Parafraseando un antiguo dicho, si no se puede hacer que la gente llegue hasta la burocracia, entonces hay que llevar la burocracia hasta la gente. Eso es precisamente lo que el gobierno brasileño hizo al enviar tres embarcaciones a recorrer el laberinto de vías fluviales que constituyen el único medio de llegar hasta aproximadamente un millón y medio de personas que viven en el estado de Amazonas. Esas oficinas gubernamentales flotantes ofrecen la posibilidad de obtener en un solo lugar más de 50 servicios distintos que, de otro modo, estarían, literalmente, fuera del alcance de la mayoría de esos brasileños.
Larry Rohter, del The New York Times, describe la gama de servicios disponibles en una sola de esas embarcaciones, la Zona Franca Verde. El conjunto de servicios es tan grande como el territorio que debe cubrir la nave, e incluye atención médica y odontológica, matrimonio civil, inscripción de nacimientos, conscripción militar e inscripción en el patrón electoral. La mayoría de la gente que aborda esas embarcaciones han sido en esencia ciudadanos fantasmas que han carecido hasta de los documentos de identidad más básicos. Eso ha dejado a esas personas al margen de la sociedad brasileña, sin posibilidad siquiera de poseer bienes inmobiliarios, ya que carecen de documentos de identificación adecuados.
Jhonnes Tereira da Silva, un habitante de la zona fluvial, resumió con toda claridad la difícil situación propia y de tantos otros de la siguiente manera: “Un hombre sin documentos no es nada ni nadie. No es más que un animal en la selva”.
El programa de asistencia itinerante rápida, conocido por su acrónimo en portugués, PAI, procura corregir esa situación. El PAI, que ya se encuentra en su tercer año de existencia, ofrece a esos brasileños olvidados una oportunidad de ser tomados en cuenta, abriéndoles así la posibilidad de acceder a todo un mundo de derechos, beneficios y oportunidades. Ésta es la clase de programas innovadores que otros países de la región harían bien en estudiar, mientras buscan soluciones al mismo problema de sus ciudadanos indocumentados y desatendidos.
Según el sitio web oficial del estado de Amazonas, desde 2003 hasta 2005, el programa PAI ha dado papeles de identificación y varios otros documentos a alrededor de 157,000 personas, proveído servicios médicos a 168,000 y cerca de 28,500 han recibido asistencia social.
Mientras El PAI representa un esfuerzo innovador por parte del estado para tratar la falta del registro civil en las zonas más remotas de Brasil, el problema de dicha falta no es único en estos pueblos, sino que está presente tanto en zonas urbanas como rurales de todo América Latina.
Considerando las problemas que conlleva la falta de identificación, tanto en términos de derechos civiles como con la implementación efectiva de programas sociales, ¿Cuál es el rol del BID para fortalecer el registro civil en la región?
Según Christian Gómez Fabling, Subgerente del Departamento de Operaciones Región 3, en un seminario reciente en el BID, “Derecho desde el Comienz Registro, Identidad y Desarrollo en América Latina y el Caribe”, apoyar a las agencias del estado responsables del registro, específicamente la modernización técnica y legal de los sistemas de registro, y también, facilitar la cooperación entre agencias, son tareas críticas.
Además recomendó al Banco que tratase de integrar el tema del registro civil en sus proyectos, aprovechando los proyectos rurales para promover el registro. También, el Sr. Fabling dijo que los esfuerzos para fortalecer el registro civil en el nivel institucional deben ser acompañados por campañas de información pública sobre los beneficios de estar registrados para crear una mayor sensibilización acerca de la importancia de la documentación.