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BID y ASBA sostienen que la regulación en microfinanzas debe fomentar la transparencia y promover la protección del cliente

Nuevas guías establecen estándares para la efectiva integración de las microfinanzas en los sistemas financieros

Los reguladores de América Latina y el Caribe deben fomentar la transparencia, mejorar las normas de protección al cliente y ejercer la supervisión prudencial de operaciones de microfinanzas, de acuerdo a una guía  para la regulación y supervisión apropiada de operaciones de microfinanzas publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Asociación de Supervisores de Bancos de las Américas (ASBA), con el apoyo del Fondo Suizo de Cooperación Técnica.

Las guías recomiendan que las instituciones de microfinanzas difundan información adecuada acerca de los costos y otras condiciones de los contratos de crédito para que los clientes cuenten con los elementos suficientes para la toma de decisiones. Además recomienda que los supervisores lleven a cabo evaluaciones de las condiciones de los contratos para prevenir y, de ser el caso, sancionar prácticas abusivas. 

“La regulación razonable y supervisión prudencial apropiada pueden promover la transparencia, mejorar el servicio al cliente y al mismo tiempo prevenir que las instituciones de microfinanzas tomen altos riesgos“, dijo Julie T. Katzman, Vicepresidenta Ejecutiva del BID y Gerenta Interina del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID.

“Estándares apropiados de regulación son fundamentales para promover un sólido y competitivo sector de microfinanzas,” dijo Rudy V. Araujo, Secretario Ejecutivo de ASBA, “América Latina tiene vasta experiencia con la regulación y es muy importante compartir este conocimiento y las lecciones aprendidas con otras regiones del mundo".

El informe titulado “Guía de Principios para una Efectiva Regulación y Supervisión de las Operaciones de Microfinanzas” ofrece lecciones extraidas de buenas prácticas regulatorias en el sector de microfinanzas en América Latina y el Caribe, una industria que ha crecido rápidamente durante la década pasada en la región y que pasó de apenas 1,8 millones de clientes en 2001 a 10,5 millones en 2009. 

El informe sugiere que los estándares incluidos en estas guías se apliquen también a las entidades de crédito no supervisadas que operan con microfinanzas como una buena práctica para minimizar sus riesgos. El reporte insta a los gobiernos a fomentar esfuerzos para establecer un ambiente de prácticas sanas y éticas que permitan dar acceso a servicios financieros de calidad a todos los segmentos de la población. 

El estudio fue preparado entre marzo de 2008 y marzo de 2010, por el grupo de trabajo de microfinanzas de ASBA, con el respaldo de consultores que combinaron la experiencia de reguladores y supervisores de instituciones financieras, así como ejecutivos de microfinancieras. El FOMIN y ASBA, con apoyo del Fondo Fiduciario Suizo de Cooperación Técnica, encomendaron la elaboración de este informe.

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