BELO HORIZONTE, Brasil - Tras dos jornadas de intensos y ricos debates sobre los resultados de las políticas conocidas como el Consenso de Washington, sus implicaciones para América Latina y el Caribe y las perspectivas de profundizar ese rumbo o proponer cambios en la arquitectura financiera internacional, renombrados economistas, premios Nobel y altos funcionarios de la región coincidieron en que no existen recetas ni soluciones fáciles.
En la conferencia Financiamiento Latinoamericano y el Papel de los Bancos de Desarrollo realizada el 30 y 31 de marzo en el marco de la Asamblea Anual del BID, distinguidas personalidades analizaron en el contexto de la globalización y de las transformaciones recientes en el comercio y en el mercado de capitales internacional, el crecimiento económico de América Latina y el papel de la banca de desarrollo con nuevas estrategias, campos de acción y modernos instrumentos de política pública.
Participaron en el encuentro dos premios Nóbel de Economía, los profesores Douglass North de la Universidad de Washington, St. Louis, Missouri, y Joseph Stiglitz de la Universidad de Columbia en Nueva York y el eminente investigador y profesor John Williamson del Institute for International Economics de Washington, D.C., que inspiró el concepto del Consenso de Washington
Las políticas y reformas institucionales deben ir más allá de las ideas conocidas como Consenso de Washington, dijo John Williamson al analizar sus implicancias para la región. "América Latina necesita ir más allá de la búsqueda de soluciones simples que se pueden encasillar en un lema como el Consenso de Washington... (pero) no creo que ello refleje un deseo de revertir cambios de políticas...", dijo. “La disminución de la pobreza y la mejor distribución de ingresos sugieren que comienzan a verse algunos resultados”.
Joseph Stiglitz, Nóbel de Economía (2001), planteó la necesidad de cambios en la arquitectura financiera internacional para mejorar la autonomía y efectividad de las políticas nacionales, que aseguren mayor protagonismo a los gobiernos de los países. La globalización impondrá nuevos desafíos, mayor competencia e inequidad, esto “requerirá un rol activo de los gobiernos”, dijo.
“El desarrollo es posible, pero no fácil; el desarrollo equitativo, más difícil aún; las instituciones importan”, enfatizó Stiglitz. Destacó que el éxito del desarrollo debe medirse también por la sostenibilidad, la equidad y el ambiente democrático.
El Nóbel de Economía (1993) Douglass North, afirmó que América Latina y el Caribe deben trabajar en una estructura de incentivos para crear una sociedad de acceso abierto, donde políticas e instituciones alienten una competencia efectiva, sin monopolios. Añadió que además de incentivos se requiere planeamiento y responsabilidad.
North Coincidió con sus pares en que no existe una fórmula general para el desarrollo económico, “no hay respuestas simples, ni una panacea general”, afirmó al establecer que los caminos a seguir dependerán de la historia de una sociedad y de su flexibilidad frente al cambio. Insistió, sin embargo, en la búsqueda de modelos exitosos.
A su vez, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Alberto Moreno instó a América Latina y el Caribe y los bancos multilaterales de desarrollo a trabajar juntos para asegurar que los mercados y servicios financieros sean más estables, eficientes y competitivos y también más inclusivos y accesibles. Propuso promover una democracia financiera, que asegure que un mayor porcentaje de la población, especialmente aquellos marginados --tales como pequeñas empresas, productores rurales y familias pobres-- tengan acceso a servicios financieros de calidad a precios asequibles.
En la conferencia participaron también entre otras personalidades el ministro de Planeamiento de Brasil Paulo Bernardo; el gobernador del Estado de Minas Gerais Aécio Neves da Cunha; el presidente de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE) Mario Laborín Gómez; y el presidente del Consejo de Administración del Banco de Desarrollo de Minas Gerais (BDMG), Hindemburgo Chateaubriand Pereira-Diniz. El alcalde de Belo Horizonte, Fernando Damata Pimentel. La reunión fue organizada por BDMG y ALIDE en coordinación con el BID.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, José Luis Machinea, resaltó que no existe un modelo único de desarrollo y que un enfoque integral es esencial para promover la equidad. “La equidad es relevante para la política económica, no sólo para la política social”, sostuvo.
El cierre de la conferencia estuvo a cargo del vicepresidente de Brasil José Alencar Gomes da Silva, quien instó a los presentes a buscar la mejor manera de insertar a los países de la región en el proceso de la globalización.
El evento formó parte de una serie de actividades patrocinadas por el BID en Belo Horizonte previas a las sesiones plenarias de la 47 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco y la 21 Reunión Anual de la Corporación Interamericana de Inversiones que se realizarán del 3 al 5 de abril.
Esta Reunión Anual del BID en Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais, es la cuarta celebrada en Brasil, uno de los miembros fundadores de la institución. El BID es el mayor y más antiguo banco de desarrollo regional y la principal fuente de financiamiento multilateral de desarrollo en América Latina y el Caribe.