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Hacia un modelo de atención más amigable para las embarazadas en México

Salud, nutrición y población Hacia un modelo de atención más amigable para las embarazadas en México México avanza hacia una atención materna más respetuosa, mejorando resultados en salud y la experiencia del parto en hospitales del IMSS. Jun 16, 2025
pregnant woman

Varios países de América Latina están implementando distintos programas para mejorar la atención al embarazo y el parto y así reducir la morbilidad y mortalidad materna, neonatal e infantil. Algunos ejemplos de esto son el Plan Nacer en Argentina (posteriormente integrado al Plan Sumar), Red Cigüeña en Brasil y Código Rojo en Bolivia, los cuales han reportado resultados positivos.

En México, la salud materna-infantil es una de las prioridades del sistema de salud. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con el que el BID ha colaborado en temas de envejecimiento y desarrollo infantil temprano, busca garantizar la atención del parto y postparto libre de violencia obstétrica y apegada a las recomendaciones del Modelo de Atención Materna Integral con trato amigable (AMIIMSS). El IMSS, que brinda atención a más de 74 millones de personas en el país, atiende aproximadamente 400 mil partos al año.

Pilares para la atención materna integral

AMIIMSS se sustenta en 4 pilares y tiene 12 indicadores para evaluar el grado de apego de los hospitales del IMSS a este programa. Se considera que los hospitales que cumplen con 7 o más de los indicadores tienen un apego alto al programa, mientras aquellos que logran 6 o menos indicadores tienen un bajo grado de apego:

 

Los resultados de AMIIMSS son alentadores. Una evaluación reciente, que incluyó 48 hospitales, reportó que el 40% de estos tenían un grado alto de apego al programa, y que las madres y recién nacidos atendidas allí recibieron mejor acompañamiento antes, durante y después del parto, y tuvieron mejores resultados en salud en comparación con los hospitales de menor apego.

Por ejemplo, una mayor proporción de mujeres recibió información sobre el trabajo de parto o cesárea; se mejoraron las medidas de privacidad a través, por ejemplo, del uso de cortinas; menos mujeres fueron ignoradas cuando preguntaron sobre sobre su salud y la de su bebé; se incrementó el porcentaje de quienes recibieron orientación sobre lactancia materna exclusiva, el calendario de vacunación y las señales de alarma para buscar atención hospitalaria. Además, más recién nacidos tuvieron una revisión médica y recibieron la vacuna contra tuberculosis antes del alta, y la proporción de cesáreas y complicaciones maternas se redujo de forma tangible (ver la figura).

Sin embargo, todavía falta mejorar el trato y la comunicación. La evaluación no identificó diferencias en las percepciones de las mujeres en los hospitales con alto y bajo apego al programa acerca de:

  1. Los conocimientos y habilidades de los profesionales de salud;
  2. El respeto hacia las pacientes;
  3. La claridad de las explicaciones;
  4. Su participación en las decisiones de atención;
  5. La cortesía y ayuda del personal;
  6. La disponibilidad de equipo médico o pruebas de laboratorio;
  7. El tiempo que el personal de salud les dedicó;
  8. Los tiempos de espera.

Recomendaciones para mejorar la salud materna e infantil

  • Es aconsejable promover un mayor apego a los 4 pilares del programa AMIIMSS entre los hospitales de bajo apego, proporcionándoles los recursos y la asesoría necesaria. Estos incluyen capacitación, infraestructura, adaptación regulatoria y empoderamiento de las mujeres.
  • Es deseable que el estándar de 20% de personal capacitado se incremente progresivamente hasta lograr que la mayoría del personal de salud involucrado en la atención del embarazo y el parto tenga las competencias para brindar atención materna amigable.

El IMSS está avanzando para institucionalizar la atención centrada en la mujer, un paso importante para mejorar la salud materna e infantil. Implementar programas de salud a gran escala en instituciones de salud complejas como el IMSS es un gran reto, y los desafíos son mayores cuando el éxito del programa depende de la colaboración y las competencias del personal de salud y de la participación de las usuarias. Pero la experiencia demuestra que, con voluntad institucional, capacitación continua y escucha activa a las mujeres, es posible transformar la atención materna para que sea más amigable y respetuosa.

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