Estudio destaca la necesidad de proteger a los pobres del área urbana contra la inflación de alimentos y advierte de los efectos de la apreciación del tipo de cambio
El aumento de los precios internacionales de los alimentos podría desencadenar una aceleración de la inflación en varios países de América Latina y el Caribe este año, destacando la necesidad de políticas para proteger a los pobres del área urbana, según un nuevo estudio realizado por Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los importadores de productos de alimentos, con mayor poder del gasto, se concentraron en productos alimenticios comercializables y con poco espacio para dejar que su moneda se aprecie serán los más afectados por los mayores precios internacionales de los alimentos, según el estudio. Los pobres del área urbana que no tienen acceso a ingresos generados por productos de auto-crecimiento están en mayor riesgo de la crisis de los precios de alimentos.
"Hay una necesidad de incrementar y mejorar la focalización de la ayuda, quizás a través de reformar los regímenes de transferencias monetarias condicionadas, con estos grupos para compensar el efecto del aumento de precios de los alimentos", de acuerdo con el análisis "¿Qué efecto inflacionario tendrá el shock de precios de los alimentos en América Latina?" elaborado por el Departamento de Investigación del BID.
Tipos de cambio flexibles en otros países tienden a compensar el impacto sobre los precios internos, pero esto plantea otros problemas. Una apreciación nominal significativa puede afectar la competitividad de otros sectores de comercio. El reto para los exportadores de materias primas es aprovechar la bonanza actual y garantizar que la economía siga siendo competitiva.
El informe estima el impacto del potencial inflacionario del encarecimiento de los alimentos a nivel internacional y los precios del petróleo de 13 países de la región y examina políticas que pueden ser utilizadas para aliviar el impacto de los precios de los alimentos sobre la inflación. El estudio concluye que el aumento de los precios del petróleo sólo afecta significativamente la inflación en un pequeño número de países de la región este año.