Apoyo a los esfuerzos del gobierno haitiano para superar obstáculos a la productividad rural
Una donación de US$15 millones del Banco Interamericano de Desarrollo ayudará a Haití en sus esfuerzos por modernizar sus políticas e instituciones agrícolas y aumentar la productividad y la competitividad rural. Los recursos del BID serán complementados con una donación de US$7 millones del Fondo de Reconstrucción de Haití.
La donación, primera de una serie de tres operaciones basadas en políticas, proveerá apoyo presupuestario al gobierno haitiano mientras lleva a cabo reformas para resolver varias limitaciones a la agricultura, que aún desempeña un papel dominante en la economía nacional. Varios donantes, incluido el BID, están aportando recursos financieros y asistencia técnica para estas reformas.
La agricultura es el principal medio de subsistencia para más de 1 millón de familias haitianas y genera aproximadamente la mitad de los empleos en el país. La productividad rural, sin embargo, es más baja que en otros países de América Latina y el Caribe. Sus principales cultivos, como el arroz, el banano y el café, han sufrido considerables caídas en las últimas dos décadas.
Entre las reformas que encarará el gobierno haitiano figura el fortalecimiento de su Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural (MARNDR) para que pueda cumplir sus funciones de planificación, programación y presupuesto; mejorar su capacidad para gestionar, monitorear y evaluar programas; y aumentar la efectividad de sus servicios. Bajo esta operación el ministerio creará un equipo de especialistas en compras y contratos para incrementar su capacidad para absorber y administrar recursos aportados por el tesoro nacional y donantes.
Esta reforma permitirá al MARNDR ejecutar más eficientemente sus programas. En la actualidad el BID apoya proyectos rurales por más de US$200 millones en Haití, con objetivos como intensificar la producción agrícola, riego, cadenas de valor rurales, transferencias de tecnología agrícola, clarificación de tenencia de tierras y gestión de cuencas hídricas.
Otra reforma involucra la modernización de las políticas y los marcos legales e institucionales para la administración territorial. Alrededor de 60 por ciento de las parcelas rurales carecen de título de propiedad, una situación que limita las inversiones a largo plazo y el acceso al crédito rural. La titulación de tierras es un trámite caro y engorroso en Haití, donde aún rigen leyes y procedimientos anticuados. Bajo este programa el gobierno promoverá legislación que permitirá a los agrimensores y notarios utilizar tecnologías modernas que aumentarían la eficiencia de sus servicios.
Haití también promoverá legislación para reconocer legalmente a las asociaciones de usuarios de agua, un paso que permitiría a los agricultores gestionar y mantener los sistemas de riego. Las políticas en esta materia se actualizarán para asegurar la coordinación entre el riego y la gestión de cuencas. Una comisión interministerial velará por la gestión de la represa de Peligre, buscando equilibrar las demandas de producción hidroeléctrica con la necesidad de proveer agua para riego en el valle del Artibonite, la principal zona arrocera del país.
Adicionalmente, Haití necesita llevar su sistema fitozoosanitario a niveles internacionales para poder proteger sus cultivos y ganado contra plagas y enfermedades nativas y exóticas. Las reformas comenzarán por un plan operativo con objetivos específicos y la racionalización del gasto para tales servicios.
A fin de ampliar el acceso a mejores técnicas agrícolas, las reformas promoverán la renovación del sistema de investigación agropecuaria para que la red de centros regionales pueda asesorar a los productores rurales. Asimismo se ampliará gradualmente el sistema de subsidios “inteligentes”, particularmente en la región norteña, donde el BID concentra inversiones rurales, a fin de alentar el desarrollo de servicios de asesoría agropecuaria.
El programa fue diseñado en coordinación con otros donantes que apoyan los esfuerzos de Haití por mejorar su agricultura, entre ellos el Banco Mundial, el FIDA, el IICA, USAID, USDA, la Unión Europea, Francia, Canadá y Brasil.
Haití y el BID
El Banco Interamericano de Desarrollo es el principal donante multilateral de Haití. Desde el terremoto del 2010 ha aprobado US$534 millones en nuevas donaciones y desembolsado US$396 millones para apoyar al gobierno haitiano en sus inversiones en agricultura, transporte, energía, agua y saneamiento, educación y desarrollo del sector privado.