Pasar al contenido principal

Un censo clave

Después de nueve años de intenso trabajo, Bolivia finaliza los preparativos para realizar el Censo de Población y Vivienda 2001. El 5 de septiembre, un total de 170.000 personas se trasladarán por todo el país para entrevistar a la población y reunir los datos que posteriormente proporcionarán un riguroso retrato de los bolivianos.

Como nunca antes, los resultados obtenidos en este censo serán de vital importancia para el país, ya que se anticipan profundos cambios en la distribución poblacional debido a las fuertes olas migratorias del campo a la ciudad ocurridas en la última década. Estos cambios, a su vez, afectarán la distribución de nuevos recursos económicos que Bolivia está empezando a percibir gracias al programa de condonación de la deuda externa conocido como HIPC II (por sus siglas en inglés).

En un proceso de diálogo nacional que viene realizándose desde el año pasado, representantes de todos los sectores sociales de Bolivia determinaron que los recursos del HIPC II se deberían repartir en base a dos indicadores: población e índices de pobreza. Luis Pereyra, Director del Censo Nacional 2001, vaticina que "la información que se obtenga será clave para la distribución de los recursos de participación popular y los recursos de ayuda HIPC, y ambas estrategias son vitales para el desarrollo económico en el país".

Calidad en la información. Los indicadores aplicados en esta edición del censo son resultado de varias consultas con la sociedad civil para introducir la información más relevante. "Desgraciadamente, por límites de tiempo es imposible atender los pedidos de todos los sectores. Sólo se pueden asignar 30 minutos a cada vivienda censada. Tuvimos una mala experiencia el año 1992, cuando se abarcó una significativa cantidad de indicadores y después ninguna persona solicitó esta información, ni siquiera la gente que la sugirió en las consultas con la sociedad civil. Por esta razón, este año queremos maximizar nuestra papeleta censal a temas más específicos y claros", mencionó Pereyra.

Para este nuevo censo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha descartado muchos indicadores como el de religión, cédula de identidad y mortalidad general, por carecer de la profundidad necesaria, pero principalmente por la baja calidad de los resultados arrojados en el Censo 92. "Hay mucha información que se puede obtener con mejor calidad a través de las encuestas anuales realizadas por el INE", aseguró el director del Censo, "El censo es un instrumento que, como todos, tiene sus virtudes y limitaciones, no podemos abarcar mucho por razones de calidad".

Se ha modificado también el indicador de etnias. "En el censo pasado se preguntaba ¿A qué grupo étnico pertenece usted? y los resultados fueron muy ambiguos. Por diferentes razones, mucha gente se identifica con un grupo que no le corresponde o con ninguno. Para el próximo censo hemos reemplazado este indicador por el de lengua materna, sabiendo la primera lengua que se aprendió en la niñez será mucho más fácil de identificar el grupo étnico al que se pertenece. Las opciones de esta categoría incluyen las lenguas quechua, aymara, guaraní, castellano, otro nativo y extranjero", declaró Pereyra.

La información contenida en el censo responde también a acuerdos con el MERCOSUR, ya que, dentro de este tipo de procesos de integración regional, la información semi-estandarizada, es hoy un requisito obligatorio.

El BID y el censo. El Censo 2001 tiene un costo de 9.25 millones de dólares, de los cuales el Banco Interamericano de Desarrollo ha financiado 7.4 millones. El resto es la contraparte local del gobierno boliviano que principalmente se ha concentrado en la etapa preparatoria del censo.

Éste es el primer censo financiado por el BID y, a partir de esta experiencia, el Banco ha financiado parcialmente el proceso censal en Paraguay, Honduras y Ecuador. Otros países han expresado también su interés en que el BID participe como financiador de este tipo de operaciones, reconociendo que actualmente los censos son la principal fuente de información de los gobiernos para un reparto equitativo y justo de los recursos en los presupuestos nacionales.

Al reunir tan particulares características, el proyecto de Bolivia requiere que durante el diseño de la operación se preste especial atención a la incorporación de mecanismos que flexibilicen la ejecución. Además, se requiere de una muy buena coordinación y entendimiento entre el ejecutor y el financiador durante el proceso.

Una fecha límite de ejecución muy estricta obliga a realizar grandes esfuerzos tanto por parte del financiador como del ejecutor por concretar los objetivos planteados. La coordinación demostrada en la preparación del Censo 2001 será una valiosa lección para experiencias similares en Latinoamérica.

El operativo censal. Cerca a 170,000 personas participarán en el trabajo de recolección de datos en el día del censo, de las cuales aproximadamente 150,000 son voluntarios que simplemente recibirán un reconocimiento económico nominal para gastos de comida y transporte.

Se ha planificado realizar el empadronamiento de viviendas urbanas en un día y el de viviendas de áreas rurales más dispersas en tres días. Además, se realizará un reconocimiento de viviendas un día antes al censo para que los empadronadores identifiquen totalmente el área de cobertura que les corresponde.

Los mencionados voluntarios han recibido una capacitación intensiva a lo largo del año, tanto en el manejo de las herramientas censales como en la detección de irregularidades en la información que se obtenga de la familia censada.

Sobre este punto Pereyra comenta que "los empadronadores son los elementos claves del censo porque toda la preparación y planificación del censo se centraliza en su trabajo. Se ha escogido gente de cada localidad para garantizar que estén familiarizados con el área y con la gente del lugar, y así no se intimide a la población con empadronadores desconocidos o ajenos a su realidad".

Los primeros resultados de la información recolectada se darán a conocer a finales de 2001 y serán principalmente de carácter poblacional. "Las elecciones del 2002 exigen tener perfectamente delimitadas las zonas electorales para la inscripción de candidatos, y el plazo se vence en noviembre de este año. El informe final del Censo estará listo a más tardar a mediados del 2002", según Luis Pereyra.

Jump back to top