Un esforzado trabajador paraguayo con una buena idea y un préstamo inicial de US$500 protagonizó una historia de telenovela: sin hablar español, comenzó vendiendo fruta en el mercado de su pueblo y terminó de exportador en los mercados internacionales.
En Guayaibí, una de las zonas más conflictivas y pobres de Paraguay, Antonio Bogado empezó a cultivar banano y piñas en un pequeño terreno de sus padres. Comenzó a vender sus productos en el mercado local, luego en la capital de Asunción y, al poco tiempo, estaba exportando a Argentina y Uruguay.
El impulso de Bogado ha logrado hacer crecer el terreno de sus padres a una finca den 55 hectáreas y está transformando a Guayaibí en una de las zonas que más producen banano y piñas en Paraguay. Además, está dando empleo permanente a 15 personas y a 15 adicionales en épocas de cosecha, según un artículo de la revista anual MicroEmpresa Américas, cuya nueva edición se lanzará en el VII Foro Interamericano de la Microempresa, en Cartagena, Colombia, el 9 y 10 de septiembre de 2004.
Pero su espíritu empresarial no habría bastado sin apoyo financiero. El Comercio, una microfinanciera paraguaya, le otorgó su primer crédito, por unos US$500. El último préstamo, que lo pidió para comprar la finca de frutales, ha sido de US$5.000. Y aún sigue hablando solamente guaraní.
Durante los dos días de la reunión de la microempresa, los participantes analizarán las tendencias, ideas y herramientas más recientes en financiamiento y servicios para la microempresa, y compartirán las lecciones aprendidas de auténticas historias –como la de Bogado– para mejorar sus servicios financieros. Asimismo, analizarán alternativas para eliminar los obstáculos que frenan a los microemprendedores a iniciar un negocio, así como iniciativas de empresariado social para mejorar la calidad de vida en las comunidades pobres.