Programas para fortalecer la cooperación y mejorar la competitividad de la región
La promoción de la integración regional es uno de los objetivos fundacionales del Banco Interamericano de Desarrollo, junto con su mandato de propiciar el desarrollo económico y social en América Latina y el Caribe.
Para el BID, la integración trae aparejadas numerosas ventajas de carácter político y económico. A medida que fortalece la confianza y los vínculos de cooperación entre los países de la región, la integración ayuda a superar antiguas rivalidades y suspicacias entre países vecinos. En ese sentido, los procesos de integración en el hemisferio occidental incluso han generado mecanismos para la defensa de la democracia. Asimismo, a través de la integración regional los países participantes mejoran su posición negociadora frente a otros en los procesos de integración a escala global.
En el terreno económico, la integración regional es un instrumento efectivo para ampliar mercados y lograr economías de escala, factores determinantes a la hora de atraer capitales y estimular inversiones que permiten a los países incrementar su productividad y generar empleos. La integración también crea oportunidades para diversificar las exportaciones y reduce el riesgo de la dependencia de unos pocos productos sujetos a fluctuaciones de precios en las que los países de la región tienen escasa o nula influencia.
Durante la última década el proceso de integración regional se intensificó en América Latina y el Caribe, acompañado por un creciente interés por parte de los países de la región por alcanzar nuevos acuerdos comerciales con los países industrializados de América del Norte y Europa y por participar plenamente en el sistema multilateral de comercio. El BID ha acompañado a la región en estos esfuerzos, brindando apoyo tanto en la preparación para negociaciones comerciales como en la implementación de acuerdos y la adaptación de las economías nacionales a cambios en los ámbitos regional y mundial.
Junto a la Organización de los Estados Americanos y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el BID integra la Comisión Tripartita que brinda asistencia técnica a los grupos de negociación del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, un proyecto para crear una zona de libre comercio hemisférica para el año 2005. Desde que esa iniciativa fue lanzada en 1994, el BID ha contribuido más de 10 millones de dólares para apoyar el proceso del ALCA. Recientemente aprobó una donación de 3 millones de dólares para la Secretaría Administrativa del ALCA, que provee servicios logísticos indispensables para las negociaciones.
El BID ha puesto énfasis en su apoyo a la participación de los países pequeños en las negociaciones comerciales. Para ese fin creó la Facilidad Sectorial de Comercio Exterior, que provee financiamientos rápidos y flexibles para ayudar a los gobiernos de países prestatarios a fortalecer su capacidad técnica para negociar e implementar acuerdos comerciales. En el 2002 el BID aprobó operaciones de esta facilidad por un total de 15 millones de dólares para Bolivia, Nicaragua y Perú. En el 2001 otorgó un préstamo similar para Guatemala. Con anterioridad, aprobó dos operaciones relacionadas con comercio exterior para Argentina.
A principios del 2002 el BID y la Organización Mundial de Comercio firmaron un memorando de entendimiento para profundizar su cooperación en la provisión de asistencia técnica para negociaciones comerciales y fortalecimiento de capacidad institucional en países latinoamericanos y caribeños. Esta colaboración podrá incluir programas para apoyar, entre otras actividades, talleres y reuniones regionales o subregionales, cursos de entrenamiento para negociadores, cursos de capacitación a distancia y análisis de políticas comerciales y de temas relacionados con negociaciones multilaterales.
Además de su apoyo financiero y técnico, el BID desempeña un papel de liderazgo intelectual en el campo de la integración. La edición 2002 de su Informe sobre Progreso Económico y Social Más allá de las fronteras: el Nuevo Regionalismo en América Latina, examina las ventajas y las desventajas del proceso de integración regional y propone una agenda para la región, enfocada en la interacción entre los esfuerzos de integración que existen a nivel subregional, las iniciativas Norte-Sur como el ALCA, los acuerdos de asociación con la Unión Europea y las discusiones multilaterales bajo la Agenda de Desarrollo de Doha.
El BID también apoya dos ambiciosas iniciativas de integración en la región, el Plan Puebla-Panamá (PPP) en la región mesoamericana y la iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA).
Departamento de Integración y Programas Regionales
El Departamento de Integración y Programas Regionales del BID (INT) brinda apoyo técnico a las iniciativas de integración y comercio de la región, incluyendo, entre otras, el PPP y la IIRSA. Asimismo apoya las negociaciones del ALCA y la profundización de los acuerdos subregionales. Por ejemplo, INT trabaja estrechamente con cinco países centroamericanos para brindarles asistencia técnica para enfrentar los retos de las negociaciones que han iniciado para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
Un nuevo programa administrado por INT, la Iniciativa Especial de Integración, ofrece apoyo a los países prestatarios y a sus grupos subregionales en tres áreas principales: financiamiento para estudios y trabajos realizados por destacados expertos sobre los temas más actuales de la integración; talleres y seminarios de análisis sobre el impacto de la integración regional y la globalización; y asistencia en los esfuerzos de difusión en temas relacionados con la integración, particularmente entre países industrializados y naciones en vías de desarrollo.
A través de su División de Integración, Comercio y Asuntos Hemisféricos, INT trabaja junto a los departamentos de operaciones del BID en proyectos regionales y en la implementación de la nueva Facilidad de Comercio, así como en otras iniciativas de integración. El departamento también organiza el Diálogo Regional de Políticas sobre Integración y Comercio, realiza estudios sobre estos temas y provee asistencia técnica en materia de reformas aduaneras y fiscales.
El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), una unidad de INT, ha contribuido al proceso de integración durante más de 30 años a través de su apoyo a la investigación y a la capacitación técnica. El INTAL colabora con la OMC financiando cursos de entrenamiento para negociadores comerciales en la región.
