Los sistemas escolares de América Latina y el Caribe (LAC) están enfrentando un desafío en términos de aprendizaje y desarrollo de habilidades como nunca se había visto: ninguna otra región del mundo ha perdido tantos días de clase.
En toda la región, los expertos en educación coinciden en la urgencia e importancia de abordar la pérdida de aprendizajes causada por el COVID-19 y así asumir el desafío de ayudar a los estudiantes a recuperar el aprendizaje perdido durante el cierre de las escuelas. Sin embargo, hay poco consenso sobre lo que se debe hacer para que esto suceda. Una respuesta común dentro de las políticas educativas ha sido la repetición de grado. Pero esta política no garantiza la recuperación del aprendizaje: si se mantiene el enfoque pedagógico, la repetición de curso podría no servir de nada. Entonces, ¿qué se puede hacer para recuperar el aprendizaje perdido?
Hay poca evidencia de que la repetición de grado por sí sola funcione
La lógica detrás de la repetición de grado consiste en que un niño que no domina las habilidades y conceptos de quinto grado claramente no podría dominar la temática de sexto. Incluso antes de la pandemia, el problema de esta medida radica en que un estudiante que no podía aprender y dominar las habilidades y conceptos la primera vez que se los enseñaban, probablemente tampoco los dominaría al recibir la misma instrucción por segunda vez. En este sentido, es mucho más probable que lo que necesite el estudiante sea un apoyo focalizado que aborde mejor las necesidades de aprendizaje individuales. Si se usa la repetición de grado como respuesta a la pérdida de aprendizaje generada por la pandemia del COVID-19, las brechas socioeconómicas y raciales inevitablemente se ampliarían. Los estudiantes de grupos socioeconómicos bajos se verían rezagados, mientras que sus compañeros de grupos de ingresos más altos (quienes durante los cierres de escuelas en el 2020 y 2021 han tenido un mayor acceso a los recursos de aprendizaje remoto) progresarían. Los estudiantes que se retrasan sin apoyo adicional corren el riesgo de quedarse atrás y de demorar la finalización de la escuela. Además —como décadas de investigación advierten— la retención de grado aumenta el riesgo de los estudiantes de abandonar la escuela.
Es necesaria una instrucción adaptativa que aborde las enormes lagunas de aprendizaje de toda una generación de estudiantes
Modelos como el de Enseñar en el Nivel Correcto (Teaching at the Right Level) involucran a todos los estudiantes, enfocando la instrucción según el nivel de cada niño. Esto puede ser particularmente efectivo para remediar la pérdida de aprendizaje de los niños más rezagados, mientras se beneficia a todos los estudiantes. Por ejemplo, a los niños que pueden leer una palabra se les enseña a leer una oración, y a aquellos que pueden leer un párrafo se les enseña a leer un cuento. Así, cada niño va progresando y adquiriendo habilidades esenciales. Este enfoque difiere de algunos modelos de clases remediales donde los estudiantes podrían quedarse haciendo trabajos por debajo del nivel de grado correspondiente y nunca estar al nivel, lo cual podría ampliar la brecha entre los estudiantes que reciben la educación remedial y sus compañeros de grado. Cuando se lleva a cabo de forma selectiva y adaptativa, la remediación puede permitir la adquisición de las habilidades esenciales y, en algunos casos, lograr la nivelación completa del material del nivel de grado (e incluso superarlo).
Acelerar el aprendizaje además de remediarlo
El aprendizaje acelerado no consiste en enseñar el mismo plan de estudios a una velocidad más rápida. El aprendizaje acelerado es aquel que permite a los estudiantes aprender contenido correspondiente a su grado por medio de un apoyo que se da en el momento preciso. El enfoque se centra en preparar a los estudiantes para que dominen el contenido del próximo nivel de grado y desarrollen las habilidades requeridas. En lugar de tratar de cubrir todo el espectro de contenidos perdidos, el aprendizaje acelerado proporciona un apoyo focalizado en habilidades y conceptos esenciales específicos que se alinea con la instrucción del nivel de grado correspondiente. Incluso, a veces la aceleración significa ir más lento. Por ejemplo, una unidad de álgebra de 7º grado puede requerir 30 lecciones en lugar de 20 para permitir que el apoyo en el momento preciso y el andamiaje requerido (scaffolding) habiliten el desarrollo de las habilidades esenciales para lograr alcanzar los objetivos de aprendizaje del grado.
El aprendizaje no siempre tiene que ser lineal
El desarrollo de competencias se da en diferentes momentos, de diferentes maneras y con diferentes mecanismos para diferentes estudiantes. Sin embargo, la mayoría de los currículos en LAC están diseñados de manera lineal, basándose en la idea de que hay una secuencia correcta en la que se deben enseñar todas las habilidades. En este sentido, se entiende que se deben dominar los conceptos básicos antes de involucrarse en el aprendizaje profundo. Si bien el desarrollo de algunas habilidades requiere una secuencia (como primero aprender todos los sonidos de las letras para luego poder adquirir una conciencia fonémica), muchas habilidades realmente se pueden aprender 'fuera de la secuencia'. Por ejemplo, no importa si las estimaciones se enseñan antes o después de los polígonos, ni si las capas de la tierra son estudiadas antes o después de las células animales. Es decir, la educación acelerada funciona precisamente porque el aprendizaje no es lineal. Por el contrario, el enfoque se basaría en la lógica de currículos no lineales.
Algunos modelos acelerados usan tecnología para brindar apoyo individualizado
La pérdida de aprendizaje dada por el COVID-19 ha llevado a algunos sistemas escolares a explorar modelos que utilizan tecnología para generar un apoyo individualizado. Un ejemplo es MATHia, el cual utiliza inteligencia artificial para brindar apoyo específico a los estudiantes. En algunos países de ingresos bajos y medios también está surgiendo evidencia sobre la efectividad de los modelos de aprendizaje acelerado impulsados por la tecnología. En Botsuana, los alumnos de primaria recibieron intervenciones con baja tecnología durante el cierre de las escuelas a causa de la pandemia, en las que se impartieron habilidades fundacionales ajustadas al nivel de aprendizaje del grado y se les brindó apoyo focalizado para una instrucción individualizada y adaptativa. El modelo ahora se está probando en cinco países más (y pronto se lanzarán pruebas adicionales en LAC), proporcionando una combinación de aprendizaje remedial, así como de aprendizaje acelerado alineado con la instrucción de nivel de grado correspondiente.
No volvamos a hacer las cosas cómo las hacíamos antes de la pandemia
Los sistemas educativos de LAC fueron concebidos antes de que la investigación neurológica y educativa revelara cómo los niños y adolescentes desarrollan habilidades y comprensión conceptual. En lugar de volver a la organización prepandémica del aprendizaje, utilicemos esta coyuntura crítica para sentar las bases de una nueva forma de enseñar, partiendo de que los niños aprenden habilidades y conceptos críticos a diferentes ritmos, y que requieren diferentes tipos de apoyo en los diversos momentos del proceso de aprendizaje. Es posible un apoyo cuidadosamente focalizado —a distancia o presencial— para ayudar a cada alumno a dominar las habilidades fundamentales y alcanzar las competencias del nivel de grado.
Esta semana, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reunirá a algunos de los principales formuladores de políticas educativas de LAC en un diálogo regional con el fin de explorar cómo abordar el aprendizaje inconcluso de los dos últimos años académicos.
Autores: Emma Nälsund-Hadley & Noam Angrist
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