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Encuesta: menor porcentaje de mexicanos está enviando dinero a casa desde EEUU

Un porcentaje considerablemente más bajo de inmigrantes mexicanos está enviando dinero a su país desde los Estados Unidos que el año pasado, según los resultados de una encuesta divulgada hoy por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo.

El porcentaje de mexicanos que envía remesas regularmente a su patria cayó a 64% este año de 71% en el 2006. La caída fue más pronunciada en estados donde la inmigración latinoamericana es un fenómeno más reciente, tales como Georgia, Carolina del Norte o Pennsylvania. En los estados “nuevos” el porcentaje de inmigrantes mexicanos que envían dinero a su patria se precipitó a 56% de un promedio de 80%.

En contraste, en estados con larga tradición de albergar comunidades hispanas como California, Texas, Florida y Nueva York, no se registraron similares caídas. En los estados “tradicionales” la tasa de mexicanos que envían remesas apenas pasó a 66% de 68%.

“En los estados nuevos, casi medio millón de inmigrantes han dejado de enviar dinero a casa”, comentó el gerente del FOMIN, Donald F. Terry. “Esto quiere decir que durante el último año unos dos millones de personas en México perdieron una fuente vital de ingresos.”

Este descenso permite explicar porqué, luego de años de altas tasas de crecimiento, las remesas a México casi no aumentaron durante el primer semestre del 2007 (unos 11.500 millones de dólares) comparado con el mismo lapso del 2006 (unos 11.400 millones de dólares), según datos del Banco de México.

La tendencia en las remesas a México contrasta con el sostenido crecimiento de las transferencias de dinero a países de América Central. Las remesas a El Salvador, Guatemala y Honduras aumentaron un promedio de 11 por ciento durante la primera mitad del 2007, comparado con el mismo período del año pasado.

Los inmigrantes mexicanos y centroamericanos tienen similares características demográficas en términos de edades, ingresos y estancia en los Estados Unidos. La mayoría trabaja en industrias como la construcción, hoteles, restaurantes, procesamiento de alimentos y agricultura.

Una marcada diferencia es que casi todos los centroamericanos (97%) viven en estados tradicionales para la inmigración hispana, mientras que un mayor porcentaje de mexicanos (18%) se ha mudado a otras partes del país.

El encuestador Sergio Bendixen, cuya firma realizó esta encuesta y otros sondeos similares para el FOMIN desde el año 2000, señaló que los inmigrantes mexicanos en los nuevos estados mencionaron una inusitada variedad de dificultades que los vuelven menos optimistas acerca del futuro.

Una mayoría de los inmigrantes dijo que resulta más difícil conseguir empleos bien remunerados que hace un año. Entre los principales obstáculos, citaron la falta de documentación legal, educación formal y dominio del inglés. Una vasta mayoría también siente que ha crecido la discriminación contra los hispanos.

Bendixen apuntó que este cambio en la tendencia de las remesas a México podría ser una señal de cambios económicos en aquellos estados donde los inmigrantes mexicanos han dejado de enviar dinero a casa, aunque las potenciales ramificaciones aún no son claras.

La encuesta fue realizada en junio e incluyó 900 entrevistas con inmigrantes mexicanos y centroamericanos. Alrededor de la mitad de los entrevistados dijeron que eran indocumentados. El margen de error del sondeo es de tres puntos porcentuales.

Terry anunció que el FOMIN planea encargar una nueva encuesta a principios del 2008 para ver si la actual tendencia persiste y se propaga a otros estados o si se trata sólo de un desvío temporal de los patrones observados durante la última década.

El FOMIN, un fondo autónomo administrado por el BID, promueve el desarrollo del sector privado en América Latina y el Caribe, con énfasis en la micro y la pequeña empresa. Sus estudios sobre remesas comenzaron con el objetivo de analizar su impacto en las economías de la región.

La labor del FOMIN en este tema ayudó a atraer más proveedores de servicios a una industria tradicionalmente dominada por operadores de transferencias de dinero. En años recientes, la competencia y las innovaciones tecnológicas han reducido los costos de las remesas a la región.

Los proyectos apoyados por el FOMIN apuntan a sumar a más familias que reciben remesas al sistema financiero formal, donde pueden tener acceso a productos y servicios como préstamos, cuentas de ahorro y seguros. Asimismo promueve innovaciones como los créditos hipotecarios transnacionales.

 

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