NUEVA ORLEANS -- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique V. Iglesias, el director del Instituto Guatemalteco de Turismo, Juan Francisco Callejas, y el presidente de la Organización Mundo Maya, Edgardo Suárez Mallagray, firmaron hoy los documentos de una donación por 1,3 millones de dólares para el programa Mundo Maya, una iniciativa regional para preservar el patrimonio histórico, ambiental y cultural de Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y los estados mexicanos de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
La ceremonia de firma se llevó a cabo en el marco del seminario internacional Nuevas Tendencias en la Preservación del Patrimonio Cultural de América Latina y el Caribe, organizado en ocasión de la Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del BID.
Entre otros, asistieron como testigos a la firma el ex presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo; el secretario técnico de la Presidencia de El Salvador, Juan José Daboub; el secretario de Hacienda mexicano, José Angel Gurría; el secretario de Turismo mexicano, Oscar Espinosa; la ministra de Finanzas de Honduras, Gabriela Núñez de Reyes; la ministra de Turismo hondureña, Ana Abarca; y el secretario permanente del Ministerio de Turismo de Belice, Deon Pascasio.
"Para nosotros el desarrollo es un concepto integral", dijo en la ceremonia Iglesias. "Cuando hablamos de preservación cultural no estamos considerando sólo los aspectos éticos o estéticos, también estamos hablando de la cultura como una fuente de actividad económica".
En el caso del proyecto Mundo Maya, el objetivo es preservar y aprovechar el legado de los mayas en el sur de México y América Central, donde viven unos cinco millones de descendientes de ese antiguo pueblo. En la región, que cubre unos 500.000 kilómetros cuadrados, aún se hablan los idiomas mayas y se conservan sus tradiciones artísticas y su organización social. Además de
Mundo Maya contempla el diseño de un plan de inversión en turismo cultural, ecológico y de aventura que, además de cuidar el medio ambiente, garantice la participación de la comunidad maya y de otras comunidades locales en el proceso y sirva de fuente alternativa de ingresos para los habitantes de la región.