Inversión creciente, baja inflación, el dólar en baja, equilibrio fiscal, menor desemple las campanas redoblan de buenas noticias para América Latina y el Caribe desde hace unos 18 meses.
Un grupo de connotados economistas analizó la situación durante un seminario ofrecido por el Departamento de Investigación del BID en honor al presidente Enrique V. Iglesias, quien se retira del Banco el 30 de septiembre. El seminario fue inaugurado por el propio presidente Iglesias y liderado por el economista jefe del BID, Guillermo Calvo, con la participación de Ricardo Hausmann, Michael Mussa, José Antonio Ocampo y John Williamson.
El economista jefe del BID sigue apostando a un crecimiento de 4,6 por ciento para la región en 2005—otros dicen 5 por ciento y más—, acompañado de auges bursátiles, más empleo y creciente inversión. Pero hay que tener cautela, añadió Calvo, porque la bonanza se debe en gran medida a factores externos, como la fuerte caída de las tasas de interés internacionales, la depreciación del dólar, la demanda por productos básicos y mejores términos de intercambio.
El contexto internacional de América Latina ha mejorado mucho, corroboró Ricardo Hausmann, ex economista jefe del BID y profesor de la Universidad de Harvard. Pero a pesar de que el viento va en popa, América Latina crece más lento que Asia y otras regiones del mundo. ¿Por qué?, preguntó Hausmann.
Si se piensa que la economía anda como un caballo, dijo Hausmann, “se podría pensar que son las riendas lo que está frenando al caballo y hay que soltar las riendas para que el caballo galope. Pero cuando uno suelta las riendas, el caballo camina como un burro”.
No alcanza que se hayan aflojado las riendas, además los gobiernos deben tomar decisiones claves que el mercado no puede tomar. El crecimiento necesita ser más planificado, enfatizó. En un proyecto de infraestructura, por ejemplo, se necesita determinar qué tipo de infraestructura se requiere y dónde y para qué. En un proyecto de educación, qué educación se va a ofrecer, qué universidad se va a poner, qué destreza se quiere crear, qué tipo de trabajadores se capacitarán, para qué actividades se va a apuntar. No es sólo cuestión de aumentar los factores de la producción, también es necesario pensar más sobre cómo se produce.
En este sentido, apuntó Hausmann, “los gobiernos de la región desgraciadamente van a tener que elegir dentro de estas áreas si es que quieren acelerar su crecimiento”.
El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal), José Antonio Ocampo, puso el énfasis en la desigualdad social. “Combatir la desigualdad es más importante que concentrarse en el crecimiento económico”, subrayó.
Pero Hausmann destacó el caso de Chile, en donde la calidad de vida de todos los ciudadanos ha mejorado debido a su crecimiento económico, a pesar de que ese país tiene una desigualdad social similar a la de Brasil y Guatemala.
Al cerrar el seminario, Calvo congratuló a Iglesias por su aporte a la investigación económica a través de la creación del Departamento de Investigación del BID. “Iglesias instaló en el Banco la capacidad de la investigación económica”, planteó Calvo. Tras 17 años, la calidad y la magnitud de los recursos del Banco han mejorado, y su tamaño ha ido creciendo mientras que la investigación ha ayudado a transformar la región, muy distinta hoy de lo que era en 1988, cuando Iglesias asumió la presidencia de la institución.