Los primeros embarques de mangos orgánicos de Carifresh a Estados Unidos salieron de su planta de empacadora en Puerto Príncipe la última semana de abril, casi dos meses más tarde que lo habitual. Pero esta no es una temporada normal.
La reanudación de las exportaciones ha sido un logro considerable para esta empresa familiar, que como otras firmas haitianas sufrió el golpe del terremoto del 12 de enero. También marca la renovación de un esfuerzo más amplio para desarrollar el potencial de Haití para producir y vender frutas tropicales.
“Por ahora, la temporada va bien. Ya hemos despachado unas 30.000 cajas”, comentó en mayo el presidente de Carifresh, Wilhelm Reimers. “Hace poco nos llamó uno de nuestros compradores para decir que la fruta que estamos enviando es de la más linda que ha visto.”
Dado su clima y ubicación geográfica, Haití posee condiciones naturales para convertirse en un exportador más exitoso de aguacates, bananos, café y cacao, así como de otros productos agrícolas de alto valor para mercados nicho como la diáspora haitiana. Sin embargo, estas oportunidades están generalmente desaprovechadas y enfrentan numerosos obstáculos.
El mango es un ejemplo claro de tales problemas. Haití produce mangos de máxima calidad mundial, pero sólo exporta alrededor de 10 por ciento de la cosecha. Casi la mitad de la fruta se echa a perder antes de llegar al mercado, en parte por las pésimas condiciones de los caminos rurales, pero también por el mal manejo de los árboles y de los mangos cosechados.
Además, la mayoría de los productores de mango haitianos tienen menos de una docena de árboles, de los cuales no obtienen más de US$1.500 por temporada. La productividad tiende a ser baja porque los pequeños agricultores carecen de entrenamiento para cuidar sus árboles apropiadamente o para cosechar y transportar la fruta adecuadamente. Como resultado, casi 40 por ciento de la fruta que llega a las plantas de empaque es rechazada.
Según algunas estimaciones, si se superaran todos los obstáculos, las exportaciones de mango podrían multiplicarse entre cinco y 10 veces desde su actual nivel de unos US$10 millones anuales, generando beneficios económicos y sociales para cientos de miles de familias rurales. Naturalmente, se requerirían grandes inversiones a lo largo de toda la cadena de valor del mango. Empresas como Carifresh están haciendo su parte para cambiar esta realidad.
Carifresh está recibiendo apoyo de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) y del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), dos afiliadas del Banco Interamericano de Desarrollo. Utilizando su línea rotatoria para PYME, la CII le otorgó a la empresa un préstamo de US$300.000 en 2009 para mejorar sus instalaciones y para ampliar su capital de trabajo.
El FOMIN, por su parte, aprobó un préstamo de US$450.000 para el plan de Carifresh de desarrollar su propia plantación de mango y una donación de US$250.000 para un programa que brindará asistencia técnica a los pequeños productores que proveen la fruta que exporta.
Bajo el programa apoyado por el FOMIN, los agricultores participantes recibirán 30 plantines de mango. Un equipo de agrónomos los entrenará en el cuidado correcto de los árboles, que pueden tardar cinco años en dar fruta de valor comercial. También los capacitará en el manejo de la fruta luego de la cosecha y en el cultivo de otros productos que pueden generar ingresos a corto plazo.
En cuatro de las ocho regiones donde se producen mangos que vende Carifresh se construirán centros de recolección. Los agrónomos plantarán árboles frutales allí para ofrecerles a los agricultores un punto de referencia práctico de cómo deberían desarrollarse sus propios mangos.
El programa financiará la compra de cajas para que los agricultores transporten su fruta, que tradicionalmente cargan suelta en camiones. Esta práctica resulta en mucha fruta golpeada, dado que los vehículos deben transitar por horas por caminos en mal estado para llegar a las plantas de empaque cerca de Puerto Príncipe.
Además, el programa ayudará a los agricultores a organizarse, con el fin de ayudarlos a lograr mayor poder de negociación, desarrollar otras opciones productivas que les permitan incrementar sus ingresos, y lograr una mayor interacción con las autoridades que toman decisiones sobre inversiones públicas como el mejoramiento de caminos rurales.
Carifresh, que invertirá US$800.000 de sus propios recursos en el proyecto, está convirtiendo una finca de 100 hectáreas cerca de su planta de empaque en una plantación de mango y banano. Además, la empresa construirá un comedor, baños con duchas y una sala de primeros auxilios para los 300 trabajadores que empleará la finca, quienes participarán en las ganancias de la plantación. Mientras crecen los árboles de mango, la tierra no está en barbecho. Reimers ha sembrado frijoles (habichuelas o porotos), zapallos, espinaca y plátanos para generar flujo de caja.
Estos planes estaban por ponerse en marcha cuando sucedió el sismo. Afortunadamente, nadie resultó herido cuando se desplomó parte de la planta de empaque. Normalmente, durante la temporada de exportación, que va de marzo a agosto, trabajan allí unas 150 personas. Pero el derrumbe sepultó el generador de la planta, 800 cajas para transportar mangos y otras piezas de equipamiento.
Durante la emergencia, algunos empleados que perdieron sus hogares en el terremoto se refugiaron en la planta de Carifresh, que los puso a trabajar en la remoción de escombros. Personal de la CII recaudó fondos para ayudar a los trabajadores y el FOMIN aprobó una asignación de emergencia de US$150.000 para que la empresa pudiese prepararse para la temporada de exportación.
“La CII está siguiendo de cerca la situación para ofrecer asistencia técnica mediante sus fondos fiduciarios. Nuestros socios de Francia, Corea y Bélgica, por ejemplo, están muy interesados en patrocinar iniciativas que ayuden a las empresas haitianas a superar la crisis y volverse más competitivas”, dijo el gerente general de la CII, Jacques Rogozinski.
A principios de abril, días antes de que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos autorizara la exportación de mangos de Carifresh, la planta estaba lista para reanudar sus operaciones. Toda la evidencia física del sismo había sido removida, reparada o reconstruida. Como únicos vestigios del desastre quedaban bolsas de maíz y frijoles apiladas en un galpón, listas para ser despachadas a programas de alimentación de la ONU.
La Asociación Nacional de Exportadores de Mango (ANEM, que agrupa a 10 empresas) fijó el 26 de abril como el primer día de esta temporada de exportación. El año pasado Carifresh quedó quinta en términos de volumen exportado, al vender unos 210.000 cajones de 4,5 kilos a compradores en Estados Unidos y Canadá.
Según Cassandra Reimers, vicepresidenta de la empresa, Carifresh apuesta a la calidad en vez de la cantidad, dado que los precios para los mangos seleccionados pueden ser considerablemente más altos. “La última vez que mi padre asistió a una subasta mayorista en Nueva York, vio a compradores pelearse por nuestra fruta”, comentó. “Me gustaría ver eso algún día.”
La iniciativa con Carifresh puede aportar valiosas lecciones para un programa a mayor escala que será implementado por el FOMIN y la Coca Cola Company para mejorar los ingresos de unos 25.000 productores de mango haitianos, agregó la gerente general del FOMIN, Julie T. Katzman.
“Este proyecto con Carifresh va más allá de mejorar las utilidades de una sola empresa”, dijo Katzman. “Se trata de desarrollar un modelo de negocios inclusivos para Haití que, además de generar ganancias, también contribuya a mejorar el nivel de vida de proveedores y empleados. Si Carifresh logra ambos objetivos, otras empresas haitianas podrían seguir el mismo camino y conseguir financiamiento de inversionistas interesados en apoyar esta forma de hacer negocios.”
Fotos de Catianne Tijerina