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Emigrantes de América Latina y Caribe surgen como importante factor para desarrollo económico y social

El humilde trabajador emigrante de América Latina y el Caribe, que envía a su familia un promedio de 250 dólares al mes, fue considerado un importante factor para el desarrollo económico y social en una conferencia de dos días sobre las remesas que concluyó hoy en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, D.C.

Los expertos estimaron que las remesas provenientes de 80 millones de transacciones separadas —principalmente de trabajadores de bajos ingresos en Estados Unidos, Japón, Europa y otros países–representan actualmente en forma acumulada más de 20.000 millones de dólares anuales que se transfieren a América Latina y el Caribe. Se calcula que ese monto acumulativamente totalizará 300.000 millones de dólares en los próximos 10 años.

Según la profesora de la Universidad de Georgetown Susan Martin, los economistas que alguna vez consideraron a las remesas como un factor insignificante están ahora cambiando sus puntos de vista en forma dramática.

Martin agregó que cada dólar que un emigrante remite a su familia en su país de origen produce un efecto económico multiplicador de entre tres y cuatro dólares de crecimiento económico.

Juan Hernández, director de la Oficina de Asuntos Migratorios de la Presidencia de México, calificó a los emigrantes que envían dinero a sus hogares como "héroes" nacionales. El funcionario describió los pasos que México está adoptando en el nivel federal, estadual y local para reducir los costos del envío de remesas y para canalizar algunos de los recursos de los mexicanos que viven en el exterior a proyectos de desarrollo local.

El presidente de la Asociación Salvadoreña de Asistencia, Mauricio Granillo, dijo que las remesas se están ahora utilizando para mejorar escuelas, caminos e instalaciones sanitarias en zonas rurales en El Salvador.

El presidente del Centro para las Finanzas Internacionales de Japón, Makoko Utsumi, dijo que los cientos de miles de brasileños de origen japonés que trabajan temporariamente en Japón y regresan a su país con ahorros representan no solamente una importante fuente de recursos, sino "también de experiencia".

Quienes retornan, han acumulado conocimientos técnicos y culturales que les permiten servir de intermediarios para atraer mayor inversión extranjera directa de Japón a Brasil, dijo.

Donald Terry, gerente del Fondo Multilateral de Inversiones - que auspició la conferencia sobre remesas - dijo que el fondo intenta realizar un proyecto que tenga efectos demostrativos para beneficio de todos los países de América Latina y el Caribe con gran número de emigrantes que envían transferencias de Estados Unidos, Japón, Europa y otros países de América Latina.

Los proyectos mostrarán formas de reducir el costo de las remesas mediante la competencia entre instituciones financieras - actualmente estos costos se estiman en 15 por ciento del monto remitido - y proveerán oportunidades atractivas de inversión en los países de origen de los emigrantes.

El FOMIN anunció el jueves la aprobación de su primer proyecto de remesas, una inversión de 5 millones de dólares en el Fondo Mutuo de Investimento em Empresas Emergentes, un fondo que ayudará a los emigrantes que regresan de trabajos temporarios en Japón a establecer pequeñas empresas en Brasil.

El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Enrique V. Iglesias firmó también el jueves un memorando de entendimiento con Mario Laborín Gómez, director general de Nacional Financiera de Mexico, por el que las dos instituciones se comprometieron a explorar formas de ofrecer a las comunidades de emigrantes oportunidades de inversión que apoyarán el desarrollo de pequeñas empresas en México.

El FOMIN, un fondo independiente administrado por el BID, auspició la conferencia sobre remesas en cooperación con el Diálogo Interamericano y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas.

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