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Analistas enfatizan estrategias de largo plazo y papel central del sector privado para la competitividad en América Latina

El protagonismo del sector privado, una visión gubernamental de largo plazo, la integración regional y las alianzas entre diversos sectores sociales serán elementos clave para que los países de América Latina y el Caribe puedan competir en el siglo XXI, afirmaron analistas económicos en un foro en el Banco Interamericano de Desarrollo.

Los analistas, quienes participaron el lunes 18 de noviembre en el taller Competitividad y Concertación en América Latina, estimaron que se necesitará una mayor productividad para superar tanto el mediocre desempeño económico de los años 90 como la persistente pobreza y desigualdad que padece la región.

El economista principal del BID, Eduardo Lora, quien inauguró el taller, dijo que una política de competitividad exitosa debe tener continuidad de un gobierno a otro, con el sector privado como protagonista. Según Lora, el éxito de la estrategia dependerá de la responsabilidad y el compromiso que asuman los sectores público y privado.

Casi un centenar de especialistas de gobiernos, del sector privado, de universidades e instituciones multilaterales participaron del taller que contó como orador central al profesor Michael Porter, director del Instituto para Estrategia y Competitividad de la Universidad de Harvard.

Porter, cuya participación formó parte de la serie de conferencias Foro de las Américas del BID, caracterizó a los esfuerzos a largo plazo para construir la competitividad como “una maratón”.

Para ilustrar su argumento, Porter atribuyó el éxito de la industria vitivinícola australiana a un esfuerzo de 70 años que comenzó con un aumento del consumo de vino local durante la Segunda Guerra Mundial. Esa tendencia que fue seguida por el establecimiento de una escuela de enología y la cooperación entre viñateros. Recién a fines de la década pasada esa industria llegó a convertirse en una gran generadora de divisas, observó.

Porter agregó que muchas instituciones, como las universidades y organizaciones de empresarios, deben involucrarse en las estrategias para alcanzar la competitividad. Especial atención merecen la microeconomía y los “clusters”, redes de actividades productivas y de servicios que permiten a un sector económico acceder a capacitación, mercados y servicios para fortalecerse y ganar competitividad.

Durante el taller, Roberto Artavia, rector de la escuela de negocios INCAE, con sede en Costa Rica, moderó paneles que examinaron logros en materia de competitividad en Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, El Salvador, Irlanda y México.

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