Luego de estabilizarse en 2010, las transferencias de dinero a América Latina y el Caribe aumentarían este año, según el FOMIN
Las remesas a América Latina y el Caribe aumentarían este año luego de estabilizarse en 2010, aunque la debilidad del dólar y la inflación están reduciendo su poder de compra en muchos países de la región, según el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo.
Medidas en dólares estadounidenses, las transferencias de dinero realizadas por emigrados latinoamericanos y caribeños a sus países de origen sumaron unos US$58.900 millones en 2010, casi sin cambios de los US$58.800 millones de 2009, cuando las remesas a esta región cayeron 15 por ciento debido a los efectos de la crisis financiera global, dijo el FOMIN en un informe divulgado hoy.
“Las remesas siguen siendo una fuente vital de ingresos para millones de familias en la región que dependen de estos flujos de dinero para cubrir necesidades básicas como vestimenta, salud o alimentación”, señala el informe. “Para muchas de estas familias receptoras, 2010 fue un año de mayor vulnerabilidad económica, ya que con la revaluación de las monedas locales y la creciente inflación las remesas que recibieron no llegaron a tener el mismo valor que el año previo.”
El volumen de remesas de 2010 estuvo lejos del récord de US$69.200 millones alcanzado en 2008. Los emigrados comenzaron a enviar menos dinero a sus familiares a mediados de ese último año, una tendencia que se aceleró a medida que los países donde trabaja la mayoría de ellos (Estados Unidos, España y Japón) cayeron en recesión.
Sin embargo, durante 2010 las remesas a América Latina y el Caribe comenzaron a estabilizarse e incluso a aumentar, aunque con marcadas diferencias entre subregiones. Las transferencias de dinero a América Central aumentaron 3,1 por ciento, en parte porque mejoraron las perspectivas de empleo e ingresos de sus expatriados en Estados Unidos. En contraste, las remesas a países andinos bajaron 4,1 por ciento, reflejo del prolongado malestar económico en las naciones europeas donde reside buena parte de sus emigrados.
Haití registró el mayor incremento en toda la región, un salto de 20 por ciento. Conmovida por el terremoto del año pasado, su diáspora envió casi US$2.000 millones. Al contrario, las remesas a Brasil cayeron 15 por ciento a US$4.000 millones, una disminución en gran medida atribuible a su sólido desempeño económico, que ofrece un poderoso incentivo a sus emigrados a retornar a casa.
México sigue siendo el país de la región que más remesas recibe, con casi US$21.300 millones, un ligerísimo incremento sobre el año anterior. Guatemala pasó al segundo lugar con casi US$4.100 millones el año pasado, un incremento de casi 5 por ciento sobre 2009.
Mirando al futuro, el informe sostiene que las remesas a América Latina y el Caribe continuarán en ascenso durante 2011, aunque a tasas más modestas que las registradas antes de la crisis global. El ritmo dependerá principalmente de cómo se recuperen los mercados laborales de países como Estados Unidos y España.
Revaluación e inflación
El valor de las remesas a América Latina y el Caribe se vio considerablemente afectado por la revaluación de muchas monedas locales contra las principales divisas mundiales durante 2010. Según un promedio ponderado, las remesas enviadas a la región disminuyeron 4,4 por ciento en valor debido a las fluctuaciones cambiarias. En algunos países el efecto fue aún más pronunciado. En Brasil la apreciación del real significó una reducción de 22,3 por ciento en el valor de las remesas. En Colombia, el valor de los giros bajó 12,5 por ciento mientras que en México se redujo 7 por ciento.
La inflación también erosionó el poder adquisitivo de las remesas en varios países de la región. Convertidas a monedas locales y ajustadas por inflación, las remesas a América Latina y el Caribe estuvieron 8,7 por ciento por debajo de 2009. El efecto inflacionario también varió de país a país, aunque en algunos países caribeños registró los mayores índices.
Remesas y FOMIN
El Fondo Multilateral de Inversiones comenzó a estudiar las remesas en 2000 para medir su impacto en América Latina y el Caribe. En ese entonces, estos flujos no revestían gran interés para los gobiernos y las organizaciones internacionales. La investigación del FOMIN reveló la verdadera magnitud de estas transferencias de dinero, generando un mayor conocimiento acerca de su importancia económica y social.
En años subsiguientes el FOMIN alentó la competencia entre operadores de transferencias de dinero para reducir el costo de estos servicios. Durante la última década las comisiones cobradas por las remesas a la mayoría de países latinoamericanos y caribeños se redujeron significativamente. El FOMIN ahora se enfoca en proyectos para aprovechar a las remesas como una herramienta para bancarizar a los emigrados y a sus familias.