LA CEIBA, Honduras – Con la participación de más de 150 representantes de grupos indígenas y comunidades de afrodescendientes de los ocho países mesoamericanos, se inauguró hoy en esta ciudad el II Foro de Desarrollo de la Costa Atlántica de Mesoamérica.
Durante este encuentro de dos días, grupos provenientes de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá dialogarán entre sí y con autoridades de gobiernos nacionales, departamentales y municipales de sobre las perspectivas para el desarrollo de la Costa Atlántica, así como sobre la participación de los indígenas y las etnias minoritarias en proyectos económicos y sociales en la región.
El foro, que se celebra con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), también ofrece a los participantes oportunidad para discutir sobre el Plan Puebla-Panamá (PPP), que impulsan los ocho países mesoamericanos.
Al abrir el encuentro, el vicepresidente de Honduras, Vicente Williams Agasse, subrayó la importancia fundamental de la contribución de las comunidades de la Costa Atlántica para impulsar iniciativas de desarrollo sostenibles y mejorar la calidad de vida de los pueblos de la región.
“Sin el compromiso de ustedes, mucho de lo que nos proponemos alcanzar los funcionarios de gobiernos puede quedar inconcluso o resultar insatisfactorio”, señaló Williams, quien también es el comisionado de Honduras para el PPP.
El comisionado de Belice para el PPP, Salvador Figueroa, destacó el número de consultas que se han celebrado en distintos países mesoamericanos desde que se realizó el primer foro de la Costa Atlántica en diciembre del año pasado en Belize City.
Figueroa, embajador beliceño en México, señaló que el PPP no se limita a proyectos de integración de infraestructura física como las carreteras o las líneas de transmisión eléctrica sino que alienta la cooperación regional en materia de desarrollo humano, preservación del medio ambiente y prevención de desastres naturales.
“Lo importante es mantener el diálogo, conocer sus puntos de vista”, agregó Figueroa. “Estoy convencido de que la forma para asegurar que el desarrollo de esta región sea lo que ustedes quieran es que ustedes participen activamente”.
El coordinador del BID para el PPP, Marcelo Antinori, puso énfasis en la necesidad de que la Costa Atlántica profundice la discusión sobre sus propias prioridades de desarrollo y el potencial impacto de fenómenos como el aumento del costo del petróleo, la creciente demanda de materias primas de países como China y las propuestas de integración manifestadas por países fuera de la región mesoamericana, como Colombia.
Durante la primera jornada del foro los participantes presentaron opiniones y plantearon inquietudes sobre las oportunidades y desafíos para el desarrollo de la Costa Atlántica, la participación de los gobiernos locales y las comunidades en la formulación, ejecución y evaluación de programas y proyectos; el impacto de los procesos de integración y globalización en la región y los regímenes legales sobre propiedad y tenencia de tierras de las comunidades indígenas y afrodescendientes.
Asimismo asistieron a presentaciones sobre diversos temas relacionados con el desarrollo sostenible en la Costa Atlántica. Mónica Castillo, secretaria ejecutiva de la Comisión Centroamericana para el Ambiente y el Desarrollo (CCAD), expuso sobre la aplicación de las salvaguardas ambientales del PPP.
Oscar Quesada, especialista del Consejo Regional de Cooperación Agropecuaria (CORECA), disertó sobre el desarrollo agropecuario en la región costeña y María Eugenia Salvatierra, de la Alianza en Energía y Ambiente con Centroamérica (AEAC), presentó esta iniciativa apoyada por Finlandia para impulsar pequeños proyectos de energía eléctrica sostenibles y renovables en comunidades pobres.
El segundo día del foro se concentrará en el potencial para el desarrollo turístico de la Costa Atlántica y temas prioritarios para los pueblos indígenas y afrodescendientes como la preservación de la diversidad étnica y cultural, los mecanismos de participación y consulta en procesos regionales y las experiencias de comunidades autóctonas en la ejecución de proyectos de desarrollo económico y social.