La crisis argentina ha provocado una gran corriente de reflexión entre la comunidad de desarrollo ¿Cómo pudo un país que parecía tenerlo todo —incluyendo sólidas políticas económicas— haber caído tan profundamente en tan poco tiempo?
Los problemas de Argentina también están produciendo serios debates en otros países de América Latina en un momento en que se experimenta profunda desilusión con las políticas económicas liberales. En una reciente encuesta realizada en la región, el 62 por ciento de la gente muestra una opinión muy baja sobre la ola de reformas de mercado libre y privatizaciones que caracterizaron la década de los años noventa. Las encuestas mostraron también que dos de cada tres latinoamericanos estaban descontentos con los resultados de la democracia, y sólo la mitad creía que la democracia era la mejor forma de gobierno.
Los resultados de esta encuesta fueron presentados en un trabajo preparado por Eduardo Lora, asesor principal del Departamento de Investigaciones del BID y co-autor del documento. Éste muestra, especialmente entre la clase media, una creciente insatisfacción con las reformas económicas realizadas en los últimos años.
Si bien Lora entiende el descontento y la frustración, él argumenta que los países de la región se recuperarán más rápidamente si no abandonan las reformas económicas y políticas y, por el contrario, las fortalecen y las perfeccionan.
Lora respondió unas preguntas de BIDAmérica sobre su visión en cuanto a los temas principales que enfrentan América Latina y el Caribe, en relación a las reformas.
BIDAmérica: ¿Cuál es el principal reto político que enfrenta actualmente la región?
Lora: Yo diría que el principal reto político es mantener la democracia. Uno de los mayores logros de América Latina durante los años ochenta y noventa fue alejarse de los regímenes militares y no elegidos democráticamente que anteriormente habían regido en la mayor parte de los países de la región. Sería en verdad muy dramático que la actual crisis económica hiciera renacer esos regímenes autoritarios. El principal reto para Latinoamérica es fortalecer sus instituciones democráticas.
BIDAmérica: La gente se pregunta si las políticas económicas liberales adoptadas por los países latinoamericanos en los años noventa significaron “sólo sufrimiento y sin ninguna ganancia”. Frente a las críticas, ¿Volverán los gobiernos a las viejas políticas de gobierno centralizado e intervensionismo?
Lora: A juzgar por la historia, un retroceso parece poco probable, dado que los grandes períodos de reforma siempre han tenido lugar en épocas de crisis. Pero el actual descontento puede causar retrasos en el proceso de reforma. La probabilidad de que esto ocurra disminuye en la medida en que se encuentre una solución rápida y sostenible a los problemas de Argentina, y se prevenga que estos problemas se extiendan a otros países.
En este sentido, es muy importante tener presente qué reformas funcionaron, y cuáles no y por qué. La conclusión más importante que podemos sacar de estudios en este tema es que las reformas estructurales ha demostrado ser más efectivas en los países que poseen un fuerte estado de derecho. Nuestros propios análisis también han demostrado que los latinoamericanos son particularmente opuestos a la privatización y otras reformas cuando perciben que el gobierno es corrupto. En consecuencia, mejorar la transparencia y la responsabilidad financieras en las instituciones públicas de América Latina debe ser una meta principal.
BIDAmérica: Usted continúa insistiendo en que la integración económica es crucial para la recuperación económica de la región, pero mucha gente cree que la liberación comercial y la globalización son, por lo menos en parte, responsables de los actuales problemas de Latinoamérica. ¿Es la integración aún la respuesta?
Lora: Absolutamente. Nuestro objetivo principal debe seguir siendo la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El ALCA no sólo aumentará la especialización y profundizará los enlaces comerciales, sino que también conducirá a la modernización institucional, a mejoras en la productividad, y hará que la región sea más atractiva para la inversión extranjera directa.
La mayoría de los países del hemisferio continúan estando muy comprometidos con la ALCA. Pero en algunos países, la recesión, el desempleo, y cambios súbitos en las tasas de cambio podrían muy bien enfriar el entusiasmo integracionista y dar cabida a presiones proteccionistas. El reto será mantener el momento en las negociaciones hemisféricas, y asegurarse que las iniciativas sub-regionales convergen en una única área hemisférica de libre comercio.
BIDAmérica: ¿De que otras maneras podrían cooperar más efectivamente los países de la región?
Lora: La integración financiera también debería ser un punto prioritario en la agenda. Una precondición clave es el desarrollo del necesario marco de referencia institucional, incluyendo la armonización e integración del sistema regulatorio.
La integración impositiva es también importante, debido a que la base impositiva del valor agregado impositivo en la que descansan muchos países latinoamericanos, está siendo erosionada por Internet y la globalización del comercio. La armonización impositiva puede también ayudar a contrarrestar la tendencia de algunos países a competir por inversiones extranjeras directas concediendo un trato impositivo especial que destruye la base impositiva.
Finalmente, los esfuerzos de integración de infraestructura, tales como el Plan Puebla-Panamá y la Iniciativa Sudamericana de Infraestructura, son esenciales para una integración y especialización regional más profunda. Tales esfuerzos promoverán la competitividad de la región y permitirán distribuir los beneficios del desarrollo económico entre una mayor cantidad de gente.