BELO HORIZONE, Brasil - Los países de América Latina y el Caribe deben aumentar el consumo de energía para elevar sus niveles de vida, pero al mismo tiempo crear entorno financiero y político que estimule tecnologías de innovación para producir energía limpia de fuentes no tradicionales, según los expertos que participaron hoy en un seminario.
“El dilema es que los países de América Latina deben crecer más, y para eso tienen que consumir más energía”, dijo el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, en su discurso inaugural del seminario Financiamiento de la energía limpia, que se celebra en el marco de la 47 reunión anual del BID. Señaló que el consumo de energía per cápita en países en desarrollo es sólo una pequeña fracción comparada con la de los países desarrollados. En algunos de los países latinoamericanos más pobres entre el 30 y el 40 de la población carece de acceso a los servicios modernos de electricidad.
Pero al mismo tiempo, la producción y uso de energía va en aumento, lo que crea problemas de contaminación a nivel local y contribuye al cambio climático.
“La buena noticia es que las tendencias de consumo y producción de energía en América Latina y el Caribe pueden ser más compatible con el medio ambiente que en el pasado”, dijo Moreno. Añadió que algunas de las tecnologías de energía limpia ya tienen costos competitivos cuando se usan a gran escala, y hay muchas oportunidades de aumentar la eficiencia energética y sustituir el petróleo por gas natural.
Moreno destacó que Brasil es un líder en el desarrollo de energía limpia. El etanol que produce de caña de azúcar representa el 40 por ciento del combustible que usan los vehículos del país. Es más, la mitad de los vehículos nuevos son híbridos, equipados para usar etanol o gasolina.
El presidente del BID prometió el apoyo del Banco a sus países prestatarios para crear un entorno político y financiero que incentive inversiones en proyectos energéticos económicamente eficientes, y sustentables desde el punto de vista financiero, ambiental y social. Dijo que el BID va a usar sus ventajas comparativas para ayudar a financiar esos proyectos mediante el uso de garantías que complementen la inversión privada directa.
“Los países prestatarios tienen que asumir el liderazgo, aunque el BID puede proporcionar el apoyo técnico y financiero”, aseguró Moreno.
Concluyó reconociendo el respaldo brindado por los miembros no prestatarios del Banco en la promoción de una agenda de energía limpia. Entre ellos figuran Alemania, Gran Bretaña, Canadá y España, además de Japón, Holanda, Suiza y los Estados Unidos. “Esperamos continuar esas alianzas exitosas en los próximos años”, acotó.
Otros oradores subrayaron la lógica de emplear fuentes de energía limpia, renovable, entre ellos Ingrid Gabriela Hoven, subdirectora general para América Latina y el Caribe del Ministerio alemán para la Cooperación Económica y el Desarrollo.
Admitió la ironía de que los países industrializados aconsejen a los países en desarrollo sobre temas energéticos. “Mientras Latinoamérica es responsable de un 4 por ciento de las emisiones de carbono relacionadas con la energía, Alemania por sí sola emite casi la misma cantidad. Se podría argumentar que los países industrializados deberían resolver sus problemas de energía y emisión antes de venir a seminarios como éste a aconsejar a los otros”, reconoció Hoven.
Sin embargo, continuó, hay razones firmes de por qué la eficiencia energética va en el mejor interés de los países en desarrollo y por qué no es sólo una idea ideológica de unos cuantos medioambientalistas.
La energía limpia se traduce en seguridad energética, tanto como medio de asegurar independencia política como forma de reducir la pobreza, destacó Hoven. “La energía renovable utiliza recursos nacionales que pueden desplazar a las importaciones, generar empleo y nuevas empresas, y la venta de subproductos aumenta la viabilidad empresarial”.
En la actualidad, el 70 por ciento de la energía mixta de América Latina se sustenta en los hidrocarburos, lo que hace a muchos países sumamente vulnerables a los choques de precios, agregó la experta. Al mismo tiempo, existe un alto potencial de energías renovable en la región, entre ellos el desarrollo de energía hídrica. Destacó que el potencial de la energía geotérmica, eólica y solar apenas conocido en muchos de los países.
Mencionó varios enfoques exitosos para alentar la energía limpia, entre ellos tarifas fijas durante 20 años para inversionistas privados en la generación de energía renovable. Uno de los resultados ha sido un notable aumento de la energía eólica. Además, se instituyó un impuesto para reducir el consumo de energía y subsidiar el sistema de pensiones, y se conceden préstamos subsidiados a inversiones en eficiencia energética.
En el BID, Alemania ha establecido un acuerdo de asociación estratégica que en la actualidad canaliza 10,6 millones de euros hacia una serie de iniciativas relacionadas con la energía, incluido un estudio sobre bio-combustible en México, un estudio sobre incentivos para sistemas de energía renovable en Chile, y un plan de eficiencia energética y mitigación de gases de invernadero en Centroamérica.
José Goldemberg, secretario de Medio Ambiente de San Pablo y miembro del Panel Cinta Azul del BID sobre Medio Ambiente, llamó a los gobiernos a crear políticas que alienten la inversión en energía limpia. También destacó que sólo una pequeña parte del portafolio del BID está en la actualidad dedicada a inversiones en energía limpia. Goldemberg instó al Banco asignar un 10 por ciento de sus inversiones a esa área.
Otros oradores en el seminario fueron Fernando Sánchez Albavera, director de Recursos Naturales e Infraestructura de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe; José Ramón Ardavín, subsecretario de estado para el desarrollo y la regulación ambiental de México; Raymond Writght, gerente general de la Compañía de Petróleo de Jamaica; Luis Eduardo Lima, analista financiero señor de Econery de Brasil; Guilherme Fagundes del Mercado de Futuros y Materia Prima de Brasil; Marcelo Duque de Ecosecurities, Brasil; Antonio Vives, gerente encargado del Departamento de Desarrollo Sostenible del BID, y Valvanera Ulargui del Ministerio del Medio Ambiente de España.