El Banco Interamericano de Desarrollo participa en la II Asamblea Mundial de las Naciones Unidas sobre Envejecimiento que se realiza en Madrid, España, con el objeto de apoyar a las delegaciones de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado de América Latina y el Caribe en la formulación de propuestas operativas concretas y realistas para mejorar las condiciones de vida de las personas mayores en la región.
En América Latina hay unos 44 millones de personas de 60 y más años de edad y muchos viven en una situación de gran vulnerabilidad económica para satisfacer sus necesidades personales básicas de alimentación, abrigo, vestuario y seguridad física, y para poder actuar y mantener su salud y bienestar.
El desarrollo ha creado una mayor expectativa de vida, que conduce al envejecimiento demográfico, a un mundo que envejece, pero que también genera la oportunidad de un envejecimiento exitoso, dijo el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Enrique V. Iglesias en su presentación en una mesa redonda sobre "Desarrollo en un mundo que envejece: Implicaciones del proceso de envejecimiento en las estrategias de desarrollo y erradicación de la pobreza".
La gran oportunidad está en una nueva cultura del envejecimiento, estableciendo nuevas reglas, exigencias y posibilidades para el desarrollo, con una población mayor más educada, saludable, productiva y madura, afirmó Iglesias. Habló del desafío ético de una sociedad más solidaria como principio no de caridad sino de justicia.
Necesitamos un nuevo modelo de desarrollo que permita la inclusión social y productiva y reconozca los aportes efectuados por la población mayor, que sea solidario, centrado en la familia, fuertemente preventivo y sensible a las necesidades de las mujeres, que dominan las filas de la población mayor pobre y juegan un papel central en la familia hasta el final de la vida, sostuvo.
Las inversiones para el desarrollo deben reconocer también los aportes de la mayor longevidad al crecimiento económico por su impacto en la productividad y el estímulo de una demanda creciente de bienes y servicios, agregó.
El BID se compromete a apoyar a los países a buscar formas de mejorar la seguridad económica y asegurar la satisfacción de las necesidades básicas de los adultos mayores más carentes, mediante el reforzamiento de los sistemas previsionales y de protección social y medidas específicas, concluyó Iglesias.
Seminario sobre seguridad económica
El seminario taller "Seguridad económica del adulto mayor en América Latina y el Caribe: De la asamblea a la acción", coordinado por el BID y el Comité Organizador Español de la II Asamblea Mundial, tendrá lugar el 9 de abril y convocará a expertos internacionales, ministros y representantes de la sociedad civil y del sector privado de los países de la región. Estará abierto a la prensa y se realizará en la Sala B de la Zona Sur de los pabellones del Complejo Ferial de Madrid IFEMA.
La reunión será inaugurada a las 8.30 a.m. por autoridades del Comité Organizador de la II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, del BID, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales de España, de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social y de HelpAge International.
En el encuentro, José Miguel Guzmán de CEPAL y Tomás Engler del BID realizarán una síntesis diagnóstica de la situación del adulto mayor en América Latina y el Caribe; y la coordinadora del Centro Sociolegal para Adultos Mayores de la Red HelpAge en Bolivia, Sonia Cuentas, presentará una propuesta sobre acciones inmediatas y mediatas para mejorar la seguridad económica de los adultos mayores en la región.
La propuesta será debatida en sesiones plenarias y también expertos de cuatro grupos subregionales analizarán el tema desde las perspectivas de México, Centroamérica y Caribe hispanoparlante; Caribe angloparlante; Países Andinos; y Cono Sur. Un panel de representantes de agencias de cooperación técnica y financiera ofrecerá una visión internacional y la secretaria de Estado de Asistencia Social de Brasil, Wanda Engel, moderará el debate final, donde se fijarán pautas de acción futura.
El seminario es copatrocinado por el BID, la CEPAL, HelpAge Internacional, la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, la Red Iberoamericana de Asociaciones de Adultos Mayores, la Red Intergubernamental Iberoamericana de Cooperación Técnica; la Red Tiempos y la Secretaría de Cooperación Iberoamericana.
Otras iniciativas del BID
El BID aprobó recientemente su primer programa dedicado exclusivamente a atender las necesidades de los adultos mayores más pobres de América Latina y mejorar sus condiciones de vida. El programa contempla asistencia técnica y capacitación para coordinar las actividades de agencias públicas y organizaciones de la sociedad civil y establecerá un banco de proyectos.
La donación, de 750.000 dólares, proveniente del Fondo Especial Japonés administrado por el BID, fortalecerá a las organizaciones de adultos mayores que benefician a ese sector de la población en Argentina, Chile, Perú y Uruguay y mejorará la capacidad de una red regional y siete redes nacionales que apoyan a estas organizaciones. Los recursos financiarán cursos de liderazgo para más de 2.380 personas mayores y fortalecerán la capacidad de más de 3.000 organizaciones dedicadas a los adultos mayores.
En los últimos años el BID encargó también estudios que permitieron identificar tendencias demográficas y sociales, como también necesidades y demandas de los adultos mayores, la oferta de servicios para el sector, criterios para definir y priorizar políticas de servicios y recursos, y oportunidades estratégicas de intervención en Argentina, Chile y Uruguay.
Con el coauspicio de los gobiernos de Suecia y Finlandia, el Instituto de Comercio Exterior de España, el Programa de Japón, la Organización Panamericana de la Salud, la Federación Internacional de la Vejez y HelpAge International, el BID realizó en junio de 2000 una primera conferencia internacional sobre el tema en Washington, D.C. El encuentro reunió a más de 100 expertos para identificar estrategias de apoyo a un envejecimiento activo y saludable, particularmente para los sectores más pobres de la población en América Latina y el Caribe.