Pasar al contenido principal

BID, OPS/OMS Y BANCO MUNDIAL firman acuerdo para trabajar unidos en agenda compartida de salud para América Latina y el Caribe

El Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud suscribieron hoy un acuerdo para formular una "Agenda compartida para la salud de las Américas", a fin de coordinar los esfuerzos para ayudar a los países de América Latina y el Caribe a mejorar las condiciones de salud y los servicios de salud pública.

El acuerdo suscrito por el presidente del BID Enrique V. Iglesias, el director de la OPS Dr. George A.O. Alleyne, y el vicepresidente del Banco Mundial David de Ferranti, crea un grupo de coordinación de las tres organizaciones que se reunirá mensualmente a fin de intercambiar información crucial e identificar oportunidades para poner en marcha acciones conjuntas. Se prestará especial atención a la mejora de las condiciones de salud de los grupos más vulnerables de la población y a la promoción de la calidad y el acceso equitativo a los servicios de salud.

Esta iniciativa le permitirá a las tres instituciones lograr una coordinación y complementariedad más sistemáticas entre sus numerosos proyectos de salud en diferentes niveles de acción –regional, subregional, nacional y local– mientras continúan con sus actividades independientes en marcha.

Según el documento, las medidas seguirán tres líneas principales de acción:

  • Apoyo al proceso de reforma del sector de salud, incluidos no sólo los servicios de salud, sino también los de saneamiento básico.
  • Fortalecimiento institucional de los programas de salud pública, en materia tanto de promoción de la salud como de prevención y lucha contra las enfermedades.
  • Fortalecimiento del liderazgo de las autoridades sanitarias en todas las esferas de desarrollo que afectan a la salud.

Esta alianza estratégica proporcionará una plataforma "para procurar aumentar el valor agregado de la labor de cada organización, así como dar continuidad, coherencia y estabilidad a sus actividades coordinadas" en respuesta a las sugerencias de los sectores público y privado y de la sociedad civil en la región.

La Alianza estratégica para un esfuerzo coordinado de mejora de los servicios de salud pone de relieve que la salud no sólo interesa para el mayor bienestar de las personas y las comunidades, sino que también es un factor fundamental para el apoyo del crecimiento económico, al aumentar la capacidad y la productividad de las personas. El interés por el mejor estado de salud de los ciudadanos y de los grupos excluidos o marginados es un aspecto importante del fortalecimiento de las instituciones democráticas en las Américas. Por lo tanto, la colaboración se centrará fundamentalmente en mejorar el estado de salud del 33% más pobre de la población de América Latina y el Caribe, que sobrevive con ingresos de menos de US$2 al día. Lamentablemente, la desigualdad de los ingresos no sólo se vincula con el deterioro del estado de salud, sino también con el limitado acceso a los servicios. Los tres organismos están interesados en prestar asistencia para ayudar a superar los problemas relacionados con las diferencias en las condiciones de vida, los conocimientos acerca de cómo abordar los problemas de salud y el acceso a los servicios esenciales de salud, abastecimiento de agua potable y saneamiento. Muchas de estas diferencias se originan en la extraordinaria desigualdad de los ingresos de la región.

Se han registrado grandes éxitos de los cuales podemos partir, como el ejemplo de la eliminación de las enfermedades inmunoprevenibles, como la poliomielitis. La región está muy avanzada en lo que respecta al logro de un éxito semejante con el sarampión, con la OPS a la cabeza, que reporta enormes beneficios a las familias pobres. El gasto en salud es de un promedio del 7,3% del PIB de la región, y los tres organismos y sus gobiernos miembros se dan cuenta de que es mucho lo que se puede hacer por mejorar los resultados en materia de salud mediante el aumento de la eficiencia del gasto corriente, la eficacia de las instituciones y programas existentes y la distribución de los beneficios del gasto público.

En el marco de la agenda compartida, la Organización Panamericana de la Salud, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo establecerán inicialmente grupos de estudio en cuatro ámbitos, a saber: productos farmacéuticos, salud pública y vigilancia de enfermedades, medio ambiente y cuentas nacionales de salud.

  • Productos farmacéuticos: la meta primordial en este sentido será mejorar el marco reglamentario de esta actividad, los conocimientos de los consumidores y minoristas acerca del uso de dichos productos y aumentar el acceso de los pobres a medicamentos esenciales de buena calidad.
  • Salud pública y vigilancia de enfermedades: los tres organismos colaborarán para reforzar la vigilancia regional de las enfermedades transmisibles, ayudar a crear capacidad para vigilar las enfermedades crónicas y contribuir a la fijación de metas regionales en materia de salud.
  • Medio ambiente: teniendo en cuenta la importancia que reviste el abastecimiento de agua y el saneamiento en los resultados diferenciales en materia de salud entre los pobres, los graves problemas de contaminación atmosférica en el medio urbano en América y las oportunidades que existen para tomar medidas públicas destinadas a evitar accidentes y lesiones, las tres instituciones formularán un programa conjunto para abordar las cuestiones de máxima prioridad en estas esferas.
  • Cuentas nacionales de salud: estas cuentas permiten hacer el seguimiento del gasto en servicios de salud por personas, gobiernos y empresas. Se han convertido en un instrumento esencial de los debates fundados acerca de la política de salud en Europa y América del Norte en los últimos 20 años, pero sólo existen en un puñado de países de América Latina y el Caribe. Los tres organismos, junto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, se han comprometido a trabajar para ayudar a todos los gobiernos de la región a preparar cuentas nacionales de salud en el plazo de tres años y para crear la capacidad institucional necesaria para llevar esas cuentas.

La agenda compartida representa un avance extraordinario en materia de colaboración entre organismos multilaterales para sacar provecho de las singulares capacidades de cada uno de ellos en materia de política y actividades de salud en la región. El establecimiento de un grupo de coordinación y la elección de cuatro esferas específicas de colaboración tienen por objeto ir más allá de una sencilla declaración y ejercer influencia en el terreno en el desempeño de los sistemas de salud en América, para lograr un mejor estado de salud de los habitantes de la región.

Jump back to top