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Los Estados Unidos y América Latina comparten experiencias para prevenir la violencia juvenil

Funcionarios del BID y de América Latina consideran las lecciones extraídas de los programas juveniles de los Estados Unidos

Esta semana, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llevó a cabo una clínica de dos días de duración con especialistas y funcionarios policiales superiores del hemisferio, en cuyo transcurso se analizaron los programas de Boston, Baltimore y San José, California, entre otros, como ejemplos de prácticas óptimas que pueden adoptarse para ayudar a la lucha contra la delincuencia juvenil en América Latina y el Caribe.

La clínica, que tuvo lugar en la sede del BID, en Washington, D.C., en cooperación con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, incluyó una visita de los participantes a la Oficina de Prevención de la Violencia de la ciudad de Baltimore, que ha tratado de combinar los modelos de servicios de salud pública y otros para respaldar las estrategias tradicionales de seguridad pública. El grupo de participantes fue recibido por la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake.

Esta es la quinta clínica de capacitación organizada por el BID y la primera desde que el Banco lanzó su nueva iniciativa de seguridad ciudadana en marzo, con énfasis en la difusión de conocimientos entre los países de América Latina, como componente clave de la ayuda a la reducción de los índices de delincuencia. Durante el decenio anterior, el BID aprobó más de US$300 millones para proyectos relacionados con la seguridad ciudadana.

“Los programas que han rendido buenos resultados en Boston o en Bogotá pueden tener los elementos clave para la elaboración de programas eficaces a fin de reducir la violencia y la delincuencia entre los jóvenes de toda la región”, dijo Ana María Rodríguez, gerente del sector de Capacidad Institucional del Estado del BID. “La clínica ofrece un medio para profundizar nuestra comprensión de lo que sirve y cómo lo hace, así como de lo que no sirve, en lo que atañe a prevenir que los jóvenes se vuelquen a la violencia”.

Los participantes en la clínica aprendieron métodos de incorporación de los miembros de las comunidades a la prevención de la violencia en las ciudades y también estudiaron programas policiales de prevención de la delincuencia, ejecutados eficazmente en el hemisferio y concentrados especialmente en la comunidad y la aplicación de la ley, que operan sobre la base de pruebas y datos para mejorar la labor policial.

Mario Maciel, el jefe del Grupo contra las Pandillas de la alcaldía de San José, dijo que los esfuerzos policiales quedan “en el vacío” si no son acompañados con otros esfuerzos. “Lo que estamos haciendo es enfocándonos desde la primaria, desde las edades más jóvenes de seis, siete años, e inculcarles a hacer decisiones positivas, entender las consecuencias legales”.

También es necesario educar a los padres sobre cuáles son los indicios que un chico va por un camino errado. “Esto empieza desde la casa”, agregó.

Barbara Ferrer, la directora ejecutiva del Departamento Público de Salud de Boston, señaló que han encontrado tres estrategias que prometen. Un enfoque en educación y entrenamiento laboral les muestra a los jóvenes “que tienen un futuro”. Esto va acompañado por un esfuerzo de entrenar a los jóvenes a “manejar sus emociones, sus rabias”. En tercer lugar era importante formar alianzas con otros entes del sector público y privado para promover un ambiente propenso a la seguridad, que incluye, por ejemplo, lugares de entretención para los jóvenes, y espacios públicos sean limpios e iluminados.

Funcionarios estadounidenses de alto rango, nacionales y locales, compartieron opiniones acerca de programas como el Foro Nacional de Prevención de la Violencia Juvenil – una red de comunidades y entidades federales que combinan sus experiencias para configurar medidas eficaces de prevención de la violencia juvenil. Jefes de policía, autoridades públicas y organizadores de la sociedad civil de América Latina y el Caribe escucharon los comentarios de Mary Lou Leary, Fiscal General Adjunta encargada de la Oficina de Programas del Departamento de Justicia (OJP), William Evans, Superintendente del Departamento de Policía de Boston y del General Ricardo Alberto Restrepo Londoño, de la Policía Nacional de Colombia, entre otros especialistas.

Lawrence W. Sherman, profesor de la Universidad de Cambridge, presentó un protocolo para la prevención de la delincuencia sobre la base de pruebas y el BID dio a conocer su documento sobre el tema, titulado Seguridad ciudadana: Marco de trabajo conceptual y pruebas empíricas, que presenta programas de “apuestas óptimas” e intervenciones de América Latina y el Caribe y de fuera de la región. Esos programas han sido sometidos a evaluaciones rigurosas y muestran un historial de eficacia comprobada.

La clínica contó con la presencia de 80 participantes de América Latina y el Caribe y de Estados Unidos.

Clínicas similares se habían llevado a cabo antes en Santiago (2008), en San José de Costa Rica (2009), Montevideo (2010) y Rio de Janeiro (2011).

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