BELO HORIZONTE, Brasil – El nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, propuso hoy agilizar, descentralizar y enfocar a la institución en sectores y temas prioritarios para la competitividad de las economías de América Latina y el Caribe.
En su discurso de apertura de la reunión anual de la Asamblea de Gobernadores del BID, que se celebra en esta ciudad del 3 al 5 de abril, Moreno, quien asumió la presidencia en octubre, presentó a los 47 países miembros las prioridades para su mandato de cinco años.
La Asamblea de Gobernadores, el máximo órgano de decisión del BID, está formada por representantes de sus países socios, en su mayoría ministros de finanzas o presidentes de bancos centrales.
Moreno, el cuarto presidente que ha tenido el BID desde su fundación en 1959, dijo que halló una institución financieramente sólida, profundamente conocedora de la región y comprometida con su desarrollo social y económico.
Para ayudar a los países latinoamericanos y caribeños a enfrentar los retos de la economía globalizada, el BID deberá ser también el Banco de la Competitividad, afirmó. Esto implica que se abocará a financiar iniciativas que permitan a la región reducir las brechas de infraestructura, tecnología e institucionales que limitan su progreso.
Pero para poder cumplir ese papel, la propia institución deberá ajustarse a las demandas de sus países prestatarios y su población.
“En primer lugar quiero promover un Banco más cerca de sus clientes, de la gente de América Latina, y voy a promover su descentralización”, dijo Moreno. “Segundo, lo haremos más ágil, reduciendo los tiempos entre aprobación y desembolso de los préstamos”.
Otras prioridades serán aumentar el volumen de financiamiento para el sector privado y los proyectos de infraestructura regional que permitan a América Latina lograr una efectiva integración de sus economías, como han logrado Europa y los países norteamericanos.
En referencia a los cambios políticos que está viviendo América Latina, Moreno afirmó que el BID quiere apoyar las reformas que legítimamente reclama la población de la región.
Por ello el BID mantendrá su apoyo a los programas estructurales de lucha contra la pobreza y buscará trabajar más estrechamente con gobiernos subnacionales, como las provincias y municipios, que en creciente medida se están haciendo cargo de servicios sociales como la eduación y la salud básica.
Moreno trazó un panorama económico de la región, que en los últimos tres años ha pasado por los mejores momentos de las últimas tres décadas, gracias al repunte del crecimiento, el auge de los precios de sus exportaciones de materias primas, la caída de la inflación, la reducción de los déficit fiscales, el mejoramiento del perfil de su deuda externa y la acumulación de reservas internacionales.
En contraste con esos datos optimistas, Moreno presentó una perspectiva preocupante: “En términos relativos, América Latina es hoy menos importante de lo que era cuando este Banco se fundó”, dijo. “En 1959 representábamos 6 por ciento del producto bruto mundial, y ahí nos mantenemos. Nuestra participación en el comercio mundial era 7,3 por ciento. Hoy es 5,1 por ciento. No hemos reducido las brechas de ingreso con los países desarrollados”.
Más aún, América Latina ha quedado rezagada con respecto a países de otras regiones que estaban menos desarrollados cuando se creó el BID.
En el campo social, si bien en los últimos 46 años los países latinoamericanos han logrado notables progresos en reducción de la mortalidad infantil y aumento del acceso a la educación básica, la región sigue teniendo básicamente la misma proporción de población pobre y carece del desarrollo tecnológico que sostiene la competitividad en el mundo moderno.
Respecto a las distintas experiencias que ha ensayado América Latina y el Caribe para alcanzar un desarrollo económico y social sostenido, Moreno manifestó que no cree que exista un modelo único.
Si bien hay principios indispensables para lograr tasas de crecimiento más elevados y sostenidas, agregó, estos no son suficientes. “Ha sido un error creer que una buena macroeconomía, por sí sola, o la simple apertura del comercio iban a obrar el milagro del desarrollo”, afirmó Moreno.
América Latina debe eliminar los obstáculos institucionales que impiden una distribución más equitativa de los beneficios económicos, condenan al grueso de su población a condiciones de vida inferiores y generan inestabilidad social y política, agregó.
En ese sentido, Moreno propuso una iniciativa que involucrará al BID en proyectos dirigidos específicamente a ampliar el acceso de las grandes mayorías de América Latina y el Caribe a mayores beneficios del desarrollo económico y social.
La iniciativa, Creación de Oportunidades para la Mayoría, será lanzada en una conferencia a celebrarse en la sede del BID en Washington del 11 al 13 de junio, con la participación de jefes de estado, líderes sociales, académicos y dirigentes del sector privado.
Moreno también señaló como una de las prioridades de su gestión el aprovechamiento del papel del BID como plataforma para el diálogo entre América Latina y el Caribe y sus socios industrializados, siguiendo la intención de los creadores de esta institución.
En su discurso Moreno rindió homenaje a Juscelino Kubitschek, estadista brasileño, adalid de la integración panamericana y precursor de la fundación del BID. En memoria del ex alcalde de Belo Horizonte, gobernador de Minas Gerais y presidente del Brasil, el Banco creará un premio para distinguir a líderes del desarrollo de América Latina y el Caribe.