En ningún momento resulta más crucial un buen sistema de adquisiciones públicas que después de un desastre natural. Se deben comprar materiales de emergencia, medicinas y otros suministros, se deben contratar servicios para evaluar daños y empresas de ingeniería para reparar caminos, redes eléctricas y otras partes de la infraestructura física. Todo debe hacerse con prisa y poco tiempo para hacer consultas o supervisar cuidadosamente. Las oportunidades para cometer errores o caer en excesos florecen.
Ese fue el desafío que enfrentaron los países centroamericanos azotados por el huracán Mitch a fines de 1998. En el apuro por reconstruir, las oficinas gubernamentales de compras en Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala se vieron súbitamente abrumadas. Además de tener que procesar una ola de pedidos de contratos generados por sus propios gobiernos, esas mismas oficinas quedaron encargadas de manejar millones de dólares de ayuda extranjera. Las inevitables demoras causaron frustración en todos los participantes en la operación y pusieron de relieve la necesidad de modernizar los sistemas de compras estatales.
Aunque su proceso de reconstrucción ya estaba bastante encaminado, Honduras le pidió al BID que la ayude a financiar un ambicioso programa para fortalecer y modernizar su sistema nacional de adquisiciones estatales. El programa, con un costo estimado en 22 millones de dólares, apunta no sólo a resolver los problemas de corto plazo de la reconstrucción sino también a mejorar la gestión financiera del gobierno en general. Según Jorge Claro de la Maza, los objetivos de corto plazo se pueden alcanzar supervisando los proyectos de reconstrucción y dando apoyo a las operaciones de compra y contratación. Por otro lado, se debe desarrollar e implementar un programa permanente de capacitación para funcionarios a cargo de compras y además echar las bases de un nuevo Sistema Nacional de Compras y Contratación.
“Esta es la primera vez en que el Banco considera un programa amplio de esta naturaleza, formulado específicamente para mejorar el sistema de adquisiciones de un país”, dice Claro. “Hasta ahora, la mayoría de los esfuerzos en esta área fueron parciales y no se llevaron a cabo como parte integral de la reforma del estado”.
El proyecto será ejecutado por funcionarios hondureños con apoyo de firmas consultoras internacionales seleccionadas por el gobierno y la comunidad internacional.