El Banco Interamericano de Desarrollo anunció hoy la apertura de una línea de crédito de 80 millones de dólares para mejorar la calidad de vida y proteger las identidades culturales de las comunidades indígenas rurales en Chile.
El programa pondrá en marcha una iniciativa de dos fases, la primera de la cual será de 34.8 millones de dólares. Ambas fases contemplan la participación de las comunidades beneficiarias en el proceso de planificación y ejecución de proyectos para fortalecer sus instituciones locales, aumentar la producción agrícola y mejorar los servicios de educación y salud.
Esta iniciativa beneficiaría a unas 12.000 familias indígenas que viven en 600 comunidades rurales de los grupos culturales aymara, atacameño y mapuche. El programa se concentrará en dos regiones en el norte de Chile y en tres regiones en el sur. Muchos de los potenciales beneficiarios residen en municipios donde están ubicadas las Áreas de Desarrollo Indígena, zonas donde han vivido ancenstralmente estas comunidades.
El programa incluirá medidas para fortalecer la capacidad de gestión y administración de las comunidades indígenas para que puedan llevar a cabo proyectos y preservar su identidad cultural. Se realizarán cursos y talleres sobre administración, gestión, planificación, preparación de propuestas para obtener financiamiento, resolución de conflictos y liderazgo femenino.
Asimismo se proveerá apoyo a la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), la institución responsable de los temas de las comunidades autóctonas en Chile. El programa será ejecutado por el Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN)*.
Otros componentes del programa financiarán proyectos productivos, particularmente para aumentar el rendimiento de la agricultura y diversificar su producción, así como para apoyar a las entidades estatales para que brinden servicios sostenibles a estas comunidades.
En materia de educación, se financiarán proyectos para fortalecer la educación intercultural, el desarrollo curricular, el entrenamiento de profesores y el aprovechamiento de la televisión educativa. En salud, habrá cursos, seminarios e inversiones en proyectos de atención de salud interculturales y se fortalecerá la medicina indígena mediante encuentros entre agentes de dicha especialidad.
Por otra parte se apoyará el diseño y la implementación de una estrategia de comunicación con mensajes definidos para cada uno de los públicos interesados en el programa.
Según datos del censo de 1992 de Chile, alrededor de un millón de personas mayores de 14 años se identificaron como miembros de culturas indígenas. Esto representaría cerca de 12 por ciento de la población mayor de 14 años. Según datos de encuestas de hogares más recientes, casi uno de cada tres indígenas chilenos vive en la pobreza, una incidencia mucho más alta que entre el resto de la población.
En años recientes el gobierno chileno se ha esforzado por llegar a la población indígena mediante diversos mecanismos de diálogo, entre ellos las "mesas de trabajo para los pueblos indígenas", a fin de conocer y procesar sus demandas. El programa financiado por el BID responderá a las necesidades prioritarias identificadas mediante ese mecanismo de diálogo, así como a aquellas necesidades señaladas en otros talleres realizados por el equipo de proyecto del BID durante la fase de diseño del programa.
El préstamo del BID para la primera línea de crédito fue otorgado a un plazo de 20 años, con cuatro años de gracia y a una tasa de interés variable, que en la actualidad es de 7,03 por ciento anual. Los fondos de contrapartida para la primera fase del programa ascenderán a 23,2 millones de dólares.
El Banco ha venido realizando varios proyectos de desarrollo integral de la comunidad indígena en América Latina y auspició la creación de un Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas con sede en Bolivia que funciona desde el año 1992 administrado por expertos indígenas.