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América Latina y el Caribe reciben récord de 53.600 millones de dólares en 2005, estima Fondo del BID

BELO HORIZONTE, Brasil - Emigrados latinoamericanos y caribeños enviaron un récord de 53.600 millones de dólares a sus países de origen en el 2005, un aumento de casi 17 por ciento con respecto al volumen del año anterior, según datos divulgados hoy por el Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo.

Las nuevas estimaciones fueron presentadas en el seminario “Remesas y microfinanzas: una cambios globales en la banca” celebrado en vísperas de la reunión anual de la Asamblea de Gobernadores del BID, que se realizará en esta ciudad brasileña del 3 al 5 de abril.

En su discurso de apertura del seminario, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, señaló que si bien las remesas encierran un gran potencial para promover las inversiones, la creación de empleo y la formación de capital, no constituyen una panacea para los problemas de desarrollo de la región.

“Tanto por las oportunidades como por los riesgos que generan, y dada la previsible persistencia de estos flujos hacia el futuro por los perfiles demográficos y económicos de los países, es responsabilidad de instituciones de desarrollo como el BID y de la comunidad internacional el intentar maximizar los aspectos positivos de la emigración y minimizar su costo”, afirmó Moreno.

El BID y el FOMIN estiman que una de las maneras más efectivas de alcanzar tales objetivos es facilitar el acceso de los emigrados y sus familias al sistema financiero formal para que puedan contar con más opciones para multiplicar el impacto económico de su dinero.

“En la medida que las remesas contribuyan a fomentar una cultura de ahorro popular de amplia base que permita generar oportunidades de crecimiento y empleo para todos, también podrán reducir los costos que genera la emigración para los países de nuestra región”, agregó Moreno.

Remesas a la región

Unos 25 millones de adultos nacidos en América Latina y el Caribe residen en el extranjero. Casi dos tercios de ellos envían dinero a sus países de origen periódicamente, por lo general en transacciones de 100 a 300 dólares.

Durante esta década las remesas han crecido al punto que superan la cooperación ofrecida por países donantes y organizaciones internacionales a países de América Latina y el Caribe. En varios países de la región las remesas son la principal fuente de divisas.

México continuó siendo el mayor receptor de remesas el año pasado, con más de 20.000 millones de dólares, alrededor de 20 por ciento más que en el 2004. Por su parte, los brasileños residentes en Estados Unidos, Europa y Japón enviaron unos 6.400 millones de dólares a su patria en el 2005, casi 14 por ciento más que el año anterior.

Los países latinoamericanos participantes en el Tratado de Libre Comercio entre América Central y los Estados Unidos, conocido por la sigla inglesa CAFTA, recibieron más de 11.000 millones de dólares en remesas el año pasado. Los países andinos que buscan un tratado similar recibieron más de 9.000 millones de dólares de sus emigrados.

Los costos promedio para los envíos de dinero a la región han caído a la mitad desde que el FOMIN comenzó a estudiar las remesas, en gran medida por la creciente competencia entre proveedores de servicios y la propagación de nuevas tecnologías.

El abaratamiento de las remesas le ha permitido a los emigrados y sus familias conservar más de su dinero pero aún no ha logrado incorporarlos masivamente en el sistema financiero formal. Menos de 10 por ciento de los latinoamericanos y caribeños que reciben remesas tienen acceso a cuentas de ahorro, préstamos para pequeñas empresas o créditos de vivienda.

El BID y el FOMIN sostienen que las remesas podrían ser la llave a una “democracia financiera”, la apertura de los sistemas financieros latinoamericanos a millones de personas de escasos ingresos para que puedan acceder a servicios útiles para acumular activos.

Las remesas no pueden reemplazar a una estrategia de desarrollo para promover el crecimiento económico pero su impacto se podría multiplicar a través del sistema financiero al movilizar los ahorros y promover inversiones en educación, salud, microempresas y vivienda.

FOMIN y remesas

El FOMIN comenzó a analizar las remesas cuando aún eran vistas como un tema menor en las finanzas internacionales. Al principio su objetivo era calcular el volumen real de estos flujos y su impacto económico en América Latina y el Caribe, pero su atención pronto se volcó al problema de las altísimas comisiones que enfrentaban los emigrados para enviar dinero a sus patrias.

Mediante sus sondeos, conferencias y actividades con diversas partes interesadas, el FOMIN puso de relieve el tema de las remesas, ayudando a estimular la competencia entre empresas proveedoras de servicios y llamando la atención de nuevos participantes como las instituciones microfinancieras y las cooperativas de ahorro y crédito.

El FOMIN también ha otorgado donaciones y préstamos a proyectos para apalancar las remesas y ampliar el acceso al financiamiento para vivienda, micro y pequeña empresa y los servicios financieros rurales. Otros proyectos del FOMIN promueven el fortalecimiento de los lazos transnacionales  y las inversiones en proyectos productivos apoyados por emigrados y sus comunidades de origen.

En Brasil el BID apoyará un proyecto con el Servicio Brasileño de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa (SEBRAE) y la Caixa Econômica Federal en un proyecto de inclusión financiera que vinculará a brasileños residentes en los Estados Unidos con familiares en su patria.

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