Participantes analizaron impactos ambientales y sociales del proyecto, medidas de mitigación
LIMONADE, Haití – Representantes de comunidades locales participaron en un taller sobre impactos acumulativos del Parque Industrial Caracol, un proyecto liderado por el gobierno de Haití y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno de los Estados Unidos.
El evento tuvo lugar el lunes y el martes de la semana pasada en el campus Roi Henri Christophe de la Universidad del Estado de Haití, cuyas instalaciones fueron donadas por la República Dominicana y construidas en un predio cercano al parque industrial.
El taller contó con la participación de unas 40 personas, entre delegados de entidades del gobierno haitiano, alcaldes de localidades vecinas, autoridades de las cámaras de comercio regionales y de la universidad.
El evento fue organizado por el BID, en consulta con la Unidad Técnica de Ejecución (UTE) del Ministerio de Economía y Finanzas, encargada del proyecto del parque industrial, y la Secretaría Ejecutiva del Comité Interministerial de Planificación Territorial (CIAT), dependiente de la Oficina del Primer Ministro.
La UTE expuso sobre la construcción del parque industrial, que comenzó en noviembre de 2011. La primera empresa en radicarse, la textil coreana Sae-A, ya está instalando su fábrica en Caracol. Una empresa haitiana fabricante de pinturas será la segunda arrendataria.
Representantes de la UTE también abordaron temas ambientales y sociales relativos al desarrollo del parque industrial, que se construye en un predio fiscal de 240 hectáreas en una de las zonas más pobres de Haití. Asimismo describieron las medidas que se están tomando para evitar o mitigar efectos negativos del proyecto.
Por su parte, autoridades del CIAT hicieron una presentación sobre la gestión de potenciales riesgos para el desarrollo de la región. Como parte del proyecto del parque industrial, el BID y el gobierno de EEUU están financiando la preparación de un plan maestro regional para el norte de Haití.
A su vez, especialistas de la Unidad de Salvaguardas Ambientales y Sociales del BID presentaron una evaluación acerca de los impactos cumulativos del proyecto.
Las presentaciones fueron seguidas de sesiones paralelas en las cuales los participantes se enfocaron en temas específicos como el uso de agua de superficie y subterránea, los ecosistemas acuáticos como la bahía de Caracol y su zona de manglares; agricultura, reforestación y gestión de cuencas hídricas; y dimensiones sociales del proyecto como una aceleración de la urbanización de comunidades de la región.
Durante las sesiones paralelas representantes de las comunidades locales expresaron sus opiniones y preocupaciones sobre el proyecto a las autoridades del gobierno central. Entre otros temas se discutió un potencial incremento de la población atraída por los empleos generados por el parque industrial.
La fuerza laboral de Caracol crecerá gradualmente, comenzando principalmente con personas de los pueblos cercanos. Pero dentro de unos siete años el parque industrial podría albergar a unos 37.000 trabajadores. Los salarios de los trabajadores volcaran decenas de millones de dólares a la economía del norte de Haití. Al mismo tiempo, el gobierno central y las comunidades locales enfrentarán una creciente demanda por mejores servicios, desde educación a vivienda, transporte, salud, agua y saneamiento.
El BID planea ayudar a Haití a gestionar numerosos desafíos del proyecto, financiando la construcción de una planta de tratamiento de agua en el parque industrial, el desarrollo de nuevos núcleos habitacionales y un proyecto para proteger la bahía de Caracol.
El BID es el principal donante multilateral de Haití. Desde el terremoto de 2010 ha aprobado US$546 millones en nuevas donaciones y ha desembolsado más de US$407 millones para ayudar al gobierno haitiano a realizar inversiones en agricultura, agua y saneamiento, educación, energía, transporte y desarrollo del sector privado.