El Banco Interamericano de Desarrollo continuará brindando asistencia técnica y financiera a sus miembros prestatarios en momentos en que entran en las etapas finales de negociaciones para crear un acuerdo hemisférico de libre comercio, dijo el presidente del BID, Enrique V. Iglesias en la Reunión Cumbre de las Américas, que tuvo lugar en Quebec, Canadá, entre el 20 y 22 de abril.
En el encuentro, los presidentes y primeros ministros de las naciones del Hemisferio Occidental acordaron completar las negociaciones para crear un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) hacia el 2005. Los líderes participantes también se comprometieron a hacer del acatamiento de normas democráticas de gobierno un requisito incondicional para ser parte de la nueva área de libre comercio que abarcará a 34 países con un PIB global de 11 billones de dólares y 800 millones de habitantes.
El BID ha apoyado el proceso de integración comercial hemisférica desde su lanzamiento en la primera Reunión Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994. Además de brindar recursos para el Secretariado Administrativo del ALCA, el Banco ha tomado parte en un Comité Tripartito, junto con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), que ha dado asistencia en las negociaciones en áreas cruciales como acceso a mercados, agricultura, adquisiciones gubernamentales e inversiones.
El BID ha apoyado asimismo las comisiones especiales del ALCA encargadas de cuestiones concernientes a economías pequeñas y sociedad civil. Más recientemente, el Banco ha creado una línea de crédito de desembolso rápido para los países que necesiten fortalecer instituciones y planteles de personal para encarar negociaciones comerciales.
Iglesias dijo que el Banco redoblará esos esfuerzos a medida que las naciones del Hemisferio Occidental entren en las rondas finales de negociación para establecer el tratado de libre comercio, que se anticipa serán más complejas que las iniciales. El BID planea también llevar a cabo una variedad de proyectos regionales que apuntalarán otros objetivos del Plan de Acción aprobado en la Cumbre de Quebec, y que incluyen la plena vigencia de las instituciones democráticas, buen gobierno, reducción de la pobreza, desarrollo sostenible y acceso a nuevas tecnologías.
En su discurso ante los participantes en la reunión en Quebec, Iglesias exhortó a los gobiernos a esforzarse para asegurar que los beneficios que redunde el acuerdo hemisférico de libre comercio alcancen equitativamente a los pueblos y países de las Américas.
"El ALCA no es un fin en sí mismo sino una herramienta para estimular crecimiento sostenido y cambios institucionales concomitantes, que a su vez apoyarán los esfuerzos de los países del hemisferio por lograr una mejor vida para sus ciudadanos, en un entorno de paz y democracia", dijo.
A lo largo de la historia, apuntó Iglesias, el progreso social y económico ha estado vinculado a períodos de vigoroso crecimiento de la inversión y el comercio internacional. Por el contrario, los países que permanecieron aislados tendieron a sufrir estancamiento, convulsión y tiranía, con sus inevitables secuelas de pobreza, desigualdad y subdesarrollo.
Aunque esto sigue siendo verdad hoy en día, agregó Iglesias, el ALCA por sí solo no garantizará prosperidad para todos los habitantes de las Américas. "El acuerdo redituará los beneficios esperados sólo si es acompañado por otras medidas complementarias y efectivas a nivel nacional, subregional, hemisférico e internacional", advirtió.
Protestas y propuestas. Mientras los líderes de gobierno se reunían en el distrito histórico de Quebec, miles de manifestantes salieron a las calles para protestar contra la globalización en general y el ALCA en particular. Un número minúsculo de ellos recurrió a la violencia para tratar de desbaratar el encuentro. Como en otros eventos internacionales recientes, los medios de prensa tendieron a aparear imágenes de jóvenes encapuchados, vestidos de negro, apedreando y embistiendo a la policía, con la substancia de lo que se deliberaba en la reunión. Mientras tanto, muchas más personas unidas en su inquietud por el medio ambiente, los derechos de los trabajadores y la justicia social celebraron demostraciones pacíficas contra lo que consideran una propuesta fundamentalmente defectuosa.
