Uno generalmente no asocia a la oficina de correos con los bancos, pero en Europa, Asia, y Africa la oportunidad de obtener servicios financieros a través de las oficinas postales representa una innovadora manera de expandir el acceso de la población a la banca. Y ahora, la “banca postal” se está abriendo camino en América Latina.
Aproximadamente el 60 por ciento de los latinoamericanos no viven cerca de un banco, especialmente aquellos que habitan en barriadas de bajos ingresos y en las áreas rurales, declaró Hans Boon, vicepresidente del grupo financiero holandés ING durante un seminario organizado por el BID. Boon agrega que esta situación conlleva a que ciertos sectores de la población en el continente no ahorren, se vea imposibilitados de enviar y recibir dinero, y guarden su dinero bajo el colchón, efectivo que una vez que se combine con el de otros individuos en la misma situación puede reinvertirse en la economía local.
La región cuenta con una red de aproximadamente 37.000 oficinas postales, la mayoría de las cuales ofrecen servicios anticuados e ineficientes ademas de ser un drenaje para las arcas fiscales. ¿Cuál es la solución? En el resto del mundo, unos 60 países hacen uso, aún en aquellas regiones más remotas de sus territorios, de la infraestructura de correos para brindar fácil y conveniente acceso a los servicios financieros, lo que inyecta nueva vida a sus sistemas postales. ¿Resultado? Unos 700 millones de personas en el mundo ahora disponen de cuentas bancarias postales.
Durante su presentación, Boon describió un proyecto pionero de banca postal en Brasil. El gobierno brasileño ha formado una alianza con un banco privado para expandir los servicios financieros a aquellas comunidades rurales de pocos recursos, sin acceso a bancos pero que disponen de una oficina postal en los aledaños. Tras realizar los estudios de viabilidad requeridos, el gobierno licitó el contrato para otorgar servicios de depósitos bancarios por correo y se lo adjudicó a Bradesco, un banco privado. En abril de 2000, Bradesco lanzó un proyecto piloto bajo el nombre de Banco Postal en unas 36 oficinas de correos en la región del Amazonas. Hoy la oferta se ha ampliado a 5.000 oficinas postales en todo el país y Banco Postal atiende a unos 600.000 titulares de cuentas.
Durante la preparación del proyecto, el gobierno brasileño y Bradesco unieron sus esfuerzos a los de otras agencias y organismos. El Ministerio de Finanzas, que regula las operaciones bancarias, realizó los cambios normativos necesarios para completar al proyecto. Se consultó a los sindicatos, y se les aseguró que no habría despidos entre los trabajadores postales, pero que se les capacitaría en la entrega de los nuevos servicios. Boon señaló que debido a que hasta ahora el servicio postal depende de la correspondencia escrita, con creciente competencia de multinacionales como FedEx y DHL, la ineficiencia de los correos tradicionales es lo que amenaza el empleo de sus trabajadores.
Las innovaciones tecnológicas conforman un importante componente del proyecto en cuestión. Bradesco ha integrado electrónicamente a las oficinas postales dentro de su red financiera, lo que simplifica la entrega de servicios y disminuye los costos. Esta interconexión ha otorgado a aquellos que poseen una tarjeta bancaria acceso a los cajeros automáticos instalados en las oficinas postales. El Banco Postal ofreció al comienzo servicios de depósito y luego incorporó los de pago de cuentas, envío de remesas a otras regiones del país, el crédito y la microfinanza. Bradesco planea incorporar el envío de remesas al exterior, como también seguros, pensiones y otros.
El proyecto también incluye acceso a Internet y comercio electrónico, ya sea gratis o a un precio muy bajo para el cliente. Los servicios bancarios provistos por los empleados postales que han sido entrenados bajo la supervisión de los oficiales de las distintas sucursales de Bradesco han contribuido a revitalizar al sistema postal, han atraído nuevos y más clientes a las oficinas postales, y han generado nuevos ingresos.
En América Latina sólo un 2 por ciento de los ingresos de los correos proviene de las cuentas bancarias postales, en comparación con un 30 por ciento en Europa. Por lo tanto, estos servicios representan una gran oportunidad para diversificar al sistema postal. Boon agregó que, aún cuando la iniciativa brasileña fue la primera de su clase en la región, ya no es la única. En Uruguay ya han comenzado los preparativos para lanzar los servicios bancarios postales a través de CorreoBanc, el cual expandirá sus servicios de recolección de deudas a los servicios de cuenta, y Costa Rica y Nicaragua ya han implementado los servicios electrónicos de envío de remesas a través de sus oficinas de correos.