(PARTE II)
En la comunidad del desarrollo hablamos cada vez más sobre la inversión privada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Tradicionalmente, esta conversación se ha centrado en el por qué— ¿por qué los inversores privados deberían ser parte de este esfuerzo?, ¿por qué es su deber y está en su mejor interés unirse a nosotros? Más recientemente, esta conversación evolucionó para incluir el cómo—¿cómo podemos hacer para atraer inversores privados para este fin? Sin embargo, a tan solo 11 años de que se agote el tiempo para alcanzar los ODS, es imperativo que cambiemos el enfoque hacia los resultados, al qué del financiamiento de los ODS, para así tener un verdadero impacto. Este cambio es el tema de la segunda parte de nuestra serie "El camino hacia el financiamiento de los ODS", que explora las tendencias, los desafíos y las soluciones relacionadas con el impulso de la financiación privada de los ODS en el mundo en desarrollo, con un enfoque en América Latina y el Caribe (ALC)
A través de investigaciones y conversaciones extensas con inversores privados, en el Grupo BID vimos surgir una serie de preguntas: ¿Qué sectores y qué países necesitan más financiación privada? ¿Qué actividades pueden financiar los inversores si quieren tener un impacto real en los ODS? ¿Qué debemos medir para garantizar que la inversión del sector privado se asigne de una manera que maximice los resultados? Y críticamente, ¿qué se debe comunicar sobre las oportunidades de inversión para inspirar a los inversores privados a la acción? Estas no son preguntas fáciles de responder, pero hemos descubierto que la solución radica, en términos muy simples, en la alineación con los ODS.
Cuando surgieron los ODS en 2015, pretendían ser una hoja de ruta para guiar y alinear los esfuerzos de todos los actores que buscan impulsar un cambio positivo. A diferencia de sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, esta hoja de ruta ha logrado un éxito sin precedentes al captar la atención de los actores de desarrollo no tradicionales, incluyendo los inversores privados, y proporcionándoles un lente a través del cual analizar el desarrollo, que es universalmente reconocido, medible y claro.
En consecuencia, en el Grupo BID reconocemos que para atraer a inversionistas privados a financiar el desarrollo de la región debemos hablar de manera consistente y exclusiva el lenguaje de los ODS. Hasta ahora, esta no ha sido la norma entre los bancos multilaterales de desarrollo, que están acostumbrados a establecer sus propios estándares sobre cómo discuten y abordan el desarrollo. Sin embargo, la adopción generalizada de los ODS, particularmente en el sector privado, requiere que busquemos una alineación completa con estos Objetivos Globales para que los inversores puedan comprender nuestro trabajo, nuestro impacto y nuestras contribuciones en impulsar la Agenda 2030.
Al mismo tiempo, atraer a los inversores depende de la capacidad de los actores del desarrollo para liderar el financiamiento de los ODS. Esto requiere evaluar y medir los desafíos y oportunidades de desarrollo exclusivamente a través de un lente centrado en los ODS. Esto permitirá a los actores indicar qué tan urgentes son las necesidades de financiamiento de los ODS en un país o sector determinado, y evaluar cuantitativa y cualitativamente el impacto de los ODS en la región.
Entre los distintos esfuerzos del Grupo del BID para liderar el financiamiento de los ODS en ALC, estamos trabajando en una herramienta de impacto sobre los ODS en inversiones de infraestructura. Esta herramienta está siendo desarrollada en colaboración con la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN), una iniciativa de las Naciones Unidas y el Instituto Earth de la Universidad de Columbia, y servirá como guía, para los inversores, hacia oportunidades de inversión en infraestructura en aquellos países con brechas significativas en los ODS. Este enfoque es una alternativa clara y proactiva de alineación a los ODS, y que sin duda puede revolucionar la forma en que los inversores privados se involucran en el desarrollo de la región.
A través de herramientas como esta, que esperamos lanzar a finales de este año, los inversores podrán comprender, de mejor manera, cuán concretamente sus inversiones pueden ayudar a avanzar la Agenda 2030 y reconocer el valor de invertir en la región de ALC. Su creación puede representar solo unos pequeños pasos hacia adelante, pero esperamos que sea un gran avance en la movilización de inversores para financiar los ODS en América Latina y el Caribe.
Sin embargo, si bien la región está lista para la inversión privada y es ideal para poner a prueba esquemas innovadores de financiamiento de los ODS, gran parte de la narrativa de financiamiento de los ODS es de alcance global y se centra desproporcionadamente en otras regiones en desarrollo. En nuestra próxima entrega, discutiremos por qué los inversores deben asegurarse de mirar a ALC si desean generar retornos de todo tipo: sociales, ambientales y financieros ¡No te lo pierdas!
Matias Bendersky
Matias Bendersky es Jefe de la División de Movilización de Recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde es responsable de identificar, desarrollar y ampliar la movilización de recursos y alianzas estratégicas entre el Grupo BID y socios del sector público y privado. Supervisa el trabajo de un equipo de profesionales que se ocupan de identificar oportunidades de cofinanciamiento y de movilizar recursos financieros y conocimiento de socios. Su equipo también está encargado de explorar instrumentos de financiamiento innovadores y mixtos que sirvan para apoyar la agenda de desarrollo sostenible en la región. Antes de unirse al BID en 2007, el Sr. Bendersky trabajó para el Banco Mundial en varias operaciones con garantía soberana. Anteriormente, el Sr. Bendersky trabajó durante 6 años como abogado corporativo y transaccional tanto en Argentina como en Estados Unidos. El Sr. Bendersky es egresado de la Universidad de Buenos Aires y tiene una maestría conjunta en la Escuela de Negocios y Leyes de la Universidad Northwestern de Chicago.