Consciente del impacto político de esas protestas, Iglesias subrayó que el ALCA y otras iniciativas de la Cumbre de las Américas enfrentarán serios obstáculos a menos que quienes las apoyan emprendan intensas campañas informativas orientadas a esferas claves de la sociedad, como el sector privado, los sindicatos, partidos políticos, agrupaciones cívicas y la opinión pública en general.
Además de esforzarse por informar a sus ciudadanías acerca de los potenciales beneficios económicos de expandir el comercio, los gobiernos deberán prepararse para hacer frente a los costos inevitables de abrir sus mercados a la competencia extranjera, indicó Iglesias. Con ese fin, el BID estará pronto a ayudar a los miembros prestatarios a formular y financiar programas de reforma industrial, mecanismos de seguridad social para los sectores marginados, y también para intensificar sus inversiones en áreas como educación y capacitación.
Muchas de las iniciativas regionales que el BID presentó en esta Cumbre de las Américas buscan enfrentar esos problemas. Por ejemplo, el Programa Interamericano de Capacitación Docente procura elevar la calidad de la educación en América Latina y el Caribe, enfocándose así en una de las causas básicas del débil progreso económico de la región en comparación al de las naciones industrializadas y al de sus competidores, como las naciones del sudeste asiático. El programa empleará tecnología informática para dar capacitación a larga distancia, con bajo costo, a millones de docentes. Una estrategia regional podría contribuir a superar los formidables obstáculos de intentar lanzar un proyecto semejante a nivel nacional, dado el elevado costo inicial de desarrollar el material de enseñanza y los mecanismos necesarios para distribuirlo, además de la escasez de instructores calificados.
Otros programas en la cartera regional de proyectos del BID están orientados a aliviar problemas de antigua data en América Latina y el Caribe, como la vulnerabilidad de la región a los desastres naturales. Huracanes, sismos, inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra, maremotos y erupciones volcánicas han costado más de 45.000 vidas en la pasada década, afectando a millones más y dejando una secuela de miles de millones de dólares en daños y pérdidas en ingresos. El Banco, que en el curso de los pasados cinco años aprobó créditos por un total de 1.600 millones de dólares para financiar la recuperación de países afectados por desastres naturales, trabajará con sus miembros para hacer frente a las causas básicas de la vulnerabilidad de la región a los peligros de la naturaleza. Con ese propósito, el BID creó recientemente una línea especial de crédito para prevención y mitigación de desastres orientada a que los gobiernos adopten una estrategia amplia hacia la reducción de riesgos, especialmente al planear e invertir en obras públicas.
La cartera regional de proyectos del BID aspira también a hacer frente a nuevos retos. Una de las cuestiones planteadas por los líderes presentes en Quebec fue la necesidad de asegurar acceso amplio a tecnologías de vanguardia como Internet para fortalecer la democracia, aumentar la productividad y reducir las brechas económicas y sociales. Iglesias destacó que el BID ha asignado una alta prioridad a incorporar nueva tecnología informática en programas orientados a modernización del estado, reforma de la educación e incremento de la capacidad de competir de las pequeñas y medianas empresas.
A nivel regional, el BID espera implementar varios proyectos apuntados a promover un mayor acceso a Internet, especialmente en comunidades urbanas y rurales de bajos ingresos. Una de esas iniciativas, el Programa para la Democratización de la Información, ofrecerá a jóvenes desaventajados en los países participantes capacitación en tecnología informática, uso de computadoras y educación cívica. La iniciativa está basada en un exitoso e innovador programa lanzado en un barrio marginal de Río de Janeiro por un visionario empresario brasileño, Rodrigo Baggio.
En su discurso, Iglesias agregó que el BID estará en condiciones de ayudar a sus países miembros prestatarios a avanzar en los planes concebidos en la Cumbre de las Américas, dado que muchas de esas iniciativas coinciden con los principales mandatos del Banco. En apoyo a los programas de nivel regional, subregional, nacional, subnacional y local, el volumen de créditos y aportes del BID podría alcanzar los 44.000 millones de dólares en los próximos cinco años, anunció Iglesias.