<?xml:namespace prefix = v />La Oficina de Asia en el Banco Interamericano de Desarrollo está apoyando a las embajadas en América Latina y el Caribe a producir materiales para promover el comercio y las inversiones de Japón en la región.
Las inversiones japonesas en América Latina y el Caribe se sitúan en aproximadamente un 10% de la inversión japonesa directa global. Sin embargo, la naturaleza complementaria de los intereses económicos de América Latina y de Japón, donde la interrelación entre los recursos naturales de uno y la tecnología del otro constituyen la clave para la competitividad sostenida y el crecimiento económico, permite prever una creciente relación entre ambas regiones.
“Los obstáculos que limitaban las relaciones han desaparecid Japón se ha recuperado de la llamada “década perdida” de los 90. América Latina es hoy mucho más globalizada, próspera y moderna que hace 25 años”, indicó Takeo Shikado, representante de la Oficina del BID en Asia. “Las empresas japonesas han realizado recientes inversiones en Brasil, México, Perú y Argentina entre otros destinos latinoamericanos. Países de la región como Chile y México ya han firmado tratados de libre comercio con Japón. Estos desarrollos permiten prever un renovado ímpetu en las relaciones económicas entre ambas regiones”, concluyó Shikado.
“La gestión promocional se hace necesaria porque si bien Japón tiene inversiones en Perú, su presencia no corresponde ni a su potencial económico ni a las posibilidades del Perú”, sostuvo Hugo Palma, embajador de Perú en el Japón. “La inversión (extranjera) toma especial interés (para Argentina) para dar sustentabilidad al modelo económico. Nuestro desafío es revertir la tendencia (estática) de las inversiones Japonesas en Argentina”, indicó Jorge Osella, ministro de la Embajada Argentina en Japón.
Desde su establecimiento en 1995, la Oficina del BID en Asia ha cumplido un rol importante como puente entre las economías de América Latina y el Caribe y las de Japón y la República de Corea. La oficina ha contribuido al fortalecimiento de las relaciones económicas y de cooperación entre ambas regiones, apoyando así al Grupo BID en su misión de promover el desarrollo económico equitativo y sostenido entre sus prestatarios.