El INTAL también edita la publicación Integración y Comercio y administra la Base de Datos Normativos INTAL-Mercosur, la Base de Datos Bibliográficos INTEG y el Sistema de Estadísticas y Comercio en las Américas DATAINTAL
Plan Puebla-Panamá
El Plan Puebla-Panamá fue lanzado en el 2001 por Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá para acelerar el progreso económico y social y consolidar la integración entre los siete países del istmo centroamericano y nueve estados meridionales mexicanos, una región de más de 1 millón de kilómetros cuadrados y con unos 65 millones de habitantes.
Esta región, conocida como Mesoamérica, tiene niveles de pobreza más altos que los del resto de América Latina. Su déficit de infraestructura somete a sus economías a costosas ineficiencias. Su geografía la expone a todo tipo de amenazas naturales, desde huracanes a terremotos.
Los ocho países participantes definieron ocho áreas clave en las cuales podrían cooperar fructíferamente. Dichas iniciativas comprenden el desarrollo sostenible, el desarrollo humano, la prevención de desastres naturales, el impulso al turismo, la integración vial, la facilitación del comercio intrarregional, la interconexión energética y el desarrollo de las telecomunicaciones. Los proyectos del PPP son diseñados para resolver problemas concretos mediante métodos que respeten los intereses de las comunidades locales y el medio ambiente.
Durante el 2002 el PPP registró grandes avances en sus iniciativas relacionadas con la integración física. Los seis países que participan en el proyecto Sistema de Interconexión Eléctrica para los Países de América Central (SIEPAC) – Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá – han ratificado el paquete financiero de 240 millones de dólares aprobado por el BID. La nueva línea de transmisión ayudará a la región a desarrollar un sistema eléctrico más confiable, así como un mercado de mayorista de energía, elementos que alentarán inversiones en plantas de generación más eficientes que utilicen combustibles más limpios. En el futuro, la línea del SIEPAC se conectará con México y Belice.
Bajo el PPP los países participantes llegaron a un acuerdo sobre la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (RICAM), un sistema de 9.000 kilómetros que cubre dos corredores viales sobre el Pacífico y el Atlántico y una serie de rutas secundarias. Ya se ha asegurado financiamiento para cubrir cerca de la mitad del costo estimado en 3.600 millones de dólares de las obras de reparación y rehabilitación para esos caminos.
El Plan Puebla-Panamá también ha servido como un foro de diálogo para los países de la región. Como resultado de sus discusiones, los gobiernos de la región acordaron colaborar en nuevas iniciativas de desarrollo rural y seguridad alimentaria. El PPP también incluye proyectos para alentar el desarrollo económico y social en comunidades indígenas y afrocaribeñas con altísimos índices de pobreza.
El BID, que ha creado una unidad especial de apoyo al PPP dentro de su Departamento de Operaciones Regionales II, aprobó financiamientos para proyectos regionales de prevención de desastres naturales, facilitación del comercio y modernización de aduanas, y control de VIH/SIDA entre poblaciones migrantes.
Integración en América del Sur
En el 2000 los presidentes de 12 países sudamericanos aprobaron la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA) para impulsar una mayor coordinación de sus planes de desarrollo de infraestructura y la modernización de sistemas reguladores y la armonización de políticas en tres sectores clave: transporte, energía y telecomunicaciones.
La IIRSA apunta a elevar a un plano regional el intenso proceso de integración física y económica que se registró a nivel binacional y subregional entre países sudamericanos durante la década pasada para lograr mayores niveles de productividad y competitividad para las economías de la región.
La iniciativa sudamericana, basada en nueve ejes de integración y ocho procesos sectoriales de integración, no busca simplemente mejorar las carreteras, puertos y aeropuertos que conectan a los países sudamericanos entre sí y con el resto del mundo. Se trata de una propuesta integral que contempla mejorar los sistemas reguladores de los sectores de energía y telecomunicaciones, los mercados de servicios logísticos como fletes, seguros, almacenamiento y los trámites de permisos y licencias. En el campo de la integración energética, impulsa la formación de mercados regionales para avanzar hacia un sistema integrado de libre mercado. Los proyectos desarrollados bajo la IIRSA buscarán mejorar la calidad de vida y las oportunidades para las comunidades radicadas en los ejes de integración, teniendo en cuenta las consecuencias ambientales y sociales de las obras e incorporando mecanismos de consulta y participación.
Para fines del 2002 ya se habían implementado tres ejes de integración: Mercosur-Chile, Andino e Interoceánico, los cuales abarcan a 10 de los 12 de los países participantes en la iniciativa. Próximamente se darán pasos similares en otros cuatro ejes de integración: Perú-Brasil-Bolivia; Porto Alegre-Asunción-Jujuy-Antofagasta; transporte multimodal en el Amazonas y Venezuela-Brasil-Guyana-Suriname.
En respuesta a un pedido de los gobiernos de la región, el BID y el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (FONPLATA) han encargado un estudio para el desarrollo de una estrategia a largo plazo para asegurar que las iniciativas de integración regional sean incluidas en los planes de desarrollo nacionales.
Junto a la Corporación Andina de Fomento y el FONPLATA, el BID ha brindado apoyo técnico y financiero para llevar adelante la iniciativa sudamericana. En el 2002 aprobó una donación de 750.000 dólares para la Secretaría de la IIRSA para financiar la organización de reuniones, seminarios y estudios técnicos, así como el trabajo de los grupos técnicos que coordinan proyectos regionales. Los Departamentos de Operaciones Regionales I y III del BID han formado una unidad especial dedicada al apoyo de esta iniciativa.
Links:
Departamento de Integración y Programas Regionales
Informe sobre Progreso Económico Social 2002
Plan Puebla-Panamá
IIRSA