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Indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para la gestión de políticas públicas

Reducir, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna en tres cuartas partes es una de las metas propuestas en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas que corresponde a uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) . Pero para lograrlo, los países necesitan hacer un buen diagnóstico de su situación actual para adaptar cada una de las metas a su propia realidad, señala la especialista en el área de desarrollo económico, Diana Alarcón, economista docente en el Instituto Interamericano para el Desarrollo Social (INDES) del BID.

La doctora Alarcón subrayó la importancia de hacer un buen uso de los indicadores de desarrollo en la gestión de políticas públicas en el contexto de un taller sobre el tema, ofrecido recientemente por el INDES en la sede del Banco. El Taller está dirigido a funcionarios públicos y a líderes latinoamericanos de organizaciones no gubernamentales (ONGs) que tienen responsabilidad en el diseño, implementación, supervisión y evaluación de políticas y programas sociales en América Latina.

Los indicadores de desarrollo marcan una pauta para definir cuán distantes estamos de las metas propuestas para el milenio y destacar los progresos alcanzados, a fin de conocer la magnitud del problema y medir los logros. Los responsables del diseño e implementación de las políticas públicas se encuentran hoy con mayores exigencias para mostrar los avances de una manera clara y transparente que permita establecer la relación entre la asignación de recursos públicos y la obtención de resultados de desarrollo.

Los indicadores de los ODM, indica la experta, se usan para destacar las prioridades de desarrollo a partir de datos empíricos, para informar al público y a los encargados de formular políticas sobre los progresos alcanzados en áreas específicas.

“Una mejor comprensión de las estadísticas sociales amplía su uso y fortalece la adopción de un enfoque de gestión por resultados, que a su vez contribuye a mejorar el impacto de las políticas y programas públicos en el proceso de desarrollo,” recalcó Alarcón.

Antes de decidir en qué y cómo invertir, se necesita “una evaluación cuantitativa detallada que nos permita identificar cuáles son las intervenciones o recursos que se tienen que invertir para cada una de las metas propuestas”, señala Alarcón.

El establecimiento de metas requiere de técnicas y/o metodologías más complejas sobre todo para comprender las sinergias entre distintas intervenciones, según Alarcón. El uso de los indicadores de desarrollo es útil para determinar una realidad, y en base a ella formular políticas con las metas propuestas para el milenio.

En el diseño de políticas nacionales, es importante adaptar los ODM y sus indicadores para hacerlos relevantes a las condiciones de cada país. Si bien los indicadores mundiales son valiosos, indica Alarcón, estos no pueden ser usados directamente en la formación de políticas nacionales. Sólo los valores de los indicadores nacionales son útiles para el diseño, implementación y seguimiento de políticas nacionales.

La doctora Alarcón fue la coordinadora del “Taller de Indicadores sociales (ODM) y efectividad para el desarrollo”, llevado a cabo del 25 al 30 de abril en la sede del BID en Washington, D.C., donde se dio una capacitación sobre el uso apropiado de las estadísticas sociales para la gestión de políticas públicas. El taller utilizó los indicadores que forman parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) como eje de la capacitación por el consenso que existe alrededor de ellos. Participaron en este taller 30 funcionarios, representando a 10 países de América Latina. Los materiales utilizados durante el taller y el diseño del mismo se realizó conjuntamente con el Sistema de Naciones Unidas bajo la coordinación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

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