- El tamizaje auditivo neonatal permite detectar tempranamente la pérdida auditiva, clave para el desarrollo del lenguaje y la inclusión.
- Panamá fortaleció su capacidad diagnóstica con nuevas leyes, equipos y centros de salud equipados, ampliando el acceso incluso en zonas remotas.
- El programa mejora la vida de niñas y niños con hipoacusia mediante audífonos, implantes cocleares y apoyo técnico que facilitan su aprendizaje y participación.
¿Puede una sencilla prueba al nacer cambiar el futuro de un niño? En Panamá, un programa que apuesta por el tamizaje auditivo y la tecnología está dando a más niñas y niños la oportunidad de oír. Esto significa abrir la puerta al aprendizaje, al desarrollo y a la participación desde los primeros días de vida.
La pérdida auditiva o hipoacusia en recién nacidos puede afectar a uno de cada 500 niños. Cuando no se detecta a tiempo, el desarrollo del lenguaje y las habilidades de comunicación pueden verse comprometidos, lo que afecta su interacción social, su bienestar emocional y su capacidad para aprender. También puede generar dificultades educativas con efectos a largo plazo y derivar en una futura discapacidad.
Por eso, el tamizaje auditivo neonatal, que consiste en una serie de pruebas rápidas e indoloras aplicadas en las primeras horas de vida, es clave para detectar la pérdida auditiva y facilitar una intervención oportuna.
En los casos en que el diagnóstico no llegue a tiempo o la pérdida auditiva aparece más adelante en la infancia, la tecnología se convierte en un aliado fundamental. Para niños con hipoacusia leve o moderada, los audífonos amplifican los sonidos para hacerlos perceptibles. Cuando la pérdida es severa o profunda y la amplificación no es suficiente, los implantes cocleares ofrecen una alternativa transformando los sonidos en señales eléctricas que estimulan directamente el nervio auditivo.
En ambos casos, el objetivo es el mismo: que cada niño tenga la oportunidad de escuchar, desarrollar el lenguaje y participar plenamente en su familia, escuela y comunidad.
En Panamá, se estima que alrededor de 300 de los 60 mil niños que nacen cada año presentan algún grado de pérdida auditiva, según datos del Ministerio de Salud (MINSA). Consciente de la importancia de una detección temprana, el país avanzó con la Ley 329 de 2022, que establece el tamizaje auditivo universal en todas las instituciones públicas y privadas, garantizando además que la prueba sea gratuita en las instalaciones del MINSA.
A pesar de estos avances, persisten barreras para que los niños y niñas que requieren dispositivos como audífonos o implantes cocleares puedan acceder a ellos de manera oportuna, especialmente en aquellos hogares en situación de vulnerabilidad.
Para atender este desafío, el Programa de Inclusión Social de las Personas con Discapacidad, financiado por el BID y ejecutado por la Secretaría Nacional de Discapacidad (SENADIS) en coordinación con el MINSA, ha fortalecido significativamente la capacidad del país de detectar la pérdida auditiva desde los primeros días de vida. Se han equipado 12 instalaciones de salud en 7 provincias y comarcas indígenas, incluyendo áreas de difícil acceso, con equipos para realizar el tamizaje auditivo en las primeras 24 horas tras el nacimiento.
Además, el programa ha dotado a 5 hospitales del país con equipos especializados, como sistemas de potenciales evocados auditivos, otoemisiones acústicas y cámaras sonoamortiguadoras, fundamentales para confirmar diagnósticos de hipoacusia con precisión.
Hoy, Panamá avanza hacia una capacidad diagnóstica más sólida que reduce el riesgo de que una pérdida auditiva no detectada derive en una discapacidad.
El diagnóstico es solo el primero paso. El programa también ha ampliado el acceso a dispositivos que permiten a los niños y jóvenes con discapacidad auditiva escuchar y comunicarse mejor. Hasta la fecha, se han entregado audífonos a 395 personas con hipoacusia y ha facilitado la colocación de 26 implantes cocleares, incluyendo sus componentes externos e internos.
Un ejemplo de este impacto es Joseph, un niño diagnosticado con sordera profunda al nacer y que, gracias al apoyo del programa, pudo acceder a un implante coclear. Según cuenta su madre, desde la intervención Joseph ha comenzado a escuchar sonidos por primera vez y a decir “muchas palabritas. Hoy estamos trabajando para que Joseph pueda desarrollar el habla”. Su historia muestra cómo la tecnología, acompañada de terapia de estimulación auditiva y del lenguaje, puede abrir el camino al desarrollo comunicativo.
Las acciones impulsadas por Panamá contribuyen a garantizar que cada niño comience su vida con las mismas oportunidades para escuchar, comunicarse, aprender y desarrollarse plenamente. Al fortalecer el tamizaje auditivo, mejorar la capacidad de diagnóstico y facilitar el acceso a apoyos técnicos, el país está sentando las bases para que más niñas y niños construyan un futuro con mayores posibilidades educativas, sociales y económicas.
Quienes requieren dispositivos de apoyo también cuentan hoy con mejores condiciones para recibirlos y aprovecharlos. Con estos avances, Panamá avanza hacia un modelo de inclusión en el que todas las personas puedan participar plenamente y desarrollar su máximo potencial.
Para conocer más sobre este proyecto en Panamá, te invitamos a ver este video:
Palabras clave:
Desarrollo Infantil