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Cómo reducir el riesgo de una crisis financiera

Durante una reciente exposición en la sede del BID en Washington, D.C., el economista John Williamson declaró que si los países de América Latina quieren evitar atravesar por una nueva crisis financiera, deberán formular e implementar políticas fiscales anticíclicas, desincentivar el endeudamiento externo del sector privado en tiempos de auge y evitar el endeudamiento en moneda extranjera.

En su presentación ante el directorio ejecutivo del Banco, Williamson, socio principal del Institute for International Economics, con sede en Washington, D.C., resaltó tres medidas que la región puede tomar para reducir el riesgo de una nueva crisis. La primera consiste en la adopción deliberada de políticas fiscales anticíclicas. La segunda consiste en imponer un encaje ( requerimiento mínimo de reserva) o un impuesto que dificulte o limite el endeudamiento externo por parte del sector privado durante los períodos de auge. Y, en tercer lugar, los gobiernos deberán limitar, y en última instancia eliminar, la deuda denominada en moneda extranjera.

El experto estadounidense, quien creó la expresión “consenso de Washington” para referirse al conjunto de políticas macroeconómicas orientadas hacia el mercado que estuvieran en boga y contaran con amplio respaldo de las organizaciones multilaterales durante la primera mitad de los años noventa, destacó el posible papel que podría desempeñar el BID como catalizador de esas medidas.

Williamson declaró que el BID podría estimular la aplicación de políticas anticíclicas mediante la creación de un sistema que permitiera a grupos de pares monitorear las normas diseñadas para alcanzar ese objetivo.

Respecto del encaje o impuesto para desincentivar el endeudamiento externo del sector privado, Williamson dijo que el Banco podría iniciar un diálogo con la comunidad internacional acerca de la conveniencia de contar con este instrumento de política.

En cuanto a la tercer medida, planteó que se podría comenzar con la transformación de los préstamos otorgados por las organizaciones multilaterales, ya anteriormente propuesta por el académico de la Universidad de Harvard Ricardo Hausmann. Este, durante una presentación al directorio ejecutivo del BID en junio de este año, recomendó que los países contrajeran deuda indexada en una canasta de monedas locales, y que los bancos multilaterales comenzaran a emitir bonos en esas canastas de monedas. Williamson agregó que el endeudamiento soberano debía luego seguir el mismo camino y que los gobiernos podrían ofrecer un incentivo tributario al sector privado de sus respectivos países para que hicieran otro tanto.

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