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Seis proyectos innovadores de soluciones basadas en la naturaleza para la infraestructura social en América Latina y el Caribe

Naturaleza, clima y riesgo de desastres Seis proyectos innovadores de soluciones basadas en la naturaleza para la infraestructura social en América Latina y el Caribe Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) para proteger infraestructura y aumentar la resiliencia frente a eventos climáticos extremos. Dic 12, 2025
Social infrastructure and NbS
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Ideas clave
  • Las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) ofrecen alternativas económicas y efectivas para proteger la infraestructura social frente a inundaciones, calor extremo, huracanes y otros eventos climáticos extremos.
  • Los proyectos del BID demuestran beneficios tangibles, como ahorro energético, reducción de inundaciones, mejor gestión del agua y mayor resiliencia urbana y costera mediante techos verdes, jardines verticales, sistemas de recolección de agua, infraestructura verde y restauración de ecosistemas.
  • Invertir en SbN genera altos retornos económicos y fortalece a las comunidades, pero requiere capacidades técnicas, planificación y apoyo institucional, áreas donde el BID desempeña un rol clave acompañando a los países.

La infraestructura en América Latina y el Caribe enfrenta múltiples desafíos debido a fenómenos naturales como inundaciones, tormentas y calor extremo, que ponen en riesgo la calidad de vida de millones de personas. El Caribe, por ejemplo, enfrenta pérdidas anuales en infraestructura de aproximadamente 12.500 millones de dólares por huracanes, terremotos, tsunamis e inundaciones.

En este contexto, las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) ofrecen una alternativa de bajo costo para proteger la infraestructura social como escuelas, hospitales y viviendas. Las SbN son acciones para proteger, gestionar de forma sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados que abordan desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa. Esto puede incluir elementos naturales como “infraestructura verde” que ayudan a mitigar los riesgos climáticos y ambientales. 

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apoya a los países de la región en el desarrollo e inclusión de estas soluciones en proyectos de distintos sectores, y ha también publicado una guía para  que  los desarrolladores puedan  preparar proyectos  de  infraestructura  sostenibles utilizando las SbN.

Las inversiones en proyectos de resiliencia, como las SbN, generan un retorno económico de cuatro dólares por cada dólar invertido. Este beneficio puede traducirse en mayores inversiones sociales, según un estudio del Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación.

Proyectos del BID de SbN para la infraestructura social

Los techos verdes y jardines verticales son ejemplos de SbN que pueden mejorar la eficiencia energética de los edificios, reducir el efecto de isla de calor urbana y gestionar el agua de lluvia. Pueden implementarse en escuelas, hospitales y edificios públicos para mejorar la resiliencia, el confort térmico y la calidad del aire interior.

Sus beneficios incluyen:

  • Gestión del agua de lluvia: retienen escorrentías durante lluvias intensas, reduciendo el riesgo de inundaciones locales.
  • Mitigación de viento extremo: los jardines verticales absorben y dispersan la fuerza del viento en ciclones y huracanes, protegiendo ventanería y fachadas.
  • Ahorro energético: un estudio del BID muestra que los techos verdes pueden reducir significativamente el consumo de energía.

En Belice, el BID financió una escuela-laboratorio en la Ciudad de Belice que incluye una fachada verde para proteger de la radiación solar y mejorar el confort en las aulas. Esta medida, en conjunto con otras soluciones arquitectónicas y tecnológicas, permitió que el edificio obtenga un 24% de ahorro energético en comparación con edificios tradicionales, lo que fue validado con la obtención del sello de certificación EDGE.

En Colombia, la empresa Groncol ha desarrollado más de 150.000 m² de techos verdes y jardines verticales en entornos urbanos, mejorando la gestión de aguas pluviales, la calidad del aire y generando ahorros energéticos. Este proyecto generó beneficios ambientales, económicos y de salud significativos. Los techos verdes pueden retener hasta el 90% del agua de lluvia, reduciendo escorrentías y reutilizando residuos orgánicos, mientras mejoran el aislamiento para disminuir el consumo energético entre un 10% y 20% e incrementan el valor de las propiedades en un 10%. Son sistemas duraderos, que facilitan el mantenimiento de los edificios. El BID reconoció a Groncol como un ejemplo de innovación social y sostenibilidad en la región.

Sistemas de recolección de agua de lluvia

Estos sistemas reducen la demanda de agua potable, disminuyen el riesgo de inundaciones y fortalecen la resiliencia de edificaciones y ciudades frente a sequías o interrupciones del servicio público. Esto crea autonomía hídrica en situaciones de emergencia y crisis climáticas.

Al aprovechar los recursos naturales, los sistemas de recolección de agua reducen la necesidad de obras costosas de drenaje y almacenamiento, y generan ahorros en la operación y el mantenimiento de los servicios públicos.  
En transporte, las agencias de la región han implementado sistemas urbanos de drenajes sostenibles (SuDS) con pavimentos permeables, trincheras de infiltración y cunetas.

Un ejemplo es el Proyecto Integral de Electromovilidad y Resiliencia de la Infraestructura de Transporte Público de la Ciudad de Panamá, financiado por el BID. Incluye un sistema de drenaje pluvial sostenible para mitigar inundaciones en zonas de autobuses, acompañado de paisajismo urbano. 

También los edificios pueden aprovechar el agua de lluvia para distintos usos, como riego de espacios verdes o en sistemas sanitarios, evitando desperdiciarla y asegurando fuentes alternativas de agua. La reciente publicación del BID Agua y saneamiento en escuelas: planificación y diseño de instalaciones sanitarias concluye que la integración de sistemas de almacenamiento de agua es una estrategia clave para la resiliencia.

Infraestructura verde urbana

Parques, corredores verdes y áreas de conservación ayudan a absorber agua de lluvia, reducir inundaciones y mejorar la calidad del aire.

El proyecto CityAdapt en Xalapa, México, implementó SbN para gestionar el recurso hídrico y reducir el riesgo de inundaciones. Entre las acciones realizadas se destacan: la creación de parques y corredores verdes con más de 6.000 plantas y 3.900 árboles para disminuir riesgos de deslizamientos y erosión, mejorar la regulación hídrica y restaurar cuencas hidrográficas para fortalecer la resiliencia urbana. Además, se instalaron jardines infiltrantes, huertos resilientes y sistemas silvopastoriles para promover la seguridad alimentaria y la gestión sostenible del suelo. El proyecto también incluyó la construcción de un humedal artificial como modelo de aprendizaje y tratamiento de aguas residuales, así como la instalación de 12 sistemas de recolección de agua de lluvia en escuelas y edificios públicos.

En el Área Metropolitana de San Salvador, con apoyo del BID, se desarrolló una estrategia de infraestructura verde urbana para fortalecer la resiliencia frente a inundaciones y olas de calor. La iniciativa incluyó la capacitación de técnicos municipales, el uso de herramientas como i-Tree para valorar servicios ecosistémicos y la elaboración de una hoja de ruta para integrar corredores verdes y parques urbanos.

Restauración de ecosistemas

La restauración de ecosistemas, como humedales, ríos y áreas costeras, es fundamental para mejorar la resiliencia urbana y territorial. Estos espacios naturales regulan el ciclo del agua, reducen riesgos de inundaciones y aportan múltiples beneficios ambientales y económicos a las comunidades.

Por ejemplo, la restauración de humedales y manglares es clave para la resiliencia urbana y costera, ya que funcionan como esponjas naturales, almacenando y liberando agua de lluvia y reduciendo el riesgo de inundaciones. Además, brindan otros beneficios como:

  • Protegen las costas de la erosión y disminuyen los daños a la infraestructura causados por tormentas, evitando costos millonarios en reconstrucción.
  • Proveen hábitats esenciales para la biodiversidad, asegurando la sostenibilidad de los recursos naturales.
  • Absorben grandes cantidades de carbono, ayudando a mitigar los efectos climáticos extremos.

En República Dominicana, el BID financiará  desde 2026 proyectos  destinados a mejorar la sostenibilidad y resiliencia de zonas costeras, que incluirán la restauración de corales y manglares para el control de la erosión costera en 25 playas. Las obras incluirán soluciones mixtas de infraestructura gris y verde, basados en diagnósticos y estudios sólidos, con una fuerte apuesta a las SbN, como la restauración y protección de arrecifes, praderas marinas y manglares, la descompactación y/o reconstitución de dunas costeras, la revegetación de espacios costeros con especies endémicas y nativas y la construcción de obras de control de erosión costera como diques, espigones y rompeolas, entre otros.

Invertir en resiliencia es invertir en la gente

Como indican los ejemplos discutidos en este post, las SbN ofrecen una alternativa innovadora y rentable para incrementar la resiliencia en proyectos de infraestructura, desde edificios hasta ciudades y regiones. Al integrarlas en el diseño de escuelas, hospitales, edificios públicos y áreas urbanas, no sólo fortalecemos la capacidad de nuestras comunidades frente a amenazas climáticas, sino que también generamos ahorros tangibles en energía, agua y mantenimiento.

La implementación de SbN no está exenta de desafíos. Entre ellos se encuentran la falta de experiencia técnica local, el desconocimiento sobre cuáles son las soluciones más adecuadas para cada contexto y la subestimación de las cargas de mantenimiento que estas implican. En este escenario, el BID puede desempeñar un rol clave al proveer asistencia técnica especializada, generar conocimiento y buenas prácticas, y fortalecer capacidades institucionales para garantizar que estas soluciones se integren de manera efectiva y sostenible en los proyectos.

¿Conoces alguna experiencia interesante en la implementación de SbN en la región? ¡Nos encantaría conocerla!

Ana Milena Avendaño y Cesar Corena, Consultores en Infraestructura Social, Rafael Poveda, Especialista en Trasporte, María Irene Gauto, Consultora en Biodiversidad y Capital Natural, y María Alejandra Escovar, Especialista en Gestión de Riesgos de Desastres, también contribuyeron a esta entrada.

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