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Informe del BID señala que América Latina y el Caribe requieren sistemas bancarios más sólidos para crecimiento y estabilidad

América Latina y el Caribe deben fortalecer y continuar la reforma de sus sistemas bancarios para lograr mayores tasas de crecimiento macroeconómico, competitividad comercial y estabilidad, según Desencadenar el Crédito: Cómo Ampliar y Estabilizar la Banca, un nuevo informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo.

Los sistemas bancarios de América Latina tienen un desproporcionado impacto financiero como instrumentos de crédito e inversión debido a que otros mercados de capital, tales como los mercados bursátiles, son relativamente pequeños, dejando pocas alternativas fuera del sistema bancario para que inversionistas y empresarios tengan acceso a financiamiento. “Lamentablemente, el crédito bancario sigue siendo escaso, costoso y sumamente volátil”, afirma Desencadenar el Crédito, la más reciente edición del Informe de Progreso Económico y Social que publica anualmente el BID.

“Habida cuenta de que son pocas las fuentes alternativas de financiamiento, el desarrollo y la estabilidad del sector bancario resultan cruciales para lograr una senda estable de crecimiento económico”, agrega el informe.

En otras regiones en vías de desarrollo de más rápido crecimiento, los sectores bancarios proporcionan mucho más crédito al sector privado que en América Latina, según el estudio. “Durante el decenio de 1990, el nivel promedio de crédito otorgado al sector privado en la región era de sólo 28 por ciento del PIB, una tasa significativamente más baja que la de otros grupos de países en desarrollo, tales como Asia del Este y Pacífico (72 por ciento) y Medio Oriente y África del Norte (43 por ciento)”, señala el informe. En los años sesenta, el crédito al sector privado en Asia del Este se ubicaba, en promedio, en 15 por ciento del PIB, en tanto que ahora supera 70 por ciento del PIB, mientras que en América Latina, en el mismo lapso, pasó de 15 por ciento a 28 por ciento del PIB.

Para fortalecer los sistemas bancarios latinoamericanos, el informe recomienda que los países tomen medidas para reducir su vulnerabilidad a las crisis financieras, aumenten la calidad de la regulación y la supervisión bancaria, fortalezcan los derechos de propiedad (incluyendo los derechos de los acreedores y el uso eficaz de garantías reales para estimular el crédito) y mejoren la disponibilidad de información financiera, particularmente mediante burós y registros de crédito.

Consolidación de la red de seguridad financiera

Los sistemas bancarios de América Latina, además de ser poco desarrollados, son los más vulnerables del mundo a choques y a crisis recurrentes, según el informe.

“En comparación con otras regiones, América Latina registra el número promedio más alto de crisis por país. Es más, cuando se clasifican las regiones por la proporción de países que experimentaron dos o más crisis, América Latina ocupa el primer lugar porque 35 por ciento de sus países tuvieron crisis recurrentes. Esta proporción es casi tres veces mayor que en cualquier otra región”, cita el estudio.

Además de políticas macroeconómicas que reduzcan su vulnerabilidad a las interrupciones súbitas de los flujos internacionales de capital y a la volatilidad en los ciclos de crédito y tasas de cambio, las naciones latinoamericanas también deben tomar medidas para enfrentar vulnerabilidades específicas como la dolarización financiera y fortalecer la regulación y la supervisión de sus sistemas bancarios.

El informe señala que dos de las principales vulnerabilidades de los sistemas bancarios latinoamericanos durante los años noventa fueron los sistemas bancarios muy dolarizados, en donde los bancos prestaron en esa divisa para financiar inversiones locales no transables, así como una elevada concentración de deuda pública en la estructura de activos de los bancos.

Al transferirse los riesgos cambiarios a sectores no transables, “un considerable componente de los activos bancarios resultó vulnerable a las fluctuaciones del tipo de cambio real”.

Para crear una red de seguridad financiera, el informe propone un equilibrio entre una supervisión y una regulación bancaria más rigurosas y la disciplina de mercado por parte del sector privado. “Esto significa que las regulaciones apropiadas pueden aumentar el poder disciplinador de los mercados, y los mercados pueden aumentar el poder disciplinador de los supervisores”.

A pesar de muchas reformas realizadas en toda la región durante los años noventa, agrega el informe, “resulta obvio que la regulación prudencial y la supervisión no son lo suficientemente estrictas, requiriéndose nuevas reformas para mejorar la supervisión bancaria”.

El estudio recomienda a los países ser sumamente cuidadosos al adoptar los principios de Basilea II, el acuerdo internacional sobre supervisión y regulación bancaria. Señala que algunos de los métodos propuestos en Basilea II no pueden implementarse fácilmente en América Latina y el Caribe. Asimismo, añade, antes de avanzar en esa dirección los países deben garantizar un cumplimiento más estricto de los principios básicos de supervisión y regulación.

Derechos de propiedad más robustos

El informe dice que los mercados de crédito de América Latina, particularmente para las pequeñas empresas, se han visto limitados por problemas con los derechos de propiedad, particularmente en la ejecución de contratos de préstamos con garantías reales.

Los países industrializados tienen derechos de propiedad más robustos y hacen cumplir los contratos de préstamo más eficazmente que la mayoría de países de América Latina, donde las leyes “tienden a favorecer a los deudores en caso de disputas, y hacen que a los acreedores les resulte excesivamente costoso recuperar las garantías en caso de incumplimiento del prestatario”.

Además, apunta el informe, la titulación y los registros de propiedad en la región tienden a ser débiles y mal administrados, lo cual hace más difícil para los acreedores establecer prioridades y ordenar sus reclamos.

Un mejoramiento de los registros de información crediticia y los sistemas de información financiera podría reducir los costos bancarios y estimular el crédito porque permitirá a los acreedores identificar a los “buenos y malos deudores” antes de otorgar créditos.

Combate al lavado de dinero

En otro capítulo, el informe recomienda que los países adopten medidas para combatir el lavado de dinero, un tema de creciente importancia debido a la preocupación internacional por el terrorismo y el narcotráfico. Señala que una lucha exitosa contra el lavado de dinero en la región requiere una visión integral. “Algunas de las debilidades estructurales en la región contribuyen al auge de las actividades de lavado de dinero, y mientras no se aborden adecuadamente dichas debilidades, las medidas  legislativas por sí solas pueden resultar insuficientes", concluye.

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