Carlos Jarque es el gerente del Departamento de Desarrollo Sostenible del BID. Ciudadano mexicano, Jarque es doctor en economía y fue ministro de Desarrollo Social en el gobierno de Ernesto Zedillo. También fue secretario del Plan Nacional Mexicano de Desarrollo, presidente del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México y presidente del Comité Interministerial de Finanzas Públicas. De 1987 a 1989, Jarque fue director del Instituto Internacional de Estadística, siendo el primer ciudadano no europeo que ocupó este cargo desde la fundación de dicho organismo en 1885.
BIDAmérica: ¿Qué importancia tienen los censos hoy, especialmente en América Latina?
En el siglo XXI, los censos se han transformado en instrumentos poderosos para el desarrollo. Gracias a las nuevas tecnologías, han dejado de ser información de cifras agregadas para convertirse en radiografías geográficas muy detalladas, de mucha mayor utilidad. Los gobiernos basan en ellos sus estrategias de servicios y distribución de recursos. Son fundamentales para la representación ciudadana en los parlamentos. Los negocios identifican mercados a través de ellos. Los académicos los utilizan en sus investigaciones.
BIDAmérica: ¿Cuál es la situación de los censos en la región?
Existe una gran desigualdad. Países que durante mucho tiempo no lo han hecho y otros que lo realizan cada cinco años. Algunos incluyen una gran temática y amplia capacidad de procesamiento, otros son mucho más limitados. Hay grandes desfases.
Esta situación representa un reto fundamental porque los censos son hoy la columna vertebral de los sistemas de información. Con ellos se realiza un seguimiento de las condiciones económicas y sociales de los países. Pero además, los censos son un sustento para proyectos estadísticos complementarios que permiten convertir a la fotografía censal en una película continua para seguir la coyuntura de los países al día: distribución y densidad de población, migración interna y externa de la misma, niveles educativos y niveles de empleo, producción, inversión, comercio, entre muchos otros datos esenciales para una sociedad.
Sin un buen ejercicio censal es imposible un diagnóstico certero para apoyar la estrategia del desarrollo. Mejorar en esta área es un objetivo prioritario para la región.
BIDAmérica: ¿Es la población latinoamericana consciente de la trascendencia del ejercicio censal? ¿Colaboran los ciudadanos de una forma positiva?
En la región hay una buena disposición del informante cuando se le solicita su colaboración. Históricamente, la población ha participado con gran voluntad en los censos. Hoy se colabora sabiendo que esta información es útil para las necesidades inmediatas y cumple un fin para que las futuras generaciones puedan analizar el pasado.
BIDAmérica: Méxicopodría ser un buen ejemplo de país con un importante porcentaje de población indígena. Como especialista de este campo en un pasado reciente, ¿Podría explicar a nuestros lectores de qué manera enfocaron los censos mexicanos este tema?
En México el tema indígena es prioritario. Es también fuente de preocupación por las condiciones en que viven muchos de los indígenas: un nivel de analfabetismo cuatro veces superior al general, tan sólo un 50 por ciento de la media de escolaridad, cuatro veces más carencias de servicios, más del doble de la mortalidad infantil. Y son un 10 por ciento de la población mexicana. En los años noventa se llevó a cabo una reforma para modernizar el sistema informativo que se tradujo en proyectos renovados. En particular en el censo del año 2000 se han incorporado nuevas temáticas, como son todo lo relacionado con la cultura, con el modo en que se autoidentifica la gente, sus formas de organización, actividades artesanales, uso del tiempo y otros muchos aspectos que ayudan a perfilar un retrato fiel y detallado de nuestros pueblos indígenas y adecuar las estrategias de políticas públicas.
BIDAmérica: ¿Es cierto que las poblaciones que permanecen invisibles en el censo quedan también marginadas de las agendas de gobierno de un país?
Es importante llegar a las comunidades más aisladas. Hoy las nuevas tecnologías permiten utilizar imágenes de satélite ó tomar fotografías aéreas y con ellas descubrir a las poblaciones más remotas. Esto es fundamental para que nadie quede excluido de los censos y de los programas.
Le voy a poner un ejemplo. En un municipio mexicano, un grupo de indígenas de una comunidad bajaba de tanto en tanto a la sede del gobierno local a reclamar una escuela, otra vez una carretera, en otra ocasión era un hospital, y así fueron consiguiendo poco a poco lo que necesitaban. Sin embargo, otras comunidades igual o más necesitadas que ellos no podían ni siquiera permitirse el lujo de acudir al municipio, eran demasiado pobres, no tenían manera de hacer llegar sus peticiones a las autoridades.
El censo da voz a todos por igual. A través de los censos, los países pueden y deben identificar a la totalidad de su población, sin dejar excluido a nadie, y responder a las necesidades con esquemas de equidad.