No es un secreto que en América Latina, como por desgracia ocurre en la mayor parte del mundo, las mujeres sufren violencia doméstica y las cifras que se barajan sobre su incidencia son impactantes: De 6 a 8 de cada 10 mujeres, según concluía recientemente el Consejo Nacional de Mujeres de Ecuador, basándose en estudios y proyecciones regionales.
Las secuelas físicas y psicológicas de esta violencia tienen un altísimo costo económico y social en la mujer, en su familia, en todo el entramado de la sociedad y en el desarrollo de los países. Para detener esta espiral de violencia se han iniciado en la región múltiples acciones tanto de atención a las víctimas como de prevención. Y como se trata de un territorio sin explorar, algunos gobiernos han pedido al BID ayuda económica y apoyo técnico para llevar a cabo iniciativas en este campo.
Combatir la violencia doméstica es complejo ya que requiere aunar políticas y programas desde múltiples sectores sociales, como salud, educación, justicia y orden público. El Programa de la Mujer en el Desarrollo, unidad del Departamento de Desarrollo Sostenible del BID, publicó recientemente una serie de folletos que recogen las lecciones aprendidas en diversos países sobre los apartados de políticas públicas, prevención de la violencia y atención a víctimas y victimarios.
Bajo el título Violencia doméstica: intervenciones para su prevención y tratamiento, los folletos cubren los siguientes temas:
- Campaña de comunicación en Panamá
- Tratamiento de hombres agresores en países nórdicos
- Planes nacionales contra la violencia doméstica
- Capacitación de facilitadoras indígenas en Guatemala
- Refugios para mujeres en situación de violencia doméstica
- Capacitación para la aplicación de convenios nacionales
- Línea telefónica de emergencia en El Salvador
- Producción y uso de un video: Vidas golpeadas, esperanzas destruidas
- Educación popular sobre masculinidad en Nicaragua