- Según un nuevo informe, el apoyo depende de cómo se presente la información y tiene importantes implicancias para políticas públicas
Una gran mayoría de latinoamericanos apoya un aumento del comercio, aunque un innovador experimento revela que el respaldo es frágil y puede variar sustancialmente ante información que ponga énfasis en sus consecuencias negativas, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo.
El innovador experimento fue realizado con la intención de comprender cómo la presentación de las preguntas sobre apoyo al comercio afecta las percepciones sobre el mismo. El reporte forma parte de un informe especial sobre comercio e integración que se publicará en noviembre con el título: De Promesas a Resultados en el Comercio Internacional – Lo que la Integración Global puede hacer por América Latina y el Caribe.
Casi tres de cada cuatro personas se expresaron a favor de aumentar el comercio con otros países. Los mayores porcentajes de respaldo se dieron en Venezuela, Honduras y Uruguay. El estudio, basado en preguntas que se incluyeron en la encuesta regional realizada por Latinobarómetro en 2018, encontró que el apoyo al comercio se ha mantenido constante en la mayoría de los países a lo largo de los años, disminuyendo únicamente en épocas de crisis agudas. Casi seis de cada diez latinoamericanos ven al comercio como sinónimo de más empleo, mientras quesolo el 11 por ciento cree que el comercio puede tener un impacto negativo en los puestos de trabajo, y solo un nueve por ciento considera que baja los salarios.
Información positiva vs. negativa
De Promesas a Resultados se enfoca en las variaciones en el apoyo de los latinoamericanos al comercio dependiendo de cómo se formule la pregunta, algo que se conoce como framing. Si bien los resultados sugieren un fuerte apoyo al comercio, el estudio también pone de manifiesto una preocupación por la potencial pérdida de empleos a causa de un mayor flujo comercial y cómo algunos mensajes pueden alterar los resultados.
En el experimento, las personas encuestadas en 18 países fueron divididas aleatoriamente en cuatro grupos: control; framing positivo; framing negativo; y framing mixto. Por ejemplo, a los del framing positivo se les preguntó: “¿Está usted a favor o en contra de un aumento (por parte de su país) del comercio con otros países para que bajen los precios y haya una mayor variedad de productos para comprar?” En el otro extremo, a los del grupo del framing negativo se les preguntó: “¿Está usted a favor o en contra de un aumento (por parte de su país) del comercio con otros países, incluso en caso de que un mayor flujo comercial cause pérdida de empleos en sectores que compiten con las importaciones?”
Según el informe, el framing negativo reduce el apoyo al comercio en un promedio de 26 puntos porcentuales, desde 73 a 46 por ciento.
“El impacto del framing negativo es similar al impacto combinado de género, educación, ideología e influencia de los medios”, dijo Ernesto Stein del BID, uno de los principales investigadores del estudio. “Las opiniones pueden virar hacia el proteccionismo cuando se utilizan los argumentos anti-comercio más comunes para encuadrar el debate. En otras palabras, el apoyo es amplio pero no tiene raíces muy profundas”, añadió.
Mientras que la información negativa tiene un impacto considerable, la información positiva contribuye poco en aumentar el respaldo al comercio, reveló el estudio. El grupo que recibió información, tanto positiva como negativa, también registró una sustancial caída en el respaldo al comercio, pero por un menor margen de quienes solo recibieron el framing negativo. Esto significa que, mientras la información positiva sobre los precios y la disponibilidad de una mayor variedad de productos contrarresta parcialmente la información negativa sobre el empleo, el efecto combinado sigue siendo fuertemente negativo.
Los efectos del framing varían de país a país. Por ejemplo, el encuadre negativo tiene escaso impacto en Costa Rica, donde las actitudes sobre el comercio están más afianzadas, posiblemente debido al amplio debate público que se dio en 2007 en torno al referéndum sobre el acuerdo de libre comercio CAFTA-DR.
Estos resultados tienen fuertes implicaciones para los responsables de políticas públicas. Las reformas comerciales pueden tener consecuencias positivas en general, pero inevitablemente habrá ganadores y perdedores. Mientras que las reformas pueden incluir medidas para compensar a los perdedores, los resultados de este estudio muestran cómo los mensajes negativos sobre el comercio pueden fácilmente influir en las opiniones de la gente.
“Cuando se trata de comercio, la gente se preocupa mayormente por el empleo”, dijo Mauricio Moreira del BID, coeditor del informe De Promesas a Resultados. “Los responsables políticos que buscan salvaguardar las reformas comerciales y abrir más sus economías pueden necesitar contrarrestar cualquier tipo de información negativa con otras de tipo positivo sobre el empleo”.
“Pueden, por ejemplo, destacar las oportunidades de empleo que podrían surgir gracias al acceso a mercados externos, o hacer referencia a las pérdidas de puestos de trabajo que podrían producirse si se pierde accesos a los mercados externos”, concluyó.
Sobre el BID
El Banco Interamericano de Desarrollo tiene como misión mejorar vidas. Fundado en 1959, el BID es una de las principales fuentes de financiamiento a largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional de América Latina y el Caribe. El BID también realiza proyectos de investigación de vanguardia y ofrece asesoría sobre políticas, asistencia técnica y capacitación a clientes públicos y privados en toda la región.