.
“Todo comenzó con la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles”, cuenta Alfaro. Lanzada en 2012, la iniciativa llevó a cabo 77 diagnósticos de ciudades intermedias de la región, una verdadera radiografía del potencial y los desafíos de cada una de ellas. Su éxito sentó las bases para formar una red que rápidamente pasó a incluir ciudades capitales, ciudades metropolitanas y otras con alta tasa de crecimiento urbano.
A partir de un espacio de diagnóstico, la iniciativa se expandió a un espacio de intercambio, activado por una amplia oferta de foros, reuniones y talleres, poniendo énfasis en las temáticas fundamentales de la agenda urbana regional. Ahí han convergido para socializarse las más exitosas experiencias latinoamericanas, desde el sistema de transporte integrado de Medellín en Colombia, hasta el teleférico de La Paz en Bolivia.
“A partir de esas experiencias compartidas, salieron ciudades muy interesadas, muy inspiradas”, dice Alfaro.
En primera fila de estos aprendizajes se encuentran los alcaldes de las ciudades, tanto para exponer políticas exitosas, como para retomarlas y replicarlas con el apoyo de expertos del BID. “Los alcaldes son muy prácticos: tienen que mejorar el tráfico, tienen que reparar las calles, tienen que dar iluminación. Ellos quieren tomar cosas que hayan servido en otras ciudades y modificarlo para ver qué es lo que funciona para ellos”, explica Alfaro.
Tanto en 2018 en Mendoza, como en Medellín, las reuniones y foros de alcaldes de la Red pusieron a disposición de los tomadores de decisiones el abanico de medios para transformar las ciudades, desde la inclusión social hasta la gestión de áreas metropolitanas, y de las asociaciones público-privadas a la innovación.
“Lo que nosotros estamos haciendo con esta plataforma es ayudar a que las ciudades de América Latina conozcan mucho más ejemplos de casos de cómo hacer más sostenibles las ciudades”, explica María Camila Uribe, coordinadora de la Red de Ciudades. “Estos hermanamientos entre las ciudades de alguna manera surgen porque tienen temas similares, y lo que para una es un problema ya la otra ciudad lo resolvió, o las une la misma problemática”.
Ahora estos intercambios, cimentados en la región, cruzan el Atlántico en busca de nuevos aprendizajes.

América Latina y Escandinavia: un mundo de soluciones
"Nosotros no nos limitamos a la región en cuanto a experiencias exitosas: si hay una experiencia exitosa en otra parte del mundo, las traemos”, dice Alfaro. Para la Red, el objetivo de ofrecer a las ciudades de América Latina las mejores prácticas trasciende fronteras.
Entre el 27 y el 29 de mayo de 2019, alcaldes y funcionarios técnicos de dieciséis ciudades de América Latina y el Caribe viajaron a los países escandinavos para el “Taller Urbano: Aprendiendo de la Experiencia Nórdica”, llevado cabo en las ciudades de Copenhague en Dinamarca y Malmö, en Suecia. Ambas urbes son verdaderos modelos en materia de sostenibilidad, transporte e inclusión social.
¿Pueden las llamadas “soluciones nórdicas” replicarse en beneficio de nuestra región? Así lo cree Pedro Rosario Tueros, alcalde de la ciudad de Rímac en Perú, para quien el aprendizaje sobre paneles de energía solar, transporte público y ciclovías resultaron una fuente de inspiración.
Lo mismo opina Andrés Julián Rendón, alcalde de Rionegro, en Colombia, quien destacó una infraestructura “pensada para la gente”, y la implementación de una movilidad centrada en peatones y ciclistas, con estrategias de urbanismo táctica aplicables en su propia ciudad.
Video: ¿qué aprendieron los alcaldes latinoamericanos de sus pares escandinavos?
El acento del encuentro estuvo puesto no sólo en la idoneidad de las prácticas compartidas, sino en su proceso de aplicación y viabilidad para la región. “No queríamos saber nada más la solución y mostrarla como es ahora, queríamos mostrar el proceso de cómo llegaron a donde están, cuáles fueron los primeros pasos y cuál era la problemática antes de llegar a la situación actual”, dice Alfaro.
Tras la experiencia nórdica, la Red sigue tejiendo nuevos horizontes para dar respuesta a los retos primordiales planteados por sus ciudades. En los siguientes meses, se explorarán en distintas partes del mundo las mejores prácticas para el patrimonio urbano, el desarrollo económico a través de agencias locales, las viviendas de interés social o la resiliencia de las ciudades ante el cambio climático.
“Estamos en un punto en que no tenemos que estar reinventando la rueda, tenemos que tomar lo que funciona y adaptarlo a las ciudades de la región”, dice Alfaro. “La Red es el mecanismo para saber cuáles son los mejores proyectos, las mejores herramientas, las mejores iniciativas que han tenido éxito”.
Para saber más sobre sostenibilidad en la región, descarga nuestro Informe de Sostenibilidad 2018 aquí.
