Para 400 familias que perdieron sus hogares en el terremoto de 2010, la inauguración de la comunidad de Les Orangers, al norte de Puerto Príncipe, marcará un hito en la reconstrucción de Haití.
La comunidad de 400 casas fue inaugurada el lunes 27 de febrero por el presidente Michel Martelly, quien había lanzado las obras poco después de asumir su mandato el año pasado.
"Estas 400 casas que estamos inaugurando hoy reflejan nuestra visión de fundar un Estado al servicio del pueblo", afirmó el presidente en un discurso. "A partir de hoy, 400 familias que vivían en refugios temporarios, vaya a saber en qué condiciones, podrán vivir en mejores circunstancias."
El proyecto fue financiado en gran medida por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que aprobó una donación de US$30 millones poco después del sismo. La organización filantrópica Food for the Poor aportó recursos adicionales para la construcción.
Luego de identificar un terreno apto para la obra, el gobierno haitiano fijó objetivos ambiciosos para el programa, determinando que se construyeran viviendas permanentes en lugar de refugios transitorios.
El Fondo de Asistencia Económica y Social (FAES) del gobierno haitiano supervisó la construcción de las viviendas de 35 metros cuadrados. Cada unidad tiene dos habitaciones, baño, cocina y conexiones a pozos sépticos, agua y electricidad. La comunidad cuenta con calles adoquinadas, plazas, un centro comunitario y áreas para comercios.
Todas las casas de Les Orangers se entregarán a familias inscritas en la base de datos de víctimas del terremoto compilada por la Organización Mundial de Migraciones. Con el objetivo de crear una comunidad de ingresos mixtos, el gobierno haitiano reservó 50 unidades para empleados públicos que perdieron sus hogares. En lugar de regalar las casas, el gobierno las arrendará a tasas subsidiadas.
La mayoría de las familias pagará un alquiler mensual de 2.500 gourdes (unos US$62 dólares), salvo las más pobres, que contribuirán con trabajo comunitario. El dinero irá a un fondo comunitario para mantenimiento y otras expensas comunes. Eventualmente, los vecinos que permanezcan a largo plazo podrán convertirse en propietarios de sus unidades.
Como parte del proyecto, el BID también cubrirá durante 18 meses el costo de servicios de acompañamiento social para las familias que se muden a Les Orangers.
"Cuando uno le entrega a una familia las llaves de una casa nueva, uno apenas puede imaginar el cambio que puede significar para esa familia", dijo el representante del BID en Haití, Eduardo Almeida. "Esto cambiará como viven."
El proyecto continuará construyendo más viviendas fuera de la capital este año, comentó el jefe del equipo de proyecto del BID, Arcindo Santos, especialista en desarrollo urbano. Unas 750 unidades se destinarán al norte del país, donde el BID está apoyando un plan de desarrollo regional anclado en el Parque Industrial de Caracol, cuya primera etapa de construcción finalizaría en las próximas semanas.