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Haití faculta al BID para promover profunda reforma educativa

PUERTO PRÍNCIPE – El presidente de Haití, René Préval, le otorgó al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un mandato para trabajar con el Ministerio de Educación y la Comisión Nacional de Educación para preparar una profunda reforma del sistema educativo haitiano.

El plan de cinco años, cuyo presupuesto podría requerir unos US$2.000 millones en fondos de donantes extranjeros, apuntará a la ampliación de los servicios educativos gratuitos en Haití. En la actualidad, casi 90 por ciento de las escuelas haitianas son privadas. Incluso antes del terremoto del 12 de enero —que destruyó o dañó más de 4.000 escuelas— alrededor de la mitad de los niños en edad de escuela primaria, no estaban matriculados.

En una conferencia de prensa celebrada en el predio del Palacio Nacional, Préval señaló que tiene poco tiempo antes de que concluya su mandato en febrero del 2011, por lo que instó a los donantes a seguir adelante con iniciativas esenciales que deberán continuar futuros presidentes.

"Utilicemos estos ocho meses que quedan para involucrarnos en proyectos que deben seguir después de este lapso", dijo Préval. "Preparemos rápidamente el plan de educación, para que pueda ponerse en marcha de inmediato, firmemos tantos proyectos como sean posibles, para la construcción de carreteras y la ampliación de la electrificación. Tenemos ocho meses para hacer juntos todo esto".

El presidente del BID, Luis Alberto Moreno, dijo que el Banco podría aportar US$ 250 millones en donaciones en el curso de los próximos cinco años a la reforma educativa y buscaría apalancar esos recursos con donaciones de universidades extranjeras, corporaciones, fundaciones y filántropos interesados en apoyar a instituciones educativas de Haití. Moreno agregó que convocaría a otros donantes como el Banco Mundial para apoyar el nuevo plan de Haití.

"Nuestro compromiso con Haití, como ustedes saben, es muy importante. Como parte de nuestro reciente acuerdo de aumento de capital, se nos dio la posibilidad de conceder US$200 millones anuales a Haití en el curso de los próximos 11 años", dijo Moreno, quien mencionó asimismo inversiones en la red vial, agua, energía, agricultura y el sector privado como áreas en las que el BID estará activo en los próximos años en Haití.

Moreno agregó que es posible que el plan de reforma educativa sea uno de los primeros en ser presentados para buscar su financiación adicional ante la Comisión Interina de Reconstrucción de Haití y el Fondo Fiduciario Multidonantes. Estas agencias fueron creadas después de la conferencia del 31 de marzo en Naciones Unidas, donde donantes internacionales se comprometieron a proporcionar cerca de US$10.000 millones para ayudar a Haití a recuperarse del terremoto.

Junto con el apoyo financiero del BID y otros donantes, el gobierno haitiano también recibirá asistencia técnica de expertos en reforma educativa. Un asesor clave será Paul Vallas, quien lideró la transformación del sistema de escuelas públicas de Nueva Orleans tras el huracán Katrina.

Bajo la reforma propuesta, la mayoría de las escuelas de Haití serían financiadas con fondos públicos pero seguirían bajo una gestión privada, sin cobrar matrícula. El gobierno establecería un fondo central para pagar los sueldos de todos los maestros y administradores escolares que participen en el nuevo sistema.

Para poder participar en el sistema reformado, las escuelas tendrían que someterse a un proceso de certificación para verificar el número de niños atendidos y el personal contratado. Al mismo tiempo, como incentivos para participar en el plan, las escuelas recibirían ayuda financiera para mejorar su infraestructura física, así como libros de enseñanza y materiales educativos.

Para mantener su certificación, las escuelas tendrían que cumplir con normas cada vez más estrictas, incluida la adopción de un plan nacional de estudios, la capacitación de maestros y la adopción de planes para mejorar sus instalaciones.

El plan financiará la creación de escuelas, aprovechando los edificios adecuados y edificando, al mismo tiempo, nuevas instalaciones en lugares seguros, respetando normas de construcción antisísmicas y anticiclónicas. Las escuelas también se utilizarían para proporcionar servicios esenciales como nutrición, salud y otros servicios sociales adicionales.

El plan podría servir además como plataforma para otras innovaciones para mejorar el sistema educativo de Haití, incluida la contratación de personas altamente educadas para servir como maestros o la creación de asociaciones entre instituciones educativas haitianas y extranjeras.

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