En los barrios marginales de las grandes ciudades mexicanas, hay unos 3 millones de personas que carecen de agua potable y unos 6 millones que no tienen servicios de saneamiento. La creciente urbanización de América Latina y el Caribe y la migración masiva del campo a las ciudades han complicado la situación de pobreza, pero no se puede revertir, porque la migración corresponde a un deseo de la gente de hallar oportunidades de educación y progreso. “Las ciudades son un tema de enorme urgencia porque ahí es donde es más visible el drama de la pobreza”, dijo el presidente del BID, Enrique Iglesias, en un reciente seminario donde se mostraron los logros deun nuevo programa social mexicano conocido como Habitat.
El programa busca ayudar a los moradores urbanos más pobres de México y ya está en marcha en 173 ciudades del país. Habitat mejora la infraestructura básica y el equipamiento de las zonas marginales prestando servicios sociales y emprendiendo acciones de desarrollo comunitario que incluyen instalación de tuberías de agua potable, pavimentación de calles, electrificación y alumbrado público, recolección de basura y actividades de capacitación laboral.
El programa, que recibió recientemente un préstamo de US$ 350 millones del BID, empezó con 60 ciudades en el año 2003 y actualmente lleva a cabo más de 7,700 proyectos en 700 barrios.
Habitat sirve además para promover la participación ciudadana, señaló durante el seminario la secretaria mexicana de desarrollo social, Josefina Vázquez. “La participación ciudadana es el corazón y el espíritu” del programa, puntualizó. Las obras comunitarias sirven para garantizar la larga vida del programa y sus iniciativas con la certeza de que van a ser viables.
“Nuestras ciudades deben de ser buenos negocios patrimoniales”, comentó Vázquez. “Las ciudades tienen que dar certeza jurídica a quienes viven en ellas y convertirse, esencialmente, en espacios de seguridad (...) para vivir en condiciones de mayor dignidad y libertad”.
El presidente del BID resaltó también la importancia de identificar las buenas prácticas de los gobiernos y darlas a conocer para que otros puedan aprender de ellas. Hábitat indica que el tema social sigue siendo la preocupación central en América Latina y el Caribe, apuntó Iglesias, y para abordar el tema, “lo social y lo económico tienen que ser contemplados como dos caras de una misma moneda”.
El BID ha invitado al programa a presentarse en la próxima reunión anual de su Asamblea de Gobernadores, que se celebrará en abril en Okinawa, Japón. Los ministros de desarrollo social de América Latina y el Caribe participarán por primera vez en la reunión anual.
“Será el inicio de un nuevo ciclo para Hábitat y la política social”, concluyó Vázquez, “ pero sobre todo para los millones de compatriotas que en nuestras ciudades viven en carencia